- Matanzas tradición y cultura
LA ATENAS DE CUBA ES TIERRA CONSAGRADA POR SUS VALORES EN EL ÁMBITO DE LAS ARTES. EL ESPLENDOR CULTURAL QUE LA HICIERA NOTORIA EN SIGLOS PASADOS, LA ILUMINA TODAVÍA CON INTENSIDAD
Lo humano y lo divino se entrelazan con admirable armonía en Matanzas. Es, sencillamente, una tierra bendecida por las musas. Se dice que esas divinidades, inspiradoras de arte y conocimiento, bajaban a la tierra para susurrar ideas e iluminar a aquellos mortales que las invocaran. Al parecer, las mitológicas diosas se volvieron asiduas de la Ciudad de los Puentes. Dígase música, artes plásticas, literatura o teatro, todas las manifestaciones artísticas tuvieron y tienen en Matanzas inmejorables representantes.
El esplendor cultural que hiciera notoria a Matanzas en siglos pasados, destella todavía con intensidad. Un recuento justo de todo lo que actualmente vale y brilla en el universo de las artes en esa urbe, que recientemente celebró su aniversario 325, quedaría estrecho en estas páginas. Excelencias le propone un boceto, modesto quizá, con el anhelo de que se anime usted a explorar, y así completar el lienzo.
MÚSICA
Las tradiciones africanas, traídas a Cuba por los negros esclavos, tuvieron en los entornos yumurinos un enclave poderoso. Como testimonios sonoros de una cultura que se afianzó, se elevaron los cantos y los sonidos de los tambores. Se alzó la rumba, y nacía de esa manera una de nuestras manifestaciones musicales de mayor prestigio folclórico y popular.
Reconocida como una mezcla festiva de músicas y danzas, el 30 noviembre de 2016 en París, el Comité Intergubernamental de la UNESCO decidió incluir a la rumba cubana en la lista representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Algunas de sus referencias más antiguas datan de 1880, sobre todo en las zonas de Sabanilla, Unión de Reyes y Colón. Entre sus intérpretes más encumbrados está el legendario José Rosario Oviedo, más conocido por «Malanga», a quien no pocos estudiosos han titulado como el mejor bailador de esta variante.
Allí, donde el río Yumurí besa la tierra, en un barrio conocido como La Marina, surge en 1952 Los Muñequitos de Matanzas, bajo el nombre de Guaguancó Matancero. En su discografía se incluyen los fonogramas El guaguancó de Matanzas, Los Muñequitos de Matanzas, La rumba soy yo, que se alzó con un Grammy Latino; Rumba caliente, Real rumba, Rumberos de corazón y Tambor de fuego, entre otras.
Cinco años después del surgimiento de Los Muñequitos irrumpe en el panorama musical el grupo folclórico Afrocuba, nacido como Guaguancó Neopoblano. Ese suceso artístico aportó nuevos bríos al rescate y preservación de las raíces africanas más puras del panteón yoruba, arará, bantú y abakuá. Su creador fue el prestigioso percusionista y cantante Francisco Zamora «Minini». Merecedor de múltiples premios, su quehacer se distingue por la originalidad, el rigor folclórico, la belleza de su proyección y la contemporaneidad de sus presentaciones.
Lugar cimero en el universo musical a nivel internacional ha dado el danzón a Cuba, surgido del talento de Miguel Failde. En 1879 se estrena en Matanzas Las Alturas de Simpson, un tema con el cual vio la luz el género reconocido como el Baile Nacional y merecedor de la condición Patrimonio Cultural Inmaterial de la nación cubana.
No fue otro que el tataranieto de Miguel, Ethiel, el encargado de revitalizar el ritmo. El joven músico fundó en 2012 la Orquesta Típica que ostenta con orgullo el nombre de su ilustre antecesor. También creó y presidió el Encuentro Internacional Danzonero Miguel Failde in Memóriam que ya va por tres ediciones. Su anhelo es enamorar a las nuevas generaciones, para que se vuelva a vivir el encanto de bailar «en un solo ladrillito». Llegó la Failde (2015), primer álbum de la agrupación, fue nominado en las categorías Música Popular Tradicional y Ópera Prima, en el certamen Cubadisco 2016.
