- La Ciudad Cultural
DESDE MUCHO ANTES DEL 17 DE FEBRERO DE 1860, FECHA EN QUE RAFAEL VILLAR SUGIRIESE QUE LA CIUDAD FUERA LLAMADA CON EL SOBRENOMBRE DE LA ATENAS DE CUBA, YA LA CULTURA OCUPABA UN LUGAR PREPONDERANTE EN SU RICA Y AÑEJA TRAYECTORIA
Nunca imaginó el capitan general español Severino de Manzaneda, al fundar la ciudad de San Carlos y San Severino de Matanzas, el 12 de octubre de 1693, que daba inicio a una historia hermosa, salpicada de leyendas y realidades que enamoran a todos hasta hoy.
Quien no haya visitado Matanzas, no sabe de su entorno geográfico espectacular, paisaje que alberga a una urbe desplegada en forma de anfiteatro, frente a una bella y profunda bahía, accidente geográfico que protagoniza el primer hecho de rebeldía aborigen que dió nombre a toda la provincia.
La ciudad que le faltaba al mundo, escribió la intérprete y compositora Marta Valdés en una de sus canciones. Dueña de bellezas naturales como el Valle del Yumurí, sitio paradisíaco que descubrimos no más llegar a las inmediaciones de la villa tricentenaria. Las Cuevas de Bellamar, con pasadizos y sitios inexplorados que atesora misterios nacidos en fechas distantes. El río San Juan, al que le cantaran y todavía le cantan los poetas y trovadores nacidos y no nacidos en esa tierra.
Desde mucho antes del 17 de febrero de 1860, fecha en que Rafael Villar sugiriese que la ciudad fuera llamada con el sobrenombre Atenas de Cuba, ya la cultura ocupaba un lugar preponderante en su rica y añeja trayectoria, marcada por el auge económico y cultural del siglo XIX.
Su trazado octogonal perfecto, con diseño de corte renacentista, realizado por el ingeniero militar Juan de Herrera y Sotomayor, la dotó de un urbanismo que fue enriqueciéndose poco a poco, sobre todo por levantarse allí edificios arquitectónicos como la iglesia de San Pedro Apóstol, aún de pie, ubicada en la populosa barriada de Versalles y diseñada por el italiano Daniel Dall´Aglio, el mismo arquitecto del Teatro Sauto, de inspiración neoclásica, fundado en 1863. Declarado Monumento Nacional, posee en activo una maquinaria manual de funcionamiento para levantar la platea y convertir al coliseo en un inmenso y elegante salón de baile. El antiguo hospital de Santa Isabel, construido por Julio Sagebien, reconocido como la instalación médica de ese tipo más antigua del país. El imponente edificio de gobierno, los centenarios puentes, sus calles escaleras, la única botica francesa del siglo XIX que se conserva íntegramente en el mundo, primer museo farmacéutico en América Latina; el Fuerte de San Severino, el Museo Palacio de Junco, la Plaza de La Vigía, el Parque de La Libertad, la Biblioteca Provincial, el barrio de La Marina…
Cuna de intelectuales, artistas, atletas, médicos, maestros…ostenta una lista de personalidades donde lo mismo puede brillar un excepcional violinista como José White, que Miguelito Failde, autor del danzón Las Alturas de Simpson, de 1879; Dámaso Pérez Prado, el llamado Rey del Mambo; los rumberos Virulilla y Saldiguera, los poetas José Jacinto Milanés, Plácido, Carilda Oliver Labra, Bonifacio Byrne, Agustín Acosta…, la presencia de José María Heredia, de paso por la ciudad. Los teatristas y dramaturgos Federico Villoch, Dora Alonso, Virgilio Piñera, José Ramón Brene, Abelardo Estorino, José Milián o René Fernández, sin mencionar todos sus pintores, donde descuella Esteban Chartrand, acompañado de otros pinceles, igual de ilustres. Unos nacidos en Matanzas capital, otros en Matanzas provincia, pero igual parte de esa fuente infinita de cultura que no ha cesado de manar nuevas y luminosas personalidades.
Matanzas atesora identidad nacional por todas partes, nombres también: Gentil Yucayo, la Venecia de América, Ciudad Dormida, Ciudad de los Puentes, de los ríos, los títeres, se dice que son 18.
Al cumplirse sus primeros 325 años, la urbe ha recibido un renovado y merecido impulso en el rescate de su maravilloso entorno arquitectónico y natural. Eso vuelve a declarar fiesta para su patrimonio tangible e intangible, un legado vivo en la actualidad desde sus agrupaciones musicales, teatrales y danzarias. Artistas plásticos, poetas, narradores, compositores, trovadores, cineastas, realizadores de la radio y la televisión, periodistas, historia-dores, investigadores, cientificos, deportistas, trabajadores…, todos parte de un compromiso esencial que declaró a Matanzas como ciudad cultural.
Más allá de mitos y fantasmagorías, quien visite en el siglo XXI a la otrora nombrada Atenas de Cuba, se va a encontrar con una ciudad que en su alma creadora jamás ha dormido. ¡Bienvenida esta nueva época de renacimiento y de luz! ¡Bienvenidos a Matanzas!