Catedral Santa Clara de Asís, lugar de obligada visita, considerada «la Notre Dame de Cuba».
En primer plano, la Glorieta del Parque Vidal. En el fondo, la Biblioteca, en uno de cuyos balcones Fidel hizo su la primera alocución pública en Santa Clara.

Quienes llegan a la ciudad capital de Villa Clara, la provincia más central de Cuba, preguntan enseguida por la Catedral Santa Clara de Asís, un lugar de obligada visita por hallarse entre los exponentes neogóticos más bellos de la arquitectura cubana.
Considerada por muchos como «la Notre Dame de Cuba», la obra, construida después del derribo de la original en el Parque Leoncio Vidal en 1923, se encuentra ubicada en la calle Marta Abreu, una de las principales arterias de la ciudad, a solo media cuadra del Centro Cultural El Mejunje, institución de fama mundial.
En su entrada, el visitante puede observar una escultura monumental en mármol de Carrara de la Virgen María, y más hacia el interior se conserva aún la pila bautismal de la antigua parroquial mayor que le mereciera a los santaclareños el apelativo de «pilongos».
Esta distinguida edificación, la más importante de la ciudad y consagrada a rendir tributo a la patrona de la urbe, Santa Clara de Asís, es un templo de la religión católica, apostólica y romana. Cuenta, entre sus tesoros, con una extraordinaria colección de vitrales y una fuente de mármol original para el bautizo. 
EN HONOR AL CORONEL VIDAL
Centro cultural y social de la ciudad, el que desde el 4 de enero de 1899 se llamó Parque Vidal, fue primero Plaza de Armas, luego Plaza Mayor y posteriormente Plaza de la Constitución. De todas las denominaciones, la que más ha perdurado en el tiempo ha sido esa que tomó en honor al coronel Leoncio Vidal Caro, caído en la acción bélica que perseguía el ataque a Santa Clara, la cual tuvo lugar el 23 de marzo de 1896 y fuera planeada por el Generalísimo Máximo Gómez.
Fue en 1929 cuando se develó un busto esculpido en Italia consagrado al insigne patriota local, mas esta no es la única obra de este tipo, y de alto valor histórico y artístico que acoge la enorme manzana, pues en su seno se rinde homenaje a figuras como Doña Marta Abreu y al presbítero Alberto Chao.
Varias son las edificaciones que se destacan y rodean a este llamativo parque, empezando por el Teatro La Caridad, la Biblioteca Provincial José Martí, el imponente Hotel Santa Clara Libre, el antiguo Liceo y el Museo de Artes Decorativas, edificio doméstico de la segunda mitad del siglo XVIII, considerado el más añejo de este sitio.
Además de la popular escultura del Niño de la Bota Infortunada, aparece dentro de su demarcación, la Glorieta levantada en 1911 y que desde la época colonial le ha dado cobija a las retretas de las bandas de concierto. Monumento Nacional a partir del 15 de julio de 1999, luce cuatro jardines que representan las estaciones del año.
OBRA MAYOR DE DOÑA MARTA
Se escogió el día de la Patrona de Cuba, la Virgen de la Caridad del Cobre, de 1885, para inaugurar el impresionante Teatro La Caridad, que en 2020 celebrará su aniversario 135. Ocupó el espacio que en su momento le perteneció a la ermita de La Candelaria, frente a la Plaza de Armas, hoy Parque Vidal. Su materialización se hizo posible por el empeño de Marta Abreu, quien aportó los 140 000 pesos-oro que requirió la inversión de este proyecto nacido dos años antes y se llevó adelante bajo la supervisión del arquitecto holguinero Herminio C. Leyva.
Se cuenta que, como era de esperar, las autoridades de la ciudad propusieron que el coliseo llevara el nombre de Doña Marta Abreu de Estévez, quien radicalmente se opuso en otra demostración de sencillez y desprendimiento. Fue esto último lo que propició que, por decisión unánime, este rasgo se tomara para denominar a esta joya de la arquitectura criolla.
