- 20 sitios para amar
PLAYAS ESPECTACULARES, FONDOS MARINOS ÚNICOS, ARQUITECTURA SINGULAR, NATURALEZA PRÓDIGA Y DIVERSA, RICA CULTURA Y FUERTES TRADICIONES, TODO ES POSIBLE EN EL CARIBE Y LAS AMÉRICAS, UN DESTINO MÁGICO CUYAS VIRTUDES LA REVISTA EXCELENCIAS HA DESTACADO Y VISIBILIZADO A LO LARGO DE SUS DOS DÉCADAS DE EXISTENCIA
1. El viejo San Juan, exótico tesoro
La magia del Viejo San Juan puede provocar el éxtasis del visitante en solo dos horas de caminata por su atractivo corazón turístico, y tras el recorrido, el viajero sentirá la satisfacción de haber penetrado en los misterios de una de las ciudades caribeñas donde se asienta con fuerza irresistible y en singular paradoja la historia colonial y los adelantos de la era moderna. Esta pequeña ciudad de Puerto Rico es uno de los lugares preferidos de enamorados, hombres de negocios y turistas en las Antillas.
2. Bahamas, las puertas del nuevo mundo
Muy cerca de La Florida y por encima de las Grandes Antillas, una guirnalda de islas se extiende de noroeste a sureste, ocupando espacios privilegiados del Océano. Las Bahamas se pusieron de moda en los años 60, cuando el turismo como industria comenzó a florecer y hoy es uno de los reinos más significativos de este mundo. Por estos lares, el almirante Cristóbal Colón pisó por primera vez la tierra que después llamaron América, el 12 de octubre de 1492. El verdadero encanto de este país, compuesto por 700 cayos e islotes, de los cuales solo unos 30 están habitados, reside en el mar y en su naturaleza virginal.
3. El puerto más antiguo de México
Veracruz es uno de los estados mexicanos más alegres, donde la música, el buen comer y la simpatía son las definiciones más importantes de los veracruzanos. La ciudad de Zempoala se encuentra a 80 km de Veracruz, donde se encuentran las ruinas más grandes de los territorios totonacos. Los aztecas construyeron esta urbe en 1469 y fue allí donde se produjo el primer contacto entre los hombres de Hernán Cortés con estos indígenas. En el pequeño pueblo La Antigua, Cortés fundó la Villa Rica de Vera Cruz, y edificó la iglesia más antigua de América, en el interior de una ciudad.
4. La Antigua Guatemala
El esplendor de su pasado colonial asoma en las fuentes, plazas y monumentos de esta añeja ciudad que duerme desde hace siglos a los pies del Volcán de Agua. Desandarla es viajar al pasado. Los aires coloniales de sus primeros días siguen vivos en sus calles empedradas, pórticos bellamente labrados, hermosas aldabas fundidas en bronce y vistosas fuentes de piedra. Todo parece suspendido en el tiempo. Hasta sus habitantes, ataviados con coloridos trajes, recuerdan al viajero aquellos días de 1543, cuando la urbe fue fundada bajo el nombre de Santiago de los Caballeros.
5. El Salto Ángel de Venezuela
Los escenarios naturales de este país cuentan con la virtud de transformar las memorias citadinas del más recalcitrante amante del asfalto. Canaima pertenece al estado de Bolívar, en el sureste de Venezuela, y una de sus atracciones estrellas es el Ángel, el salto de agua más alto del mundo (979 m). Apreciarlo impone toda una aventura previa, pues hay que pasar la prueba de navegar varias horas en canoas por ríos presurosos, caminar y remontar cuestas bajo el bosque húmedo, sintiendo el bramido de la catarata chocar contra el lecho de rocas y mezclarse luego con el murmullo de la selva.
6. Aruba, diminuto paraíso turístico
Aruba es una isla diferente. Desde el momento en que se ve desde el aire se percibe que no es igual a las demás del Caribe. Apenas 30 km de longitud y 8 km de ancho; solo 193 km2 de superficie. Sin embargo, este diminuto país, uno de los más pequeños del planeta, es paraíso grande del turismo, por su amalgama de cultura y tradiciones holandesas y caribeñas, y por el cúmulo de barcos y aviones hundidos que atesoran sus costas y que la convierten en el segundo mejor destino del mundo para la práctica del buceo de naufragios.
