De Matías Pérez a Paco Montoya (II)

LA MAGIA DE VUELOS EN GLOBOS AEROSTÁTICOS HA SEDUCIDO A MUCHOS EN TODO EL PLANETA. CUBA IMPLEMENTARÁ ESTA MODALIDAD GRACIAS A LAS ACCIONES DE LA AGENCIA DE VIAJES ECOTUR, EL CLUB DE LA AVIACIÓN DE CUBA Y EL GRUPO EXCELENCIAS

Anualmente vuelan más de 500 000 personas en globo aerostático en el exótico destino de Capadocia, Turquía. En Canadá, la cifra ronda los 50 000 y en España los 25 000. La experiencia inigualable de contemplar un destino turístico a «vuelo de pájaro» gana cada vez más seguidores.
Los globos aerostáticos son aeronaves no propulsadas construidas con los mayores controles de seguridad aeronáutica posibles. Su principio de funcionamiento para flotar radica en utilizar la diferencia de temperatura del aire que contiene en su interior. Para llenarlo de frío se emplea un potente ventilador; para calentarlo, unos quemadores que transforman el propano en una potente llama de más de 2 000 °C, que calienta a temperaturas superiores a los 100 °C.
Sobre estos detalles y segmentos de explotación de este producto publicitario y turístico conversamos con Francisco Montoya, de la empresa española de publicidad aérea y globos aerostáticos Windtrotters Balloons. Este reconocido experto enfatiza que para dirigir dicha aeronave se necesita la pericia del piloto que, ascendiendo y descendiendo, sea capaz de situarlo en la corriente de aire que le lleve al rumbo deseado.
El equipo consta de dos partes: vela y barquilla. La vela, en la mayoría de los casos, está fabricada con paneles de nylon ignífugo y resinado de alta tenacidad, unidos por infinidad de cintas de carga y costuras cuádruples que dan una resistencia estructural impresionante. La barquilla, en cambio, todavía en pleno año 2018, se elabora con mimbres entrelazados que aportan flexibilidad y poder de absorción de impactos para los aterrizajes. Los quemadores se fijan con barras de fibra de vidrio a la barquilla y se conectan a los cilindros de gas propano que se distribuye en cuatro balones especiales.
«El tamaño de un globo aerostático es una de las cuestiones que más llama la atención. Depende del uso que se le dará y del número de pasajeros que llevará. Tengamos en cuenta que para que un objeto de 1 kg se eleve necesitaremos un volumen de 2,9 m3 de aire caliente. Para que flote uno que cargue 16 personas, la capacidad de 9 000 m3que tiene la vela es más que suficiente. En este caso la altura de la vela sobrepasa los 28 m y cuenta con una anchura máxima de 26 m. El grosor no es su característica más importante, aunque, por supuesto, se demanda ligereza.
«Los globos son medios muy seguros para volar. Se flota con la atmósfera, no hay velocidad involucrada. Si se terminara el combustible, por ejemplo, aún se puede aterrizar sin problemas, pues actuaría como un enorme paracaídas», insiste Paco, quien además informa que la duración del vuelo es decisión del piloto, pero que pueden influir factores como las condiciones climatológicas.
Montoya también explica que dado que los globos llevan la dirección del viento, no es posible determinar un sitio exacto de aterrizaje antes del vuelo. Un lugar aceptable es un campo plano y libre de obstáculos al estilo de: cosechas, ganado, cables eléctricos, construcciones».
Un globo aerostático engalanando los cielos no resulta indiferente para nadie. Ha devenido medio publicitario muy original. En este mundo se estila el llamado vuelo cautivo, que consiste en inflar un globo y fijarlo mediante cuerdas al suelo, de modo que quede listo para subir y bajar pasajeros.
A decir de Paco un globo es «un mirador impresionante que da juego para hacer una cena y hasta para lanzar paracaidistas, asimismo son ideales para realizar bodas en el vuelo».