- El sueño de dos españoles de volar a Cuba
LA DÉCADA DEL 20 DEL PASADO SIGLO SE CARACTERIZÓ POR LA REALIZACIÓN DE LOS VUELOS TRASATLÁNTICOS, SIN DUDAS UNA META DE LOS AVIADORES DE LA ÉPOCA
Desde 1925, Ignacio Jiménez había establecido récords nacionales con la utilización de un avión Breguet XIX, fabricado en Francia y posteriormente en España por C.A.S.A., Construcciones Aeronáuticas S.A. En este nuevo proyecto, Jiménez y Francisco Iglesias Brage tenían puesta su mirada en Cuba, donde tantos españoles vivían en un ambiente de fuertes tradiciones hispanas. La ruta a seguir se efectuaría, en su mayor tiempo, sobre el océano con el consabido riesgo que conlleva volar sobre esta gran masa de agua. Por tal motivo, las autoridades aeronáuticas no la aprobaron.
La alternativa del mando fue realizar el vuelo en dirección Este, por lo que se les indicó trabajar en ese sentido. Jiménez e Iglesias aceptaron de boca la propuesta pero, en secreto, los preparativos fueron pensados para materializar su sueño de llegar hasta la Isla. También, en secreto, contactaron con autoridades cubanas, las cuales les ofrecieron detalles de las condiciones meteorológicas más frecuentes en el Caribe y en la Mayor de las Antillas.
Luego de arduas disposiciones llegó el día del vuelo, el 9 de mayo de 1928. Despegarían, pondrían rumbo Este y luego girarían y se lanzarían hacia Cuba. Un percance en el instante de la salida motivó que el mando español descubriera su estratagema, por lo que ambos fueron amonestados.
El 24 de marzo de 1929 se fijó la fecha para el vuelo proyectado. Esta vez sería hacia Sudamérica, desde Tablada hasta Brasil, lo cual les permitía recorrer la distancia necesaria para romper el récord. En esta ocasión, también se imponía el cruce del Atlántico.
El avión Breguet XIX Jesús del Gran Poder estaba decorado con estampas andaluzas. Y aunque el vuelo fue un éxito no lograron romper el récord y decidieron continuar el periplo a lo largo de Sudamérica y fijar el destino final en La Habana. No faltaron en la travesía momentos tensos, así como entusiastas bienvenidas en los países que visitaron. Finalmente, el 10 de mayo partieron de Managua, Nicaragua, hacia La Habana, con una pequeña escala en Guatemala.
En la capital de Cuba fueron recibidos con júbilo en el aeropuerto militar de Columbia luego de sobrevolar el Capitolio. Un total de 22 000 km recorridos y 121 horas de travesía resultó el balance final. Durante su estancia en La Habana, fueron homenajeados por varias instituciones y el pueblo. El 7 de junio, con el Jesús del Gran Poder desarmado, Jiménez e Iglesias abordaron el buque Almirante Cervera que los llevó de vuelta a Cádiz.
El trayecto final de Cádiz a Madrid, vía Sevilla, fue engalanado por una gran demostración de júbilo. Unos 125 aviones lo acompañaron hasta el aeropuerto de Getafe en Madrid y fueron ovacionados por un numeroso pueblo, los Reyes de España y altos mandos del Ejército del Aire.