- Curativa naturaleza
EL TURISMO QUE APROVECHA LOS BENEFICIOS DE LA MADRE TIERRA HA DEVENIDO TENDENCIA POPULAR EN LOS ÚLTIMOS AÑOS DEBIDO A LOS MÚLTIPLES PROVECHOS QUE TRAE PARA LA SALUD
Amanece. Despunta el día. Usted comienza la probable rutina de cada jornada: desayuna de prisa –quizá solo toma un poco de café– porque se le hace tarde para el trabajo, la travesía hacia el centro laboral no es plácida, está también cargado de las urgencias cotidianas; llega y sin dilaciones se apresta a cumplir con sus deberes. Aumenta el estrés. Se concentra en sus tareas, pero aparece la fatiga y con ella el mal humor. El camino de retorno se pronostica agobiante. El ambiente doméstico podría ser la solución. Solo que una vez allí hay otras faenas que demandan de usted. Y de esa manera, el sueño se convierte en una breve pausa entre un día y otro.
No hay que ser un profesional de la medicina para advertir que necesita un descanso. Pero no hablo de esa tregua pasajera, sino de una experiencia real de alivio para el cuerpo y la mente.
Si desde antaño los médicos recomendaban baños de mar y terapias basadas en los beneficios del termalismo, hoy no son pocos los facultativos que, además de esos procedimientos, recetan «baños de bosque». Entonces, no es cuestión de puro azar que el sector turístico dedique ingentes esfuerzos para hacer de la modalidad de turismo de naturaleza una forma especial de conectar a las personas con el entorno que le rodea, de recobrar la paz. Tanta aceptación ha ganado, que cada vez son más los que deciden vacacionar en sitios donde las actividades al aire libre, estrechamente cercanas a la aventura de lo natural, sean el orden del día.
Hablemos pues, de sus beneficios. En primer lugar es una experiencia que tributa significativamente al buen estado físico. Reduce el estrés y la fatiga mental, disminuye la irritabilidad, aumenta la autoestima, mejora la capacidad de concentración, ayuda a combatir la depresión y fortalece el sistema inmunológico.
Especialistas en el tema refieren que los árboles no solo reducen la contaminación urbana, sino que ayudan a aliviar casos de asma y alergias. Los entornos naturales son rehabilitadores, permiten recobrar la energía a través de atención involuntaria que no requiere un esfuerzo, como contemplar un río.
Asegura un informe realizado en la Universidad de Essex (Reino Unido) que andar, trotar o correr por caminos naturales es mejor ejercicio para las extremidades, que hacerlo sobre una cinta en el gimnasio. Asimismo, pasar el tiempo libre cobijado por la madre natura tiene beneficios para actividades intelectuales y amplía los recursos psicológicos y sociales. Se dice que luego de un paseo de un par de horas se reduce la presión sanguínea, decrece la concentración de cortisol (biomarcador del estrés) y se estabiliza la actividad nerviosa.
Si usted es de los que ya está convencido, debe saber que Cuba es un paraíso para el turismo de naturaleza, no solo por su reconocida categoría de sol y playa, sino por una amplia gama de iniciativas que privilegian la aventura. Son muchas las formas de vivir la experiencia y todas van de la mano de procesos de aprendizaje del entorno, del cuidado medioambiental, aproximación a la historia y el patrimonio; así como interacción con la gente, sus costumbres y tradiciones. Sobran en nuestra Isla las rutas para aliviar cuerpo y espíritu.
Medite un poco respecto a todo lo que gana al abrazar ambientes despojados del caos urbano. Tome su decisión y mañana, cuando el alba anuncie la llegada de un nuevo día, regálese unos amaneceres diferentes. Déjese cobijar por la curativa naturaleza. Todo eso se traduce en calidad de vida.