Una ciudad que enamora
Cuando hace cuatro años, exactamente el 13 de mayo de 2015, el doctor Alexis Lorente Jiménez colgó su estetoscopio, o mejor: lo cambió de portafolio al asumir su cargo como nuevo Presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular en la capital espirituana, él también creía que esta era una ciudad dormida, donde las personas no salían de sus casas en horario nocturno y se recogían puertas adentro los fines de semana al más común de los estilos rurales.
Al menos así lo veía él, primero como estudiante de la Universidad de Ciencias Médicas que tiempo después terminaría dirigiendo, y luego como especialista de salud en el municipio de Fomento, su tierra natal, desde donde partió a cumplir misión de trabajo como médico internacionalista en Bolivia y después a otras tareas no menos complicadas en la cabecera provincial.
«Una visión se tiene desde afuera y otra cuando uno conoce, cuando recorre, cuando interactúa con la gente, cuando uno ve cómo los jóvenes y los no jóvenes se divierten», dice el presidente mientras acomoda los últimos papeles –verdaderas cascadas de informes que debe leer, interpretar y transmitir todos los días sobre los temas más diversos y a veces increíbles– antes de ponerse al diálogo con Excelencias.
¿Qué ha pasado en Sancti Spíritus después de la celebración del medio milenio de la fundación de la villa?
«La celebración de los 500 años de fundada la villa fue como un motor impulsor que no se detuvo nunca, que logró despertar el interés de los espirituanos y elevar, por sobre todo, la autoestima de las personas y el amor hacia su ciudad. A partir de ese gran impulso, Sancti Spíritus sigue siendo una ciudad que crece, que se desarrolla y donde el pueblo trabaja de manera unida junto a sus líderes para mantenerse embellecida, rejuvenecida y asegurar el desarrollo socioeconómico que garantiza el bienestar de nuestra población, enfrentando cada día situaciones, pero creciéndonos ante cada dificultad para avanzar paso a paso».
¿El creciente turismo que hoy se palpa en la ciudad es resultado de aquella celebración?
«Pienso que cada día se descubre la riqueza social, la calidad de las personas y la belleza natural y arquitectónica de Sancti Spíritus, y ello ha venido multiplicando sin dudas la afluencia de turismo. Año por año en el resumen vemos ese incremento permanente de visitantes, que recorren nuestras calles y comparten con los espirituanos, y que disfrutan de la tranquilidad de una ciudad que enamora. No hay un solo día en cualquier temporada en que no nos encontremos con decenas o cientos de turistas».
¿Qué vende Sancti Spíritus a ese creciente número de visitantes que llega a la ciudad?
«Sancti Spíritus tiene mucho que ofrecer. Primero, lo que te decía ahora mismo: el valor de sus personas, de su patrimonio, la seguridad y la tranquilidad que se respiran en el municipio; la hospitalidad; vendemos las diferentes opciones que hemos ido creando, los hoteles tradicionales –el Zaza, Los Laureles, Rancho Hatuey–, los otros que han ido surgiendo en la ciudad –Plaza, Hostal del Rijo y Don Florencio– y últimamente también las nuevas alternativas que ha abierto el desarrollo del trabajo por cuenta propia. Sancti Spíritus ya supera los 5 000 trabajadores en esta modalidad, muchos de ellos vinculados a la gastronomía, los servicios, hostales y paladares, que funcionan como un complemento importante de la actividad turística estatal».
¿Cómo sostener con escasos recursos el patrimonio de una urbe envejecida como Sancti Spíritus?
«Esta es una de las tareas que llevan desvelo y dedicación, pero el amor de los espirituanos por el patrimonio de la ciudad nos ha ayudado a mantener esa magnífica infraestructura arquitectónica desarrollada y enriquecida a lo largo de siglos. Potenciamos, dentro de nuestras limitaciones materiales y financieras, un sistema de mantenimiento, de reparación permanente, de pintura oportuna, de cuidado, en beneficio del patrimonio material, a lo que se une la acción de la dirección de Planificación Física, de la Oficina del Conservador, aprobada recientemente, y de las restantes autoridades del territorio».
La nueva Constitución que usted como diputado aprobó, e incluso ayudó a escribir, privilegia la autonomía de los municipios. ¿Le preocupa que ahora no sepan qué hacer con ella?
«Creo que esta decisión es otra señal más de la claridad de las autoridades del país y del pueblo, y es también el camino al que nos ha ido conduciendo el desarrollo sostenible que varios municipios hemos ido alcanzando; esto representa una oportunidad más para potenciar, generar y proteger nuestros ingresos, saber conducir la economía de un territorio partiendo de sus propias potencialidades. Para nosotros no es una preocupación, por el contrario, es una oportunidad, aunque realmente nunca el Estado se ha desentendido de ninguno de los municipios, pero la autonomía aprobada permite internamente organizar nuestras finanzas, nuestra economía en función de la satisfacción de la población, que en esencia es nuestro único objetivo».
¿La llamada contribución del 1% del impuesto territorial pudiera ser un adelanto de esa autonomía?
«El Estado definió que los gobiernos pudieran tomar decisiones para gastos corrientes no presupuestados y también para generar inversiones que tributen al resultado final de los municipios, lo cual nos ha permitido en estos años solucionar planteamientos que no se habían contemplado en los presupuestos. Hoy nosotros, por ejemplo, con ese 1% del impuesto territorial hemos logrado reparar 75 de los 89 centros educacionales que tenemos. Estamos hablando de mejorar totalmente la carpintería, adquirir medios informáticos y de enseñanza, mobiliario, televisores, que indudablemente constituyen una inyección para la transformación de dichas entidades. También hemos mejorado viales, consultorios, casas del médico y la enfermera de la familia.
«Pero hoy también aprovechamos esta potencialidad para invertir en proyectos de la agricultura que benefician el autobastecimiento alimentario y que multiplicarán los ingresos que obtendrá el municipio».
Algunas personas dicen que, por lo general, los dineros se quedan en la capital y no llegan a las comunidades...
«Hoy el municipio ostenta el 93% de solución de planteamientos y esta cifra ha sido posible, en buena medida, gracias al uso del 1% del cual te hablaba. Mucho de este dinero ha sido invertido en nuestras comunidades. La infraestructura de educación y salud llega a los 54 asentamientos poblacionales, hoy más del 90% de nuestra población recibe agua del sistema de acueducto, hacemos un esfuerzo con el transporte aunque no están satisfechas todas las expectativas. La reparación de los accesos, el mejoramiento de círculos sociales, de no pocas viviendas, la realización de opciones culturales, encuentros con la Historia, las ferias gastronómicas y recreativas demuestran que todo no se queda en la ciudad».