En entrevista con el ingeniero Jorge Candelaria Barroso, director general de ESEDIP , hablamos dela responsabilidad de esta entidad con la calidad de los más de treinta procesos constructivos que hoy asume, los cuales abarcan varios ámbitos, desde obras de Arquitectura hasta industriales.

En un entorno como el actual, donde los procesos constructivos son altamente especializados y es necesario recurrir a varias entidades para ejecutar desde la obra más simple hasta la más compleja, una empresa ingeniera asume la responsabilidad de administrar todos los recursos humanos, materiales y financieros que permitirán llevar a buen término cualquier proyecto.

La ESEDIP, líder entre las de su tipo en Cuba, puede exhibir hoy, entre otras edificaciones a cuya  terminación contribuyó de manera decisiva, el conjunto de las que integran el Museo Nacional de Bellas Artes, el Memorial José Martí, el Colegio Universitario San Jerónimo del Centro Histórico, y otros muchos de relevancia para el país.

En diálogo con su director general, el ingeniero Jorge Candelaria Barroso, conocimos las singularidades de esta entidad y el desafío que representa la administración de procesos constructivos, particularmente en el entorno cubano.

“Una empresa de ingeniería es la que logra conceptualizar el proceso inversionista para el cliente, la construcción debe ser considerada una industria de servicios, con complejas interrelaciones entre disímiles partes”, apunta, y subraya que las claves de esta labor residen en garantizar que el proyecto esté concluido en el menor plazo posible y con el menor costo, reduciendo al mínimo los añadidos al presupuesto por la mala previsión del proceso, y todo ello privilegiando la calidad.

“En el mundo hay más de 500 mil empresas de ingeniería que realizan esos trabajos”, añade el ingeniero, quien ha encabezado a su equipo desde que se inició como un grupo de trabajo adscrito al Consejo de Estado de la República de Cuba. Hoy forma parte del Ministerio de la Construcción (MICONS).

“La ESEDIP tiene ya una experiencia acumulada en el proceso de equivocación / rectificación que le sirve para perfeccionar su acción cada vez que participa en un nuevo proyecto”, indica, y señala además como una de sus ventajas la diversidad de ámbitos en los que se está desempeñando, que van desde  edificaciones de un gran valor social como los hospitales, hasta obras industriales del propio MICONS.

A pesar de la idea comúnmente extendida de que la contratación de una empresa ingeniera es un costo agregado al presupuesto, Candelaria Barroso insiste en que se trata de “la mejor inversión que puede realizar un cliente”, pues este tipo de entidad es la que posee las herramientas y la metodología necesarias para garantizar el cumplimiento de los plazos, el control de los recursos y la calidad que  satisfarán las expectativas de los destinatarios finales de la obra.

“Debido a su amplio objeto social, ESEDIP participa de los cuatro procesos de la inversión –nos explica–, que van desde la conceptualización del proyecto –con todos los elementos que acompañan a la fase inicial del mismo– hasta la entrega llave en mano de la edificación concluida, pasando por la preparación técnica, la subcontratación de las empresas que participarán en la ejecución y la administración de todos los recursos”.

Pero su compromiso llega aún más lejos. “Ofrecemos el  servicio de subcontratación y administración del mantenimiento”, apunta el ingeniero, una fase que a menudo suele involucrar a empresas aisladas, lo que debilita el control de la administración sobre el edificio y los recursos que emplean en su mantenimiento. Durante más de 15 años, la ESEDIP ha hecho de la capacitación del personal técnico y profesional uno de sus baluartes. “El plan parte desde que tomamos a nuevos arquitectos, ingenieros, licenciados y los ponemos a trabajar de manera planificada en todas las etapas del proceso para que vayan adquiriendo los conocimientos que les permitan realizar la dirección integrada de proyectos”,    apunta Candelaria Barroso.

Basada en los estándares internacionales de certificación y en la metodología más confiable hoy a nivel mundial, ESEDIP plantea caminos todavía novedosos en el entorno constructivo cubano, y su apuesta por la calidad ha sido un elemento distintivo que le ha permitido fidelizar la clientela y ampliarla, pues se “entiende y lo tiene conceptualizado”  como parte “de aquellos que deben garantizar al país un patrimonio arquitectónico para la posteridad”.