En 1995 surge el proyecto que, próximo a cumplir 20 años, se despide de los escenarios internacionales, para ser continuado por una nueva generación de músicos cubanos.
De izquierda a derecha Manuel "Guajiro" Mirabal, a su lado Eliades Ochoa y Barbarito Torres.
Sentados, Omara Portuondo y Jesús "Aguaje" Ramos

UN HITO EN LA HISTORIA MUSICAL CUBANA DE TODOS LOS TIEMPOS

 

Una revelación en la música cubana surgió a mediados de la década del 90: el fenómeno conocido mundialmente como Buena Vista Social Club. La orquesta, que inicialmente tuvo por nombre Afro Cuba All Star, emerge comow todo un acontecimiento en los principales escenarios internacionales. En 1998 la jazz band mereció un Grammy en la categoría de Música Tradicional, precisamente por su disco Buena Vista Social Club. A partir de ese instante la agrupación tomó el nombre con el que se ha distinguido en el mundo y demostró que el género salsa –que sumaba por ese entonces a bailadores de todos los continentes tenía como raíz principal a la música tradicional cubana.

La tropa del Buena Vista, como se le conoce, surge de una idea de Juan de Marcos González, músico cubano y director del grupo Sierra Maestra. Este le propuso la idea a Nick Gold, presidente de la World Music y a Ry Cooder, guitarrista y productor musical. El proyecto reunió a figuras legendarias de la música tradicional cubana como Compay Segundo, Ibrahím Ferrer, Manuel Licea (Puntillita), José Antonio (Maceo), Pío Leyva, Raúl Planas y a músicos de la talla del Guajiro Mirabal, Bárbaro Torres, Javier Zalba, Orlando López (Cachaíto), Rubén González, Amado Valdés y Miguel Angá, entre otros. A ellos se unió la voz femenina de Omara Portuondo, quien había formado parte del emblemático Cuarteto Las D’ Aida y devendría una de las mejores intérpretes cubanas de todos los tiempos. Elíades Ochoa, trovador santiaguero y director del Conjunto Patria fue también voz líder del grupo. La agrupación revitalizó un repertorio de canciones de la trova tradicional, de lo mejor del son y posicionó nuevamente en las listas de éxitos a autores ya olvidados, incluso dentro de la Isla. El productor y realizador norteamericano Wim Wenders le dedicó un documental a la agrupación. La trova tradicional cubana, el son y la guaracha, interpretados por estos veteranos maestros, ocupó los primeros puestos en la revista estadounidense Billboard. La industria de la música y el disco se interesaron rápidamente en el potencial sonoro de la Isla.

 

UN NOMBRE QUE HIZO HISTORIA

Quizás muchos atribuyan este nombre a una propuesta publicitaria de carácter comercial, sin embargo así llamaban a una sociedad para personas de la raza negra que tuvo como sede La Habana, en las primeras décadas del siglo XX. Este sitio de reunión y encuentro fue fundado en el barrio de Buena Vista en 1932, según datos aportados por el periodista cubano especializado en música, Rafael Lam. Años más tarde, en 1939, se inaugura el célebre cabaret Tropicana y por su cercanía al lugar, el Club Social Buena Vista se traslada hacia el antiguo barrio de Alturas de Almendares. Desde allí continúa su programa de actividades para los asociados.

Como homenaje a uno de los sitios que privilegió la música popular cubana y para recrear la época de oro de los conjuntos y las charangas, se eligió el título que identifica al disco. Este primer fonograma en su gran mayoría contenía números de muchos de los directores de agrupaciones, quienes a su vez eran reconocidos compositores. Los temas de Arsenio, de Marquetti, de Grenet, de Belén Puig y de Arcaño, por solo citar algunos, vuelven a brillar en los arreglos y las voces de un renovado conjunto que hizo sonar la música cubana en escenarios internacionales.

 

¿La agrupación se despide?

El proyecto del Buena Vista Social Club queda para las nuevas generaciones de músicos cubanos como promotor de lo mejor de la tradición musical de la Isla. Esta idea expresada por el director de la banda, el músico Jesús “Aguaje” Ramos, deja abierta las puertas a la continuidad: “No quiere decir que no exista la posibilidad de volver a actuar juntos en otro momento, sin embargo ya es hora de que cada miembro pueda realizarse en otras actividades”, comentó.

Para cerrar este período –a 20 años de que surgiera el proyecto– además de completar sus compromisos internacionales para 2015, la agrupación realizará su primera gira nacional. “El público cubano podrá disfrutar de nuestra música en vivo –según afirmó su director– pues siempre había sido difícil concretar este anhelo por el cumplimiento de los contratos en el exterior”.

Una noticia que ha despertado el interés de sus seguidores es que para este “cierre de telón” se ha previsto la producción de un disco que incluirá temas antológicos de la agrupación en voces de los ya desaparecidos Ibrahim Ferrer, Compay Segundo, Puntillita, Pío Leyva y Planas; al que seguirá otro con números interpretados por Omara Portuondo y Elíades Ochoa, mientras que se preparan varios volúmenes con éxitos del Buenavista y piezas que quedaron pendientes de discos anteriores hasta completar una colección.

En La Habana el Buena Vista Social Club tiene su lugar de presentaciones en el Café Habana del Hotel Melia Cohiba. Algunos jóvenes músicos como el pianista Rolando Luna, junto a otros intérpretes como Idania Valdés, se han sumado al proyecto, lo que da la medida que el Buenavista pueda tener una continuidad en una nueva generación. El objetivo de perpetuar una idea, que ubicó a la música cubana en la cima, debe proseguir con el espíritu, el estilo y la fuerza que le impregnaron sus fundadores.

 

Con una Gira Nacional y un Adiós Tour, cierra un período de gloria para una de las agrupaciones cubanas más reconocidas mundialmente