7. Escapada ecológica a Costa Rica
Situada en el mismo corazón de Centroamérica, caribeña y del gran Pacífico a la vez, Costa Rica se abre al turista como fruta madura de naturaleza y confort. Puente cultural entre el Norte y el Sur del continente, esta franja de tierra privilegiada, lo mismo en sus bellas playas que en sus intrincadas maravillas rurales, resulta una invitación a disfrutar de sus paisajes y ambientes naturales. Asómese al cráter de un volcán, o piérdase en la belleza arquitectónica de sus ciudades. Ríndase ante más de mil orquídeas diferentes. La vida es ciertamente corta y bien vale la pena entonces una escapadita bien pura a esta Costa, que es sin dudas tan Rica.
8. Altos de Chavón, República Dominicana
Altos de Chavón es un viaje a la memoria de la Europa medieval del siglo XVI, al borde de un río maravilloso y entre exuberante floresta, explosiones de buganbilias, cocoteros y arecas, sobre una meseta de base rocosa y profusa vegetación tropical en medio del Caribe. Muy cerca de Casa de Campo y de la espectacular playa Juan Dolio, surgió en 1976 esta aldea historicista de donde se dominan las más espectaculares vistas sobre el río Chavón y que fue diseñada como una comunidad artística por el arquitecto italiano Roberto Copa, con piedra cruda, madera rústica, hierro de forja, bronce, mosaicos artesanos y la argamasa.
9. Cartagena, mágica y hermosa
El visitante que salga a caminar las calles de la vieja ciudad entenderá el orgullo de los cartageneros cuando dicen que allí se reúnen a la vez todas las bellezas de las ciudades portuarias caribeñas, con el valor agregado de que este es un lugar a salvo de los huracanes. Son una constante los adoquines, las fachadas barrocas en edificios civiles y religiosos, los balcones con balaustradas de madera cubiertas por cascadas de buganvilias y otras flores del trópico, los patios interiores con fuentes y vegetación. Los abundantes cafés y bares invitan a una parada en la caminata para disfrutar cocteles locales o jugos de frutas naturales.
10. Atacama, espectáculo incomparable
Este altiplano chileno es como una gran imagen lunar en tierra firme. A pesar de lo inhóspito y desafiante que puede ser el desierto más árido del mundo, se ha puesto de moda. A más de 2 000 m de altura al norte de Chile, entre Los Andes y el mar, aquí todo parece ser estático como en una gigante fotografía. Géiseres y termas exhalan densas columnas de vapor que contrastan con el cielo limpio y azul. En medio de difíciles condiciones de aridez extrema, la vida puja por conseguirse un palmo de espacio y termina lográndolo en los lugares más insospechados.
11. El Salvador cerca de ti
Tierra de altos manantiales nombraron los indios pipiles a esta ciudad situada al norte del país centroamericano. Favorecidos por la abundante agua y la naturaleza pródiga, se instalaron en este rincón del departamento de Ahuachapán sus primeros habitantes. Con el tiempo aparecieron las exploraciones españolas, se establecieron los colonos pioneros, mezclaron su sangre con los pobladores autóctonos, levantaron un templo donde adorar a la Inmaculada de la Concepción y fue tomando forma este pueblito pintoresco que prosperó a base de un café considerado entre los mejores de toda la región.
12. Montego Bay, Jamaica
Este pequeño punto de playas relajantes y naturaleza encantadora al norte del país caribeño, es como un gigantesco imán que atrae a turistas de todo el planeta. La arena blanca, las palmeras y el mar turquesa componen un paraíso idílico. Y más allá del mar, la ciudad misma constituye una excelente opción. Casas de arquitectura georgiana, viejas iglesias y el enorme mercado artesanal de Craft Marjket, son visitas obligadas, así como los jardines de Shaw Park, el jardín y museo del Río de Coyaba, y el llamado Fern Gully, famoso túnel de helechos arborescentes, que abraza el camino y no deja pasar la luz solar.
13. Quito, la Ciudad de los Templos
La acogedora capital de Ecuador se encuentra situada en un valle a 2 820 m de altura, cercado por la serranía andina y sus cumbres nevadas. Cúpulas de iglesias y conventos coloniales despuntan en el Centro Histórico, en contraste con modernos edificios y avenidas. Flanqueado por la selva amazónica, la sierra andina y las aguas del Pacífico, este país se agiganta con su variedad de climas y paisajes y una población de múltiples orígenes, en la que conviven más de 25 etnias indígenas. A cada paso se aprecia la riqueza cultural plasmada en todas las manifestaciones artísticas, costumbres, y una deliciosa gastronomía.
