- Donde se vuelve siempre
SANTIAGO DE CUBA ES LA CIUDAD DE LA HISTORIA, LA VARIEDAD DE PAISAJES CULTURALES QUE POSEE PUEDE SATISFACER AL TURISTA MÁS EXIGENTE CON EL LEGADO DE SUS 500 AÑOS DE EXISTENCIA
Cuantos y cuales atributos debe tener una ciudad o localidad para que luego de ser visitada se adquiera el interés por regresar siempre. Santiago de Cuba es así, una vez que se traspasa su umbral, el caudal de imágenes y sensaciones que proporciona, se transforma poco a poco en una realidad inolvidable, en un sentimiento de arraigo que luego convoca y obliga a repetir la experiencia, a volver al encuentro con aquella diversidad de vivencias y emociones que complacen al viajero más exigente.
Y esto ocurre así, en primer lugar por la singular personalidad de esta ciudad y su entorno que atorada en los confines del Caribe insular se nos presenta en un enclave geográfico curioso y atractivo en su estrecha relación con el mar y las montañas, dos constantes de su visualidad que determinan una presencia contrastada del entorno natural y la vida urbana. Santiago es una ciudad de miradores naturales, una especie de anfiteatro cuyo escenario resulta ser una bahía a la que arriban los cruceros que intentan descubrir los secretos de las costas de Cuba.
Sus calles a modo de entramado laberíntico suman al comportamiento urbanístico una arquitectura con valores patrimoniales reconocidos que regalan distintos ambientes cargados de belleza e intimidad acogedora. Sus plazas y parques, verdes y animados, evidencian una vida participativa y solidaria por tradición, sugiere el intercambio con sus pobladores siempre prestos a la animada conversación o a una acostumbrada hospitalidad. Desandar sus callejones, subir o bajar sus escalinatas, recorrer y ocupar sus espacios públicos, se convierte en una agradable experiencia multiplicada por el disfrute del color, las luces y sombras de los balcones, pretiles y portadas, por una luz que descubre los detalles y la magia que supone el descubrir pequeños mercados de artesanía, cafeterías y paladares mientras se transita para llegar a sus museos, memoriales y sitios históricos.
Santiago de Cuba es la ciudad de la historia y esa condición ganada por la decisiva participación de sus hijos en las diferentes etapas de las guerras por la independencia del pueblo cubano. Lo heroico se respira en la única Ciudad Héroe de la República de Cuba, y para los que gustan de los avatares de la historia, reconocerán en ella una rica gama de sitios de interés recogidos en sus 50 monumentos nacionales y tres componentes del patrimonio mundial reconocidos por la UNESCO.
La variedad de paisajes culturales que posee Santiago puede satisfacer al turista más exigente, una gama que transita desde el propio paisaje histórico urbano que brinda la ciudad fundacional con más de 500 años de existencia, el paisaje fortificado que regalan el Castillo del Morro San Pedro de la Roca y sus baterías complementarias, el paisaje asociativo El Cobre, donde están representados la minería del cobre desde el siglo XVI, la religión a través del Santuario Nacional de la Virgen de la Caridad del Cobre, sitio de peregrinaje y devoción, así como el Monumento al Cimarrón, expresión patrimonial de la Ruta del esclavo por América.
Un atractivo singular posee el Paisaje Arqueológico cafetalero del Oriente Sur de Cuba, el que a través del Proyecto Los Caminos del Café facilita el reconocimiento de un proceso productivo asociado al consumo del conocido néctar y a su vez promueve el conocimiento de la cultura del café en su medio natural que desde los inicios del siglo XVIII está localizado en las cordilleras de montañas que rodean Santiago. Un encuentro con la naturaleza, con la vida campesina, con la exuberante flora y especialmente con una cultura peculiar.
De igual forma, llegar a Santiago sugiere siempre la visita al Cementerio Patrimonial de Santa Ifigenia, paisaje funerario donde el arte y la historia se dan la mano en dialogo con la solemnidad y la veneración a los forjadores de la nación cubana, donde sobresalen figuras como Mariana Grajales –Madre de la Patria–, Carlos Manuel de Céspedes –Padre de la Patria–, José Martí –Héroe Nacional– y Fidel Castro –Comandante en Jefe de la Revolución Cubana. Con su comportamiento como museo a cielo abierto, esta necrópolis resulta un atractivo significativo para el acercamiento a la historia y la cultura cubana.
Estos paisajes y ambientes se validan como ámbitos de vida dinámica donde la presencia de una rica herencia de cultura inmaterial que da sabor y ritmo a todo cuanto acontece. La condición de cuna del bolero cubano, de la trova y el son le aseguran un sitial de honor en la música cubana. Su relación con el mejor ron que podamos saborear, el disfrute de sus fiestas populares, el carnaval, los festivales del Caribe, de Coros, del Son y otros, son ofertas apreciables para complementar una visita deseada, un encuentro casual o como sugerimos al inicio de estas palabras, al que decida volver una y otra vez, al que esté de acuerdo con el poeta que dijo que a Santiago hay que volver porque aquí no se engorda ni envejece.
Un rico legado y años de experiencia en los servicios turísticos colocan a Santiago en un momento especial para que patrimonio y turismo de la mano, muestren lo mejor de su cultura y vida, será la ocasión para disfrutar con plenitud de una mirada profunda a la diversidad de matices de los paisajes culturales de ese mundo fascinante que este rincón esencial del Caribe.