Desandar la ruta musical en este territorio implica hacer una parada ineludible en la música campesina, pues ha dado cuna a algunas de sus voces más representativas. Baste recordar a Celina González (1928-2015). Cantante y compositora, la Reina del punto cubano fue la exponente más sublime de las costumbres sonoras de los campos criollos –su natal Jovellanos es una localidad de gran arraigo tanto en la décima como en el punto guajiro–, por la potencia de su voz, sincera y clara, y por su fidelidad a sus raíces.
Continuadora de Celina y defensora del género Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es Conchita Torres. Desde los siete años su vida giró en torno a la interpretación de esas melodías. Lleva más de cinco décadas haciendo retumbar, desde el pecho y la garganta, ritmos como el son, la guaracha, la guajira y la tonada. Es creadora de los grupos Serenata Yumurina y Cuba Nueva, ganadora de premios Cubadisco y ha sido nominada a los Grammy.
Hablando de tradiciones, toca el turno a la Banda Provincial de Conciertos, con más de siglo y medio de existencia, es parte de la identidad sonora de la urbe de los puentes. Según fuentes consultadas, José M. Cuetera Vila, quien fuera historiador de la ciudad, sitúa su surgimiento en 1856 como Banda de Música del Cuerpo de Honrados Obreros y Bomberos de Matanzas. Es tomada como la más antigua de Cuba en su modalidad.
Y si de pluralidad de sonidos y armonía se trata, de la Orquesta Sinfónica de Matanzas (OSM) hay mucho que decir. Tuvo su antecedente en la Orquesta de Cámara, obra de la Sociedad Amigos de la Cultura Cubana y el Ateneo de Matanzas (1950). Se oficializó en 1962 y desde entonces ha estado bajo la batuta de virtuosos directores como Mario Argenter Sierra, Rafael Somavilla, Reynold Álvarez Otero, Guido López Gavilán, Elena Herrera Peraza, Enrique Pérez Mesa y Ester González Tristá. En la actualidad tiene como directora titular a Yleana M. Moliner Castañer.
Abril tiene una connotación especial para muchos matanceros. Ese mes llega la floración y también los Conciertos Corales de Primavera, iniciativa del Coro de Cámara. El maestro Octavio Marín fue su artífice en 1961. Se caracteriza por trabajar un amplísimo repertorio que abarca obras del siglo XVI hasta las más representativas de la música coral contemporánea cubana y universal.
Desde 1986 es tutelado por el doctor José Antonio Méndez Valencia (iniciador de la Cátedra de Canto y Dirección Coral del Conservatorio matancero y poseedor del lauro José White de la UNEAC de esa provincia, entre otros). El disco San Juan murmurante fue merecedor del Premio Cubadisco, en el año 2013.
Más cercano en el tiempo y con la trova como eje melódico, con una obra igualmente impresionante, está el dúo de Lien y Rey. Lien Rodríguez López, de formación académica chelista (se desempeña como guitarrista, cantante y compositora) y Reynaldo Pantoja Vergara, tresero, cantante, compositor y arreglista, conforman un binomio aparecido en el panorama musical en 1996. Sus textos movilizan pensamiento y emoción por igual. Testimonio de ello son sus fonogramas Hay una canción, Procuraré, A fuego abierto (Premio Cubadisco en la categoría de Mejor álbum vocal instrumental), Tríptico de la Luna, Abrazos, Leídos y escribidos e ISLA.
ARTES ESCÉNICAS
El universo teatral matancero se ha caracterizado, desde épocas pasadas, por estar siempre a la vanguardia, ya sea con la admirable labor de connotados autores o con el quehacer incansable de teatristas. Insigne en esa faena es Teatro Papalote, encabezado por el maestro René Fernández, dramaturgo, actor, director artístico, pedagogo y promotor, Premio Nacional de Teatro, Maestro de Juventudes y reconocido como Dramaturgo Inspirador del Mundo. La compañía se creó en 1962 y es reconocida nacional e internacionalmente por su defensa y renovación de la práctica titiritera. Sus textos se nutren de la cultura popular tradicional, clásicos de la literatura infantil y el tratamiento de problemáticas actuales concernientes a niños y jóvenes.
