Gibara, la llamada Villa Blanca o Villa de los Cangrejos, se acerca a sus dos siglos de existencia, devenida en una de las más atractivas ciudades monumentos del oriente cubano, con una belleza natural exuberante que la circunda, en gran medida todavía inexplorada por el turismo nacional e internacional.

La ciudad fue fundada el 16 de enero de 1817, fecha en la que fue colocada la primera piedra del Fuerte de San Fernando —luego recibió su nombre actual: Batería de Fernando VII— sobre la punta de Yarey, un saliente en medio de la bahía de Gibara, edificación que le dio confianza y seguridad a los moradores para mudarse en torno a ella y darle vida al poblado. Su promotor fue el criollo santiaguero Francisco de Zayas y Armijo, entonces Teniente gobernador de Holguín.

Posteriormente fue creciendo y la necesidad de proteger su patrimonio la convirtió en la segunda ciudad amurallada de la Isla. Los visitantes pueden apreciar hoy partes del muro, los fortines, y las ruinas del Cuartelón, exponentes del sistema defensivo colonial.

Su historia se remonta al 29 de octubre de 1492, cuando el Gran Almirante Cristóbal Colón ancló en la bahía de Gibara —a la que llamó Río de Mares—, un día después de haber tocado tierra cubana por primera vez en Bariay. 

El navegante genovés dio nombre a la mayor elevación, la Silla de Gibara, por su parecido a la pieza de montar caballos, y a la Loma de la Mezquita, por su semejanza con la Peña de los Enamorados, de Andalucía.

Los gibareños viven orgullosos de cuantas leyendas y mitos se le endilga a su ciudad, que recibió grandes olas migratorias de españoles, principalmente canarios y asturianos, y de otras nacionalidades europeas durante los siglos XIX y XX, quienes sirvieron de base a su variopinta población actual, estimada en poco más de 20 mil habitantes.

Propicio para ese orgullo fue la declaración de su Centro Histórico Urbano como Monumento Nacional por la Comisión Nacional de Monumentos el 12 de enero de 2004, casi un año después de la primera edición del Festival Internacional de Cine Pobre, fundado por el cineasta Humberto Solás, quien antes había llegado hasta la Villa Blanca para filmar uno de los cuentos de su película Lucía (1968) y para terminar Miel para Ochún (2001).

En su patrimonio arquitectónico y cultural destacan tres importantes museos: el de Historia Local con importantes colecciones aborígenes y documental sobre personalidades políticas e intelectuales de la región, el de Artes Decorativas y el de Historia Natural, que sobresale por poseer varias de las más completas y excelentes colecciones de especies marinas y aves autóctonas y migratorias del país.

Merecen ser apreciados igualmente la Iglesia Parroquial, la vieja sede del Casino Español y el Teatro municipal. Gibara cuenta además con dos parques eólicos, que la convierten en la principal generadora de energía eléctrica en Cuba a partir de una fuente renovable no contaminante. 

 

Humberto Solás Borrego 

(La Habana, Cuba, 1941 - 2008). Director de cine, productor y guionista. Presidió hasta su muerte el Festival Internacional del Cine Pobre, un proyecto que se propone motivar y promocionar un cine creativo y de bajo presupuesto.