También se dice que dentro del programa inaugural aparecía, entre otros, Camilo Salaya recitando el poema A Villa Clara. Justo el pintor filipino fue quien se encargó de la decoración del techo y los laterales, mientras el cubano Miguel Melero asumió los bustos de Calderón y Echegaray; en tanto los decorados a relieve y el conjunto escultórico del frente llevaron la firma, respectivamente, de Miguel Arias y Fernando Bossi.
Por los altos valores de este inmueble civil de tres plantas, La Caridad, el otro gran exponente de la trilogía de teatros neoclásicos construidos en Cuba en la segunda mitad del siglo XIX y que se conservan en la actualidad junto al Sauto (Matanzas) y al Terry (Cienfuegos), fue declarado Monumento Nacional de la República de Cuba  desde el 14 de enero de 1982.
DE PALACIO A BIBLIOTECA
La fecha del 1ro. de junio de 1912 es la que se toma para señalar el día en que, tras casi una década de trabajo, se concluyó la construcción de la imponente sede del Palacio Provincial, que se iniciara en 1904 bajo el mando del general espirituano José Miguel Gómez, entonces gobernador.
Casi de inmediato a la apertura de la sede del Gobierno, en el ala izquierda del primer piso, comenzó a sesionar una pequeña biblioteca, génesis de la actual, que según un boletín especial editado en 2011, fue declarada de uso público en sesión extraordinaria del Consejo Provincial, del 10 de febrero de 1925. Entonces se resolvió denominarla Biblioteca Martí e inaugurarla el 24 de ese mismo mes. Comenzó a funcionar el 1ro. de marzo.
Más adelante, la biblioteca ganaría mayor espacio al retirarse de uno de los salones la Junta Electoral Provincial. El 30 de diciembre de 1925 ocupó también la parte posterior y en el nuevo local se colocó un busto en bronce de nuestro Héroe Nacional, que aún se conserva.
La batalla del Che por liberar la ciudad, tuvo entre sus escenarios a esta majestuosa obra. Desde uno de sus balcones aconteció la primera alocución pública de Fidel en Santa Clara, el 6 de enero de 1959, y la Sala Caturla (otrora salón de sesiones del Consejo Provincial) acogió, entre el 14 y el 17 de octubre de 1997, los restos del Guerrillero Heroico y de varios de sus compañeros caídos en Bolivia.
UN SITIO HECHO HISTORIA
Levantada en 1929 durante el gobierno de general Gerardo Machado, la Audiencia, como continúan llamando a la edificación donde radica el Tribunal Provincial Popular, resulta uno de los edificios más imponentes y bellos de Santa Clara.
Conocido también como Palacio de Justicia, destaca por su cuidada solemnidad y belleza. La escalinata central culmina en seis altas columnas, que sostienen el monumental frontispicio.
Dispone de cinco niveles, incluyendo los sótanos. Del interior resalta el extenso salón principal y la imponente escalera de mármol que se abre en su centro, coronada con el finísimo trabajo de los vitrales, obra del artista italiano Gino Ciolli. En su entorno (en el costado oeste) existe una antigua pared de ladrillos que recuerda la existencia, en tiempos de la colonia, de un cuartel de soldados españoles, el de Tarragona, pero, sobre todo, lo cara que costó la libertad.
El memorable hecho de que acogiera la primera autodefensa de Fidel Castro hace todavía más venerado a este coloso ecléctico que arriba a sus nueve décadas. Ocurrió el 14 de diciembre de 1950, cuando el joven abogado de 24 años de edad, llegó acusado por disturbios estudiantiles sucedidos en la ciudad de Cienfuegos.
Fidel se dedicó a denunciar al gobierno corrupto de Carlos Prío. Su: «¡Yo acuso!», que antecedió aquí a la más conocida autodefensa La Historia me Absolverá, ha dejado huellas indelebles en la ciudad. Actualmente, la elegante edificación vive un proceso de restauración.