Entre sus títulos más conocidos se hallan Romance del Papalote que quería llegar a la luna, Okin eiye ayé, Historia de burros y Feo. Papalote ha generado eventos como el Taller Internacional de Teatro de Títeres de Matanzas, Estudio de Primavera y Narices Rojas; el proyecto comunitario La Calle de los Títeres (Premio de Cultura Comunitaria 2005), así como exposiciones, concursos y publicaciones, con gran impulso al arte titiritero.
Encomiable es también la labor de Teatro de las Estaciones para impulsar el movimiento de teatro de figuras. Su fundador y director es el actor, titiritero, investigador teatral y profesor Rubén Darío Salazar (Premio Brene de las Artes Escénicas de la UNEAC en Matanzas, por la obra de la vida), quien inicia su carrera profesional en 1987 como miembro, precisamente, de Papalote. Y como es muy cierto eso de que quien a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija, Teatro de las Estaciones, que en 2019 andará celebrando su aniversario 25, se ha erigido como una de las agrupaciones más queridas y respetadas de la escena nacional, llevando adelante una producción de altos presupuestos estéticos, mediante la indagación en el patrimonio nacional, las corrientes contemporáneas, el nuevo lenguaje de la dramaturgia, y las relaciones con todas las artes.
Entre sus montajes significativos, muchos ganadores del Premio Villanueva de la crítica teatral, se pudieran mencionar: Retrato de un niño llamado Pablo, Pinocho corazón-madera, Los zapaticos de rosa, La caja de los juguetes, Por el Monte Carulé (premio a la mejor producción en teatro infantil, mejor interpretación y mejor dirección, de la Asociación de Cronistas de Espectáculos de Nueva York), Cuento de amor en un barrio barroco, Retablillo de Don Cristóbal y la Señá Rosita, Los dos príncipes y El irrepresentable paseo de Buster Keaton.
El elevado vuelo artístico de muchas de los espectáculos de esas dos agrupaciones se ha debido, en buena medida, a la labor de un mago llamado Zenén Calero, quien dirige la galería El Retablo, especializada en la preservación de la imagen del títere. Es catalogado como el más destacado diseñador de teatro de figuras en activo.
La formación de jóvenes actores, con el objetivo de hacer un teatro cada vez más parecido a su público es la esencia de Teatro Icarón. La agrupación constituye el resultado del quehacer de la actriz Miriam Muñoz. Su historia se remonta al proyecto Alas Teatro, fundado en 2001. Al siguiente año cambió su nombre por el que lo distingue hoy. En su repertorio se incluyen piezas del contexto latinoamericano y cubano como Flores de papel y La ventana tejida (reconocidas en ediciones del Festival Internacional de Pequeño Formato de La Habana), Espantapájaros, Manteca, Caliente, caliente que te quemas y Las penas que a mí me matan, entre muchas otras.
Fuera de las tradicionales salas, El Mirón Cubano ha desarrollado lo más sobresaliente de su creación al acoplarse a la cotidianidad de los barrios, de las calles y de la gente. Dentro de esa modalidad escénica se ha posicionado entre los más destacados colectivos de arte callejero en Cuba y América Latina. El nacimiento de la compañía se ubica en la década del 60 del pasado siglo y contó con la guía del laureado dramaturgo Albio Paz, compromiso que fue asumido luego por Francisco Rodríguez Cabrera.
Balada del Marino, Pasos callejeros, Juan Candela, Gato Currutaco y El Viejo y el Mar son montajes que evidencian la ardua experimentación del grupo con diversas estructuras dramatúrgicas para conquistar a los espectadores en los espacios públicos, y así motivarlos a regresar siempre.
Como uno de los conjuntos jóvenes más prometedores del teatro nacional contemporáneo irrumpió en la escena El Portazo. Con CCPC, Cuban´s Coffeeby Portazo Cooperative se erige con el Premio Villanueva de la Crítica 2015. Lo conduce Pedro Franco, quien en 2012 decide crear el grupo y trabajar por trilogías. La primera, como parte de En zona, reunió a Por gusto, Antígona y Semen. Luego Estrenaron CCPC, que le dio paso a La República Light (2018). Se prevé que el trío se complete en 2021. La intención de El Portazo es estremecer, epatar y acoplarse con el público a través de temas en los cuales se vea representado.