14. Piriápolis, romántica y apacible
A tan solo una hora de automóvil desde la ciudad de Montevideo, Piriápolis es el centro de un ambicioso proyecto de desarrollo turístico conocido como Costa Serrana, un largo tramo de litoral que va de Río Solís a Punta Negra. Aunque navegar y pescar es una invitación constante en esta pintoresca ciudad de arraigada tradición marinera, ascender a la Capilla de San Antonio, suele ser uno de los primeros paseos recomendados, y la mejor manera de hacerlo es a través de las aerosillas que suben desde el puerto para disfrutar, a vista de pájaro, de aquello por lo cual miles de turistas lo llaman paraíso terrenal.
15. Copán, la Atenas del mundo Maya
Localizado en el oeste de Honduras, el antiguo Copán floreció entre el 426 y 820 d.C. Durante un tiempo, plazas magníficas, canchas de pelota y templos fueron construidos y frecuentemente embellecidos con espléndidos diseños; allí increíbles avances fueron hechos tanto en el arte como en la astronomía, y la población alcanzó cerca de los 30 000 habitantes. Los logros de entonces aún están en exposición en la forma de estelas ricamente esculpidas (monumentos tallados en piedra), elaboradas tumbas y una escalera tallada con jeroglíficos, uno de los atractivos más prominentes del lugar.
16. Isla Iguana, joya ecológica de Panamá
Para llegar a esta isla, declarada zona protegida en 1981, se puede partir de la Playa de Pedasí, una simpática población con pequeños hoteles de buenos servicios y restaurantes. Entre sus maravillas se encuentran la importante colonia de más de 5 000 aves fragatas, un verdadero espectáculo visual para los visitantes, y los artistas de los senderos, los pequeños cangrejos kikirikakiris, elegantemente vestidos con brillantes colores naranjas y violetas.
17. Sans Souci, palacio europeo en el Caribe
Para muchos es en el Caribe lo que el palacio de Versalles en Francia. Localizado a más de 130 km al norte de la capital haitiana, Sans Souci es el palacio que Henri Christophe, primer monarca coronado del Nuevo Mundo, erigió para demostrar que los negros eran capaces de lograr obras tan bellas e impactantes como las de los europeos. Fue el preferido de los nueve palacios del soberano, y hoy sus ruinas, junto con la Citadelle de la Ferrieri, fortaleza emplazada en la cima del cerro del mismo nombre, a 875 m de altura, y las fortificaciones de Ramiers, integran un Parque Nacional Histórico que en 1982 la UNESCO declaró Patrimonio de la Humanidad.
18. Gramado, Brasil «a la europea»
¿Se puede imaginar unas Navidades que duran más dos meses? ¿Y jardines repletos de flores todo el año, con impecables avenidas por las que deambulan peatones y automóviles en armonía? Se puede imaginar y además existe. Se trata de Gramado, una ciudad situada en plena Sierra Gaucha, en el estado más meridional de Brasil, Rio Grande do Sul. Un lugar al que se le podría estampar la etiqueta de slow life, es decir: esa vocación europea por lo que viene denominándose «ciudades lentas». Gramado constituye, sin lugar a dudas, un enclave exótico que desafía a la clásica imagen que supuestamente caracteriza a ese país suramericano.
19. Machu Pichu, tesoro de los Incas en Perú
A más de un siglo de haber sido descubierta por el explorador y profesor de la Universidad de Yale, Hiram Bingham, en 1911, Machu Pichu sigue siendo el destino turístico más importante de Perú. La enigmática ciudadela es, junto a la hermosa ciudad de Cuzco, una de las claves para entender el antiguo Imperio Inca y su excepcional civilización. Situada en una alta meseta (2 438 m.s.n.m), Machu Pichu se encuentra asentada en la confluencia de la selva amazónica con la línea oriental de los Andes peruanos, lo cual la volvió durante siglos, una fortaleza inexpugnable, por eso llegar hasta allí constituye una apasionante aventura, aun con las facilidades actuales.
20. Holguín, la tierra prometida
Cuando en octubre de 1492 Cristóbal Colón tocó por primera vez las puertas de Cuba, por las costas de Bariay, en Holguín, expresó fascinado que esta es la «Tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto». Cinco siglos después, este pedazo de la Isla continúa provocando el mismo efecto, pues constituye un rico escenario de la naturaleza cubana y se ha desarrollado como uno de sus más importantes destinos turísticos. A más de 700 km de La Habana, el esplendor natural de las altas sierras, fértiles llanos y playas de finas arenas, alterna en el paisaje de esta provincia y atrae a los visitantes como una suerte de hechizo o sortilegio.