POR TODO EL CARIBE SE HAN EXTENDIDO, DENTRO DE SU RICO PANORAMA MUSICAL, LAS STEEL BANDS, CUYO ORIGEN SE UBICA EN LA ISLA DE TRINIDAD & TOBAGO. LA DE EL COBRE, EN SANTIAGO DE CUBA, GANA MÁS ADEPTOS POR DÍA

Mundialmente famosas, en todo el planeta se aplaude con regocijo el sonido metálico de las steel-bands, cuyo origen se ubica en la isla de Trinidad & Tobago, al finalizar la II Guerra Mundial (1945).
Dado el desprecio que provocaban en las clases pudientes de blancos los sonidos de tambores de cuero que percutían los negros esclavos en sus festividades y rituales, sutilmente estos fueron sustituyéndose por improvisados instrumentos musicales, como los troncos de bambú, las botellas de cristal vacías y las tamboras de frenos de los automóviles. Todo ello, como tránsito sonoro hasta llegar a los viejos barriles para almacenar petróleo que, con un pacienzudo proceso de martilleo y afinación, se convertían en tambores metálicos.
Se atribuye su creación definitiva, al igual que el empleo de los tanques de 55 galones como pailas tímbricas, al trinitario Winston Spree Simon, quien en 1946 fue invitado para tocar en un concierto, donde hasta las clases dominantes y los músicos «cultos» quedaron maravillados por los diversos y depurados acordes que escucharon de calypsos, himnos y piezas clásicas.
Esta original modalidad de agrupación musical fue expandiéndose por todo el Caribe, incluyendo a Cuba. Se instaló en la localidad de El Cobre, en Santiago de Cuba, por inspiración del destacado investigador y fundador de la Casa del Caribe, el ya fallecido intelectual Joel James Figarola.
UNA BIEN SANTIAGUERA
Con una sede para la creación artística, la agrupación profesional Steel Band del Cobre, que dirige Hermes Ramírez Silva, tiene como proyecto «crear una banda similar con los niños de la comunidad para establecer la base en una nueva generación.
«Estamos adiestrando sobre todo a los jóvenes del poblado de El Cobre para que no muera esta riqueza cultural, que es un fenómeno musical en Cuba. Somos una de las agrupaciones que más llama la atención en el Festival Iberoamericano en Holguín, en la Fiesta del Fuego, en el proyecto veraniego La música sin par, de Villa Clara, en los carnavales de Río de Janeiro, en Trinidad y Tobago, y ese legado que hemos ido creando no lo podemos abandonar», dice Hermes, quien tuvo que viajar hasta Trinidad y Tobago para aprender a afinar las pailas.
«Se hace con un martillo, golpeando el tanque hasta buscarle la afinación con un afinador», explica.
«Los músicos son totalmente autodidactas. La escuela hemos sido nosotros mismos. Entre el entusiasmo de ellos, y el aprendizaje que les puedo trasmitir hemos ido preparando a los músicos».