NACIDO DE LA TRADICIÓN REBELDE DE UN PUEBLO ABORIGEN, LA POPULAR DENOMINACIÓN PERVIVE A TRAVÉS DE UNA EXITOSA TRADICIÓN RONERA DE CASI UN SIGLO DE ANTIGÜEDAD

Con diversas versiones sobre su surgimiento y una ubicación hasta el momento desconocida, el nombre del poblado de Yucayo apareció en la historia a partir de la llegada del primer europeo a la bahía de Guanima, como la llamaban los nativos. Ocurrió en 1509 cuando Sebastián de Ocampo realizó el bojeo al archipiélago con el propósito de demostrar su insularidad.
Poco tiempo después la espaciosa rada cambiaría de denominación bajo trágicas circunstancias, a partir de las cuales comenzó a conocerse como la Bahía de la Matanza. Existen varias teorías que intentan dar respuesta a la llegada de este curioso título. Entre todas se impone la tesis del exterminio de un grupo de españoles a manos de los aborígenes.
Tras el fracaso de la colonia de Urabá en las actuales costas de Colombia, fundada en 1508, sus habitantes decidieron partir hacia La Española. Navegaron sin rumbo hasta naufragar en las costas de Cuba, en la región de Guaniguanico. Solo sobrevivieron 27 hombres y 2 mujeres, quienes por instinto salieron costeando por el norte con rumbo al oriente. En el camino fueron recibidos por diferentes cacicazgos hasta llegar a la bahía de Guanima, la cual representaba un formidable obstáculo natural en esa época.  Dos ríos caudalosos, rodeados de grandes pantanos y tupidos bosques, se extendían ante la mirada de los recién llegados.
En el entorno lacustre habitaba un grupo de aborígenes en un poblado denominado Yucayo, el cual, hasta el presente, no ha sido posible ubicar con exactitud. Los indocubanos estaban bajo la jefatura del cacique Guayucayex. Bien por la lógica defensa del suelo natal o porque tal vez conocía de las atrocidades cometidas en otros sitios por los hombres blancos, el ladino cacique les ofreció la posibilidad de cruzar la rada en sus frágiles canoas. Cuando los hispanos se hallaban en aguas profundas, los remeros indígenas volcaron los esquifes y la mayoría murió ahogada. Un grupo menor fue atacado y ultimado en tierra. Quedaron en poder de Guayucayex un hombre y dos mujeres que consiguieron salvarse.
Tres años más tarde Diego Velázquez comenzó la conquista y colonización de la Isla, llevando por la costa a Pánfilo de Narváez y al fraile Bartolomé de las Casas. Fue en Carahatas donde recibió la noticia de unos castellanos en poder de los aborígenes, en su rescate envió un grupo de remeros, quienes lograron traer de vuelta primero a las dos mujeres, y luego a García Mexía. Ellos contaron su odisea y Velázquez se lo hizo saber al Rey desde Trinidad, en su Carta de Relación del 1ro. de abril de 1514. Desde entonces a la bahía se le llamó Matanzas, a partir del primer acto de hostilidad ejecutado por los indocubanos contra los europeos invasores de su territorio, conducido por el último cacique de Yucayo, primero en defender la independencia de su patria amenazada.

NACE UNA MARCA
La marca Yucayo nació como parte de los productos que comercializaba la Compañía Licorera Matanzas S.A., los cuales se impusieron en el mercado cubano e internacional. Los embarques periódicos a Estados Unidos y a otras naciones daban fe de la calidad de esta bebida, que en sus inicios llegó a envasar alrededor de 400 000 L mensualmente.
El ron base se fabricaba con dilución de alcohol y de aguardiente en bocoyes de 500 L cargados de carbón vegetal y arena sílice, al que se añadía manzanilla española para mejorar el bouquet. Después permanecía en pipas de roble blanco americano de 180 L de capacidad por un período de seis meses.
Con el transcurso del tiempo los procesos tecnológicos han progresado, pero nunca en detrimento de la reconocida calidad de esta bebida genuinamente matancera. Desde su fundación hasta la actualidad, la Ronera Yucayo destaca con sus producciones de diversas líneas: Yucayo, Carta Blanca, Dorado, Refino, Silver Dry y Vodka. A ellos se añade el Yucayo 325, elaborado con motivo del señalado aniversario de la ciudad. Entre sus proyecciones a corto plazo se prevé incluir el Yucayo Añejo.
El área de fabricación cuenta con 6 naves de añejamiento con un tipo de montaje específico, denominado soleras gallegas, donde se hallan las pipas de roble blanco americano, que cada cierto período se regeneran para alargar su vida útil.
En el área de producción se garantiza la calidad de sus tres productos fundamentales: en una nave se encuentra el aguardiente en un proceso de añejamiento durante varios años, mientras que en las otras naves está el ron base compuesto por una mezcla de alcohol y aguardiente.
La producción se garantiza por un pequeño colectivo que asegura que se cumplan los requerimientos específicos para este tipo de ron, a partir de contar con la materia prima requerida. Sus producciones se dirigen hacia sectores como la gastronomía, el turismo y la empresa Tropical Islands. Este producto matancero tiene calidad certificada y goza de buena aceptación en los consumidores.
A la Unidad Empresarial de Base Ember Mayabeque pertenece la Comercializadora de Varadero donde se recepcionan y comercializan otras marcas del país, como los rones Pinilla, El Valle, Arecha, Legendario y el agua Amaro y el Copey, así como vinagres y vinos secos. Ember Mayabeque se halla entre las empresas que rescatan la tradición ronera del centro de Cuba. Con su producto estrella, Yucayo, le rinde honores a las más profundas raíces yumurinas y continúa haciendo historia.

 

Fundada en 1926, la fábrica de ron Yucayo conquista merecido reconocimiento por la excelente calidad en la elaboración de sus rones, logrado mediante un proceso de envejecimiento en barriles de roble blanco que le imprimen un exquisito bouquet al ron Yucayo, el cual puede servirse solo o con imaginativas combinaciones.

Ron Yucayo, producido y distribuido por Empresa de Bebidas y Refrescos Mayabeque.
Calle Armenteros, No. 18, Esq. Calzada de Luyanó, 10 de Octubre, La Habana, cuba.
Telf.: (+35) 76983331 / (+35) 76995748 / (+53) 45662435.
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