En el ámbito danzario sobresale Danza Espiral, con Liliam Padrón al frente. La intensidad de sus coreografías y presentaciones enérgicas, donde se funden danza, teatro, artes plásticas y música, han marcado la estética del conjunto. Espiral organiza además el concurso nacional de coreografía e interpretación DanzanDos, –devenida valiosa oportunidad para estimular y promover tendencias de vanguardia en la creación del arte danzario en Cuba, desde el pequeño formato.
Fue fundada en 1987. Logró ser avalada por su proyección escénica como una de las iniciadoras de la llamada Nueva Ola de la Danza Cubana, con creaciones portadoras de otra manera de pensar y bailar. Desde el silencio, Otelo, Lost, Peces en las manos, Las lunas de Lorca, La Vida en Rosa, La consagración y El Paraíso perdido son algunas de sus piezas.
El patrimonio escénico de la provincia es admirable. Para protegerlo y difundirlo llegó la Casa de la Memoria Escénica, el 29 de abril de 1994, otrora Centro de Información e Investigaciones de las Artes Escénicas de Matanzas. Presta servicios especializados en información (danza, ballet, teatro, arte circense) mediante una Biblioteca, Archivos Documentales, Hemeroteca, Iconoteca, Videoteca y Casseteca. Su Museo de dramaturgia, único de su tipo en la Isla, cuenta con 14 piezas hechas en madera.
ENSEÑANZA ARTÍSTICA
La enseñanza artística de la ciudad de los poetas ha estado siempre a la altura del devenir cultural de la provincia. Así lo demuestra la Escuela Vocacional de Arte (EVA) Alfonso Pérez Isaac. El plantel, reconocido por la calidad de su labor y que atesora con orgullo la Medalla de Oro obtenida en el Concurso Internacional de Academias de Ballet, recibe a estudiantes que cursan desde tercer hasta noveno grados (primaria y secundaria), con el fin de prepararse para dominar las principales técnicas de ballet, danza y música en diferentes especialidades. Fundado el 21 de julio de 1984, este Centro seriamente integrado al trabajo comunitario en el territorio, se encarga de la formación integral de los futuros artistas.
Otra institución cimera en el conocimiento de las artes es la Escuela Profesional de Arte. Su principal antecedente, la afamada Escuela de Artes Plásticas, se inauguró oficialmente en el año 1941 y fue equiparada, por la excelencia de su labor formadora, a la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro, de La Habana.
Como parte de ese sistema de enseñanza artística, la Escuela Profesional de Arte significa un valioso aporte en el aprendizaje de la plástica, la música y la formación de instructores. Sus más de 100 estudiantes garantizarán que en el futuro la cultura siga siendo uno de los pilares de la identidad matancera.
LITERATURA
La literatura cubana y universal ha llegado a millones de lectores gracias a uno de los más importantes sellos del país: Ediciones Matanzas. Más de 700 títulos de variados géneros, estéticas y enfoques; y una cifra superior a los 362 autores publicados –de ellos 195 matanceros– avalan el intenso quehacer de esa editorial, según datos recogidos en un catálogo perteneciente a la promotora cultural Jacqueline Méndez. El primer libro realizado (1978) fue la antología Poetas en Matanzas II, la cual contó con selección de Carilda Oliver Labra, Lina García Oña y Luis Lorente. Actualmente su director es Alfredo Zaldívar, Premio Nacional de Edición.
En la última década, volúmenes que han visto la luz bajo esa casa han alcanzado numerosos lauros: Premio de la Academia de la Lengua, los premios de la Crítica Literaria, de la Crítica Científico-Técnica y de la Crítica Historiográfica Ramiro Guerra, los lauros Raúl Martínez (de diseño), José Rodríguez Feo (de traducción), José Luciano Franco, La Rosa Blanca y La puerta de papel.
Si muchos escritores confiaron en Ediciones Matanzas para publicar sus obras, otros tantos han hecho lo mismo con Ediciones Vigía, que tuvo también en Zaldívar a su autor. Se dice que una gran parte de los galardonados con el Premio Nacional de Literatura han tocado su puerta para presentar textos que asombren con ese empaque totalmente manufacturado. El derroche de imaginación cobra vida en materiales rústicos, papeles desechables, elementos naturales, textiles, vidrios y otros. Sus trabajadores cumplen así con su propósito de hacer de los libros verdaderas obras de arte.
