Este instrumento musical ha evolucionado a través del tiempo, desde el siglo III a.n.e, inventado por

el mecánico griego Ktesibio en Alejandría, aunque no hay referencia exacta de su funcionamiento. Más tarde, al surgir el órgano neumático se logra perfeccionar en el Imperio Romano. Ya en el siglo XIX imita los timbres de la orquesta.

 

Precisamente, es de los órganos franceses de lengüeta de donde se deriva el Órgano Oriental. Don Santiago Fornaris Jerez, de origen bayamés y oficio carpintero fue el primero en traer a la ciudad de Manzanillo en 1876, un órgano proveniente de Cienfuegos, asegurando que con él se podía hacer música popular. Cuentan que tuvo gran aceptación y los bailes con órganos lograron un alto nivel festivo, convirtiéndose en el centro principal de toda actividad bailable en la gran cuenca del Cauto

hasta Baire.

 

Bayamo es un mosaico de tradiciones, puedes recorrer el Paseo y encontrarás bellas melodías en forma de canto, en una peña singular del órgano “El Mambisito”, construido por Roberto Ramos, nieto de Don Santiago Fornaris, quien asume el legado que le dejara su abuelo y recrea a los bayameses con obras antológicas y contemporáneas convirtiéndose en una gran atracción.

 

También una agrupación femenina bayamesa protagoniza una sugerente propuesta musical al  interpretar al órgano, logrando un impacto artístico-cultural, temas cubanos, caribeños y  latinoamericanos. Una razón más por la que Bayamo puede considerarse una de las ciudades

donde la cultura nacional mantiene viva la identidad y la tradición de la música de órgano en Cuba