Excelencias tuvo el privilegio de entrevistar al ministro  brasileño de Turismo, Gastão Vieira, quien analiza las perspectivas del intercambio turístico entre el gigante suramericano y la Mayor de las Antillas.

¿Cómo valora Ud. la decisión del Comité Organizador de FitCuba de otorgar este año a Brasil la condición de País Invitado de Honor?

Con mucha alegría. Brasil y Cuba son naciones hermanas, unidas por una cultura de fuerte matriz africana. Brasil, sin embargo, demoró en ver a Cuba también como un socio estratégico en negocios, algo que cambió en la última década. Nuestras exportaciones para Cuba en 2012 superaron los 568 millones de USD, siete veces más que hace diez años, y las exportaciones de Cuba para Brasil crecieron en la misma razón. En 2008 esas relaciones alcanzaron un nuevo nivel, con la instalación de la oficina de la Agencia de Promoción de Exportaciones de Brasil en Cuba y la firma de la asociación para la construcción del Puerto de Mariel por una empresa brasileña. El puerto debe contar con hubs de diversas empresas, que seguramente afluirán a Cuba por su localización estratégica.

 

Esa asociación, sin embargo, no puede estar completa sin una fuerte conexión entre los dos países en el sector del turismo, que es vocación económica de ambos. 

 

¿Qué opinión tiene Ud. acerca del flujo turístico entre Brasil y Cuba, así como el resto de los países del Caribe?

Todavía es modesto. Nuestra emisión para Cuba es de cerca de 15 mil turistas por año, y nuestra recepción de turistas cubanos es de apenas algunas centenas. Tenemos un potencial de crecimiento inmenso, demostrado por el número de argentinos (100 mil) y de canadienses (cerca de 1 millón) que visitan Cuba todos los años. Brasil necesita descubrir Cuba y Cuba necesita descubrir Brasil.

 

¿Qué importancia le atribuye a la participación de una delegación oficial y otra empresarial de Brasil en esta Feria. Cree Ud. que podrá contribuir a un incremento de los negocios de interés mutuo en el sector?

Yo no puedo responder por el empresariado, mas estoy convencido de que el sector de turismo brasileño ve oportunidades inmensas en Cuba, en el camino ya abierto por otros sectores, como la venta al detalle y el de la construcción. El Gobierno brasileño tiene total disposición en apoyar asociaciones que lleven al desarrollo económico y social de los dos países.

 

¿Cuáles acciones o iniciativas piensa que se pueden tomar en el ámbito gubernamental y empresarial para incrementar el flujo de viajeros entre Brasil y Cuba, en ambas direcciones?

Una medida crucial sería el establecimiento de vuelos directos. En julio Cubana de Aviación debe inaugurar un vuelo Habana-Sao Paulo, con frecuencia semanal. Es un comienzo, pero todavía es poco. Necesitamos que las empresas aéreas brasileñas hagan movimientos en el mismo sentido. En el ámbito del Gobierno, en breve estaremos negociando un memorando de entendimiento que permita a cubanos venir a Brasil para entrenamiento en técnicas de administración de hoteles y en receptivo turístico.

 

¿Ha pensado Brasil en flexibilizar los requisitos migratorios para incrementar el flujo de visitantes de países del Caribe, incluyendo Cuba, así como de otros países emisores de Europa y América Latina hacia Brasil?

Brasil está adaptando aceleradamente sus consulados para emitir visas en hasta 24 horas. También tenemos estudios adelantados para la concesión de visas electrónicas. Flexibilizar requisitos migratorios, sin embargo, no es una decisión tomada por ningún ministerio aisladamente. Cuando eso implica trabajo y migración, por ejemplo, es preciso una decisión del Consejo Nacional de Inmigración, que tiene, inclusive, entidades de clase en su composición, además de diversos ministerios. Dentro de la política de reciprocidad, Brasil ya concede exención de visas turísticas a todos los grandes países emisores de Europa y de América Latina.  LN