En sus colecciones aparecen las prestigiosísimas firmas de Cintio Vitier, Fina García Marruz, Dulce María Loynaz, Miguel Barnet y muchos otros encumbrados de nuestras letras. En abril de 2008, Vigía se alzó con el premio Estrella Internacional a la calidad en la categoría Oro, durante la XII Convención International Star for Leadership in Quality, de París, que forma parte del programa anual de Premios Business Initiative Directions.
Otro de los pilares fundamentales de la producción literaria en Matanzas es Ediciones Aldabón. En sus dos décadas de experiencia, el sello de la Asociación Hermanos Saíz ha dado a conocer hasta la fecha más de 80 libros de poesía, narrativa y ensayo. Los dos textos inaugurales fueron los cuadernos de versos: Poemas tempranos, de Israel Domínguez, y El silencio nos murmura, de Nayris Fernández.
CULTURA COMUNITARIA
El 2 de diciembre 1992 se estrenaba en el anfiteatro de Playa Girón una puesta en escena titulada La Hoguera, del escritor Saúl Roger. La obra era asumida por jóvenes actores desconocidos, pero de mucho talento. El suceso quedó registrado para la posteridad como la primera presentación oficial de lo que inicialmente se conoció como Proyecto Artístico Experimental Ciénaga de Zapata, y que después alcanzó renombre como Conjunto Artístico Comunitario Korimakao, fundado por el Comandante de la Revolución Faustino Pérez y el actor Manuel Porto, quien lleva sus riendas desde entonces.
Korimakao ha contribuido al progreso de la apreciación artística de las personas, no solo en la región, sino en gran parte del territorio nacional. Los preceptos, objetivos artísticos y sociales, así como el código de ética de dicha institución están muy claros. La línea de trabajo del proyecto está encaminada a enaltecer y diversificar la vida en la comunidad, preservar las raíces, llevar cultura hasta los lugares más lejanos y contribuir al mejoramiento humano.
Además, en la provincia existen aproximadamente 16 grupos portadores de tradiciones africanas. Ejemplo de ello es el grupo Gangá Longobá, la última familia gangá que queda en Latinoamérica.
ARTES PLÁSTICAS
Han sido muchos los hijos de esta tierra que han descollado en las artes plásticas. Francisco Cobo Pérez es uno de ellos. Nació el 4 de diciembre de 1915 y estudió en la Academia Privada de Alberto Tarascó, se graduó de pintura y escultura en la Academia de San Alejandro, La Habana, 1947. Gran parte de su obra se desarrolló como paisajista. Una de sus piezas más aclamadas se nombra La silla (1970), pintura collage con evocaciones cubistas. A partir de la década de los 80 del siglo pasado se destacó por sus óleos de marinas, framboyanes y catedrales. De él dijo Carilda Oliver: «Contemplar una exposición de Francisco Cobo es conocer la ciudad de Matanzas sin caminarla, averiguarle la raíz oculta, el misterio de sus noches secretas, la savia ancestral de su embrujamiento».
La escultura, en tanto, se luce de la mano de Agustín Drake Aldama, referente del trabajo con metal en el país. Posee una extensa obra, lo cual le ha permitido participar en más de 80 exposiciones colectivas y personales. Con sus creaciones fabulosas ha sido premiado en certámenes como el Salón Nacional de Pintura, Escultura y Grabado (1976), el Simposio de Escultura de Pequeño Formato (1986) o la Feria Internacional de Artesanía (FIART, 1993 y 1997). Figuró entre los nominados al Premio Nacional de Artes Plásticas en 2002. Un lustro después fue galardonado con el Premio Provincial de Matanzas por la obra de la vida.
Auténticamente criollo es también Manuel Hernández. Dicha cualidad es visible en toda su creación ya sea como caricaturista, pintor o ceramista. Casi todas las publicaciones han demandado su obra por la certeza de sus juicios gráficos, relacionados con disímiles asuntos de la sociedad, la cultura y la economía. De su fuerza creativa han dado fe publicaciones como Granma, Bohemia, El habanero, Juventud Rebelde y su suplemento Dedeté, Palante, Girón...
