Fundada en 1545, medio siglo después de la fugaz pero imperecedera visita de Colón, el 28 de octubre de 1492, Holguín se ha consagrado como sitio de obligada peregrinación para quienes quieran conocer por donde comenzó esta Historia.

 

Investigadores la califican como la capital arqueológica de Cuba, por albergar el mayor enterramiento aborigen del archipielago y uno de los más trascendentes de América Latina. Por si fuera poco, en las aguas de su litoral, en la bahía de Nipe, los tres Juanes encontraron la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre,  Patrona de Cuba, hoy venerada en el Santuario del Cobre.

 

Enclavada de cara al Atlántico y modelada  por la fuerte influencia de las migraciones de varias  comunidades ibéricas, Holguín asumió en 1992 la feliz iniciativa de acoger la celebración de los 500 años del Encuentro de los dos Mundos, una definición tal vez discutible pero mucho más apropiada que la del Descubrimiento.

 

Lo que pudo ser acto de un día se transformó en motivo de debate permanente y encuentro anual gracias a la fundación de la Casa de Iberoamérica, que este año celebra su XX Aniversario.

 

Intelectuales, estudiosos y artistas de 18 países, agrupados en delegaciones amplias y con variadas propuestas artísticas, han confirmado su participación en este evento que se desarrolla cada año del 25 al 30 de octubre y comprende un aproximado de 250 a 300 actividades durante sus siete días.

 

El Director de la Casa de Iberoamérica, Eduardo Ávila Rumayor, un joven poeta que derrocha entusiasmo en su gestión explica que, “la fiesta de este año se va a parecer mucho a las dos décadas de trabajo previo porque estaremos rescatando la mayoría de los proyectos que han participado con nosotros en cada edición. Pretendemos recuperar y defender un concepto que desde el 2009 hemos

lanzado con el nombre Ameroiberia: ¿utopía o realidad?, porque realmente el término de Iberoamérica todavía enmascara demasiadas subordinaciones”. La Fiesta integra en cada edición eventos teóricos, artísticos, comunitarios y socioculturales que propician el diálogo, el intercambio y la solidaridad con nacionales y foráneos de la región.

 

El evento cuenta con espacios que acentúan  su carácter integrador: el Congreso Iberoamericano de Pensamiento, el Coloquio Iberoamericano de Letras, exposiciones personales y colectivas de artes  lásticas, la Muestra  del Audiovisual Iberoamericano, el Centro Cultural Ibérico, el Centro Cultural de América Latina y el Caribe, Proyectos comunitarios y de animación sociocultural, la Feria Internacional

de Artesanía Iberoarte, la Fiesta Campesina y las Brigadas Artísticas de Solidaridad. Este año, entre otros participantes confirmados, desde Colombia, Miguel Darío Melodías, organiza el I Encuentro Mundial de

Danzas Folclóricas en parejas. En Venezuela, el Director de Cultura, Rodolfo Zequera Antique, conforma una delegación representativa de todas las manifestaciones de la Fiesta: danza, música, artes plásticas y literatura; a su vez, trabaja para que la Red de Mercociudades esté presente en el Congreso y pueda conformar un foro sobre Políticas Culturales.

 

En Ecuador, Islen Izaguirre, promotora  cultural de las Artes Plásticas, convoca a un proyecto que se denomina Desde la mirada de la mujer y en esta tercera ocasión continúa sumando artistas de toda Latinoamérica a la Fiesta de la cultura Iberoamericana. “Estamos acercándonos a un concepto que

tiene que ver con una región culturalmente integrada desde México hasta la Tierra del Fuego, incluyendo a Las Malvinas como territorio legítimo argentino”, agregó Eduardo Ávila.

 

La Fiesta de la Cultura Iberoamericana hará especial énfasis en el proceso integracionista. El eje temático se centrará en los pueblos de Suramérica, con un concepto de región que pretende superar la limitada percepción geográfica y política que algunos tienen de Latinoamérica.