Los carnavales son quizás los festejos más renombrados de esta ciudad del oriente cubano. Desde la época colonial se celebran en el mes de agosto, alrededor del día 6, fecha que en el calendario católico

recuerda a San Salvador, el santo patrón escogido por los fundadores de Bayamo.

 

Estas fiestas están llenas de tradiciones en sí mismas. En ellas se expresan, además del júbilo y el  regocijo de todo un año de trabajo, las manifestaciones culturales autóctonas, desde la música y la danza hasta la literatura que se encuentra no solo en un buen libro, sino también en los estribillos

de canciones, en las seguidillas de las congas y en los motivos para enamorar.

 

Decir carnavales es decir cerveza, comida criolla, comparsas, carrozas, congas y mucho más. Los carnavales de Bayamo son hoy de los más visitados por turistas nacionales, debido a la diversidad de espectáculos culturales, la tranquilidad, la disciplina y el orden social, la buena comida criolla que se puede saborear y las múltiples tradiciones que matizan los cuatro días que duran.

 

Proveen de un encanto particular a estas fiestas la competencia entre las carrozas y comparsas que identifican a los barrios de la ciudad y participan en el tradicional desfile; los fuegos artificiales, la actuación de orquestas, las áreas bailables, los juegos, las congas y el muy popular paseo en coche por la ciudad, así como la jornada dedicada al tradicional carnaval infantil.

 

La ciudad de Bayamo recibe a sus fiestas más importantes vestida de lujo. En las primeras décadas del siglo XX los comercios se engalanaban, pintaban y retocaban. En la actualidad, se colocan adornos en los postes del alumbrado público, en las calles por donde transitarán los paseos, se pintan con cal los bordes de las aceras y la gente usa ropa de colores vivos, maquillaje artístico o en exceso y hasta  caretas.

 

Se dice que la primera celebración asociada al carnaval en Cuba ocurrió hacia 1585, durante los días del Corpus Christie, la Epifanía o Día de Reyes, en la que los esclavos eran autorizados por sus amos a organizar danzas y marchas por toda la ciudad. El 6 de enero los cabildos de las distintas etnias africanas realizaban una procesión por las calles de la ciudad acompañados de sus cantos y danzas.

Muchas familias siguen celebrando el Día de Reyes en el interior de sus viviendas, como parte de la tradición española de celebrar la presentación de Jesucristo ante los reyes magos Melchor, Gaspar y Baltasar.

MAYO Y LAS FLORES

Otra de las fiestas tradicionales bayamesas ocurre en mayo, alrededor del Día de las Madres. Originaria del barrio de San Juan, esta es una festividad tradicional y local, donde se comercializan obras de artesanía, se expenden flores y se efectúan bailables en los que como nota peculiar intervienen grupos e intérpretes de música mexicana.

 

La elección de la reina de las flores y sus damas de compañía, constituye una de las mayores atracciones de estas festividades que surgieron en la época de la denominada República en el siglo pasado y que se rescataron hace más de tres lustros para beneplácito de los habitantes de San Juan y toda la ciudad.

LA ANTORCHA VÍVIDA

La reedición cada año del incendio de Bayamo no es una fiesta propiamente dicha, pero se ha convertido en una fuerte tradición donde se dramatizan aquellos momentos decisivos de la Guerra de Independencia, cuando los pobladores de la ciudad deciden prenderle fuego antes de entregarla a los enemigos, el 12 de enero de 1869.

La celebración de cada 12 de enero deviene una muestra de la historia patriótica y rebelde que caracteriza al pueblo bayamés.