En el decenio de 1980 a 1990 estuvo incluido entre los 100 caricaturistas más importantes del mundo. Ha obtenido numerosos galardones como el Premio Esopo de Oro en Gabrovo, Bulgaria, la más alta distinción internacional del humor gráfico; la Medalla Pablo Picasso, otorgada por el Consejo Mundial de la UNESCO; y el Premio Nacional de Periodismo José Martí, en 2001.
Hace unos años volvió a su viejo oficio de la pintura y desde 1992 trabaja la técnica de la mayólica.
En la ribera del río San Juan hay una galería al aire libre, un paseo escultórico. La iniciativa fue concebida por el artista Osmany Betancourt, «Lolo». Cursó estudios en la EVA de Matanzas y posteriormente se graduó en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de La Habana, en las especialidades de escultura y dibujo. Se distingue por sus piezas en bronce y resina. Lolo busca continuamente motivar la reflexión y movilizar el pensamiento. Los temas sociales y la cotidianeidad son constantes en sus creaciones, impregnadas de una particular visualidad contemporánea.
FONDO CUBANO DE BIENES CULTURALES
El Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) es una empresa que pertenece al Ministerio de Cultura de Cuba, esta representa, promueve y comercializa, nacional e internacionalmente, las obras de los creadores de las artes plásticas y las aplicadas. Durante el año 2018, la filial de esa institución en Matanzas emprendió encomiables obras, como la inauguración del Centro Cultural Aurora y el Centro Cultural La Atenas de Cuba, además de la Casa de Cultura de Santa Marta y la Biblioteca, estos últimos en Varadero.
La Aurora reviste singular importancia porque allí tienen un espacio necesario todas las manifestaciones del arte para el disfrute de la población. En el lugar prima la atención al detalle y la calidad del diseño.
El FCBC se privilegia con una nómina de artesanos de primera línea, una red minorista y otra mayorista de ventas, una tienda del mueble y un taller de cerámica. Sus espacios de comercialización se aproximan a la veintena y poseen vínculos con 795 creadores en las diferentes líneas de negocios. Trabaja con un amplio catálogo de exportación y una singular oferta de productos culturales, capaces de satisfacer los más disímiles gustos.
ASOCIACIÓN CUBANA DE ARTESANOS Y ARTISTAS
El 7 de julio de 1988 inició su quehacer la filial de Matanzas de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (ACAA), institución que nuclea el desarrollo artesanal en el territorio. Sobresale por ofrecer una programación sostenida en función del desarrollo cultural de esta provincia. Se sitúa entre las de mejores resultados a nivel nacional, gracias al notable nivel artístico y profesional de su membresía, que supera los 5 550 afiliados.
Tiene como sede un seductor lugar devenido importante centro de promoción cultural de la ciudad. La restauración del inmueble obtuvo mención del Premio Nacional de Restauración y Conservación (2004) del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural. Allí concurren cientos de artesanos, estudiantes, y trabajadores de diferentes sectores, quienes tienen acceso a la biblioteca, el bar cafetería y a otros espacios habilitados para talleres y cursos sobre las especialidades de la artesanía artística.
ARTEX
Promociones artísticas y literarias Artex S.A. es una empresa cubana que pertenece al Ministerio de Cultura. Es la principal promotora y comercializadora del arte cubano, materializado a través de la exportación e importación de productos y servicios culturales.
Aquí lo más autóctono del quehacer cultural tiene sitio privilegiado en centros como Compás Bar, La Salsa, Las Palmas, Tradición, Palmar de Junco, Los Cocos y la Sala de Concierto José White, entre muchos más.
Belleza natural, riqueza artística y exuberante vida cultural se completan con un patrimonio arquitectónico de incuestionable notoriedad, donde se yerguen testigos del pasado y orgullo del presente el Teatro Sauto, la botica francesa del siglo XIX, los puentes, el Fuerte de San Severino, el Museo Palacio de Junco, la Plaza de La Vigía, el Parque de La Libertad y la Biblioteca Provincial. Matanzas es sinónimo de inagotable inspiración y muchos son los herederos del legado de Miguel Failde, José White, Dámaso Pérez Prado, José Jacinto Milanés, Plácido, Domingo del Monte, Bonifacio Byrne, Carilda Oliver, Dora Alonso, Virgilio Piñera, Abelardo Estorino o Esteban Chartrand. A Matanzas se le ha bautizado bien: Atenas de Cuba es un nombre a la medida.