por Dr. Miguel Alejandro Figueras Premio Nacional de Economía de Cuba 2007
Meliá Paradisus, Cuba
Royal Hideaways Playacar, Riviera Maya, México

El gran desarrollo del turismo internacional en España comenzó en los años 50, con un crecimiento de construcciones turísticas en Islas Baleares. Millones de turistas noreuropeos buscaban el sol y el mar cálido. Primero fueron formándose las cadenas hoteleras mallorquinas.

En las siguientes décadas, el turismo se extendió a las Islas Canarias. Luego, el proceso de globalización mundial en el campo hotelero se intensificó.

Barceló fue la primera cadena española en entrar al Caribe cuando en 1985 construyó su primer hotel en República Dominicana, país con nuevas leyes y normas favorables para los inversores extranjeros en el sector turístico. Otras cadenas le siguieron.

Cancún nació en 1972, un buen producto turístico, bien planeado y con amplia participación de las cadenas hoteleras americanas.

Una empresa mexicana –SITUR– inició el desarrollo de la Rivera Maya entre Playa del Carmen y Tulum. Al explotar la burbuja especulativa creada, seguida por «la crisis del peso mexicano», SITUR quebró, sus terrenos fueron liquidados a precios irrisorios. Varias cadenas mallorquinas adquirieron vastas extensiones con magníficas playas.

En 1989, Cuba aprobó su primera empresa mixta, Hotel Sol Palmeras. Los socios españoles trajeron a las compañías gestoras, con las cuales acostumbraban a trabajar en Baleares y Canarias.

En menos de veinte años, el llamado Caribe hispano adquirió un papel protagónico. Factor clave han sido las cadenas hoteleras españolas. En sus establecimientos caribeños de Sol y playa combinaron su experiencia de Baleares y Canarias, con el sistema Todo Incluido, desarrollado por las jamaicanas Sandals y SuperClub.

A inicios de esta década, las cadenas españolas operaban 188 hoteles en el Caribe, promediando 400 habitaciones por hotel, doble en tamaño de los que administran en otras regiones. En algunas instalaciones son propietarias y gestoras.

En el año 2010, una veintena de cadenas españolas operaban en el Caribe, casi el doble de las que había al iniciarse la década.

Aspectos a destacar

• Las cadenas hoteleras españolas desempeñan un rol decisivo en el turismo caribeño. Ellas gestionan una de cada cuatro habitaciones hoteleras y, cualitativamente hablando, son de las mejores instalaciones.

• El Caribe, a su vez, es un elemento estratégico para las cinco principales cadenas españolas, pues en la región operan la cuarta parte de las habitaciones que gestionan mundialmente.

• En 1985, el Caribe recibió 732 mil turistas europeos. Veinte años después recibía casi cinco millones. La presencia de las cadenas hoteleras españolas en la región no fue ajena a este fenómeno. Sus relaciones en el Viejo Continente con los grandes turoperadores, agencias de viajes y líneas aéreas, atrajo a las mismas a la región. Últimamente el flujo europeo ha mermado en un millón y medio de turistas, descenso que merece una investigación más profunda.

• Durante la actual crisis económica, la inversión y adquisición para administrar nuevos hoteles por las cadenas españolas disminuyó.

• Algunas cadenas, como Occidental Hotels y Barceló, aplican una política de desprenderse de los hoteles de calidad media y concentrarse en los hoteles de mayores precios.

• Con el objetivo de captar más clientes estadounidenses, varias cadenas mallorquinas incrementan su presencia en el Caribe angloparlante. Un buen ejemplo es Jamaica, donde hace doce años no existía ningún hotel gestionado por cadenas españolas y actualmente sobrepasan la decena.