España, América Latina y el Caribe transitan por un esperanzador camino, donde el diálogo se impone, no sólo en intenciones y propuestas, sino en realizaciones y obras concretas. No hay dudas de que el momento que predomina en esas relaciones es histórico. El continente americano es un enorme escenario de retos y desafíos, que deben ser enfrentados con gran imaginación, coraje y prontitud, y sobre todo con un espíritu solidario y cooperativo no sólo entre las naciones de la región, sino con el apoyo y la participación de otros continentes y países. Europa y en ella España, juegan un importante papel. Entre 2008 y 2010 varios países americanos celebrarán el bicentenario de su independencia y aparte de los eventos de carácter festivo, el marco será propicio para evaluar estos dos siglos de historia, repasar logros e identificar retos del futuro. Uno de esos es la sustentación de un turismo responsable para el Caribe y las Américas. De ahí, que resulte especialmente significativa la celebración en Madrid de FITUR, la magna cita española y mundial de la industria turística. Es de esperar que el salón en este año vuelva a consagrarse como una de las importantes bolsas especializadas de su tipo, con altos registros de participación y negocios. Vale recordar algunas estadísticas de 2008: acudieron 13 530 empresas de 170 países, se registraron 255 817 visitantes –entre ellos, 157 300 profesionales del sector– y el Comité Organizador acreditó a 8 000 periodistas, una indiscutible evidencia del interés mediático del evento. En esta gran oportunidad que FITUR encarna «una apuesta de futuro», según sus organizadores, como puente solidario a través del Atlántico, estarán representados significativamente los países del Caribe y de Latinoamérica, reforzando de esta manera los vínculos y el fecundo diálogo que el continente mantiene con España y el mundo.

José Carlos de Santiago