Por esta región de Costa Rica accedían al país los navegantes europeos y también intentó invadir el aventurero William Walker. Hoy llegan aquí muchas personas en busca de la aventura del contacto directo con la naturaleza en su máximo esplendor.

El río Sarapiquí penetra unos 85 km del territorio desde su nacimiento en el cráter del volcán Poas, recogiendo a su paso las aguas de los afluentes. Su torrente desciende alborotado por los rápidos en la zona de El Brujo y se extiende en la fecunda llanura de gran riqueza natural. La espectacular elevación volcánica de 2 708 m de altura tiene en su cima un cráter con una laguna circular caliente y fumarolas muy activas, y otro donde se asienta la laguna Botos, de agua fría y de origen netamente pluvial.

La gran biodiversidad de este territorio costarricense le confiere un enorme potencial turístico, como parte del Parque Nacional Braulio Carrillo. Las extensiones de reservas y áreas protegidas privadas, rodeadas de ríos, quebradas, cataratas, volcanes y parques nacionales, son el hogar de 50 % de las especies de aves del país, más de 2 000 variedades de plantas identificadas, y más de 120 de mamíferos. Por esas características se ha convertido en sitio de reconocimiento mundial, en buena medida gracias al trabajo investigativo que desde hace 40 años se realiza en la Estación Biológica La Selva, de la Organización para Estudios Tropicales, ubicada en Puerto Viejo.

El valor de un destino ecoturístico

Junto a la riqueza natural, la amplia gama de ofertas y excelentes condiciones de infraestructura han convertido a Sarapiquí en uno de los principales destinos emergentes de Costa Rica. La calidad de los servicios está en estrecha relación con la sostenibilidad,  por lo que el cantón posee la mayor cantidad de hoteles que cuenta con cinco niveles (hojas) de Certificación de Sostenibilidad Turística (CST).

En este sentido, ha sido decisivo el aporte de la Cámara de Turismo Sostenible de Sarapiquí (CATUSA), fundada en 1994, para reconocer el valor del desarrollo de un destino ecoturístico con gran potencial. La entidad facilita la gestión para la promoción y el mercadeo de la zona con el resto del país y a nivel internacional. La divulgación de las bellezas escénicas, de los productos innovadores y de los esfuerzos por la conservación, la investigación científica y educación ambiental que realizan los asociados, ha logrado otorgar un sello distintivo a Sarapiquí.

Existe un alto compromiso de los empresarios asociados con la conservación del medio­ambiente, lo cual ha posibilitado obtener el reconocimiento y el desarrollo de una excelente organización turística, ofreciendo servicios de alta calidad en armonía con la naturaleza.

El visitante puede disfrutar de actividades como canopy, cabalgatas, caminatas de historia natural, rafting, tour de bote para observación de vida silvestre, flora y fauna, mariposas, serpentario, turismo científico, turismo para la tercera edad, de aventura, entre muchas más que componen la variada y tentadora oferta.

Al arrullo natural

Miles de visitantes que viajan a la región cada año quedan satisfechos de su estancia, que se convierte en un romántico entendimiento con la naturaleza. El musical recorrido del río parece un arrullo salido de una orquesta acompañante que hace de fondo propicio para el disfrute en familia, con amistades y, por qué no, en pareja, si bien uno de los posibles escenarios del amor es precisamente la combinación de un espacio natural con alojamientos confortables.