Esta área protegida posee más de 400 especies de fauna.
Más de 25 000 turistas nacionales y extranjeros visitaron la reserva ecológica el pasado año.
Las acciones de reproducción de las semillas y posturas de la tabernaemontana apoda, constituyen una prioridad.
Los trabajadores de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Flora y Fauna Norte, de Sancti Spíritus, resguardan con celo este tesoro natural.

El trino de los pájaros anida en las majaguas y los robles; pomarrosas, orquídeas silvestres y mariposas dejan ver el poder mágico de los colores, y allá, a lo lejos, un hilo de humo anuncia el despertar de la mañana con una colada de café. 

Ante la mirada del forastero, la reserva ecológica Lomas de Banao, ubicada en el centro sur de la provincia de Sancti Spíritus, es un remanso de bondades naturales. Considerada entre las áreas protegidas de más alta biodiversidad de Cuba, dicha reserva se ha convertido en uno de los destinos de turismo de naturaleza, aventura y ruralidad más demandados por excursionistas cubanos y extranjeros.

COBIJA PARA UN OASIS

Al decir de la guía Merlys Ramírez Artiles, con cerca de una década desandando estos parajes, las más de 6 000 ha de esta reserva devienen bálsamo para los ojos. 

Alrededor de 1 800 especies de plantas de diferentes géneros y familias, con un alto endemismo, atesora esta región de montaña, clasificada por estudiosos de la Botánica como una de las áreas de especiación más relevantes de Cuba. La elevación conocida como Tetas de Juana, por ejemplo, resalta como el punto máximo de la biodiversidad y el endemismo dentro de todo el macizo de Guamuhaya.

Resguardar con celo este tesoro natural ocupa a los trabajadores de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Flora y Fauna Norte, de Sancti Spíritus, quienes aplican diversos programas de protección ambiental, entre estos la conservación de especies amenazadas de la flora. 

De acuerdo con Héctor Martín Hernández, director de la UEB Reserva Ecológica Lomas de Banao, se labora fundamentalmente con las especies endémicas en peligro de extinción, léanse la sabina (Podocarpus angustifolius), el árbol conocido como mantequero (Magnolia cubensis) y el nogal del país (Jungla insularis), todas incluidas entre las 50 más amenazadas del archipiélago.

Gracias al empeño de los técnicos y especialistas responsabilizados con la actividad florística, se ha logrado la regeneración natural de la sabina cimarrona y la tabernaemontana apoda –conocida también como huevo de gallo o de gallina–, propia solo de la zona. Que anualmente se alcance la reproducción de 200 a 500 posturas de ambas especies, constituye un éxito, subrayó Martín Hernández.

En esta gran vitrina natural que es Lomas de Banao, los trabajadores impulsan, igualmente, proyectos de manejo de las más de 400 especies de la fauna con el monitoreo exhaustivo, entre otras, de las cotorras y cateyes, no solo en sus nidos naturales, sino también artificiales. 

A la par, controlan otras aves como el tocororo –ave nacional–, el majá de Santa María, el zunzún, el pájaro carpintero y el bienteveo, llamado por acá chichinguao.

TURISMO CUESTA ARRIBA

Cuando el sábado 9 de septiembre de 2017 el azote del huracán Irma dejó casi desnudos los bosques de Lomas de Banao, lograr la regeneración natural de este sitio paradisiaco era utopía para los escépticos.

Cuesta arriba, la naturaleza volvió a oxigenarse, a mostrarse toda. Fuentes del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) aseguran que el número de turistas nacionales y extranjeros que visitó el lugar superó las 25 000 personas en 2018, muchas de las cuales disfrutaron de la cascada La Bella, del río Banao, un regalo de la Madre Natura.

Varias modalidades de excursión conectan con el paisaje, y el principal sendero es Banao-La Sabina, donde radica el Centro Biológico del mismo nombre, devenido laboratorio de significativas investigaciones y estudios de conservación de la flora y la fauna.

En campamentos de verano y estadías de nueve días, alumnos y profesores provenientes de Francia, Estados Unidos y Alemania, esencialmente, realizan pesquisas de flora endémica amenazada, así como la repoblación de áreas y parcelas de alimentos de aves.

Esta reserva ecológica, una de las ocho áreas protegidas con administración en el territorio espirituano, consolida el programa de uso público y el mejoramiento de la infraestructura.

Según explicó el también técnico forestal Héctor Martín Hernández, hoy se emprenden labores constructivas en los ecoalojamientos de Jarisco, La Sabina y Hoyo de Naranjal, que totalizan 64 habitaciones.

Así, la zona se alista para acoger, el venidero 24 de septiembre, la edición 12 del Turnat 2019, el evento líder del turismo de naturaleza en Cuba, organizado por la Agencia de Viajes ECOTUR, perteneciente al Grupo Empresarial Viajes Cuba S.A., con el objetivo de promover a nuestro país como un destino de naturaleza, aventura y ruralidad.

A la cita, la reserva ecológica Alturas de Banao llegará con un boleto: la propuesta de elevar su categoría a Parque Nacional, y sus credenciales principales, informa Ernesto Pulido García, secretario ejecutivo de la Junta Coordinadora Provincial de Áreas Protegidas. Serán la recuperación del ecosistema y la integración de los valores paisajísticos, históricos y culturales del área, una verdadera postal de la naturaleza a la vista de todos.