En 1909, alrededor del Parque Central, en un radio de 200 m en el corazón de La Habana, abrieron sus puertas los hoteles Plaza, Inglaterra, Telégrafo, Sevilla Biltmore y Parkview
El hotel Inglaterra, el más antiguo de Cuba, combina estilo y elegancia en la añeja Habana
A finales de los años 50 se levantaron nuevos hoteles de lujo, entre ellos el Capri

AL RECONOCER EN 1634 POR REAL CÉLULA LA IMPORTANCIA DE LA CIUDAD Y SU PUERTO, ESPAÑA LE ESTABA DANDO A LA HABANA EL CARÁCTER DE «DESTINO OBLIGADO» DE VIAJES, DESDE Y HACIA EL VIEJO CONTINENTE

La villa de San Cristóbal de La Habana, fundada por Don Diego Velásquez en 1519,en el borde oeste de la bahía, tuvo un crecimiento lento y desordenado hasta convertirse en el punto de convergencia yreunión de las flotas provenientes de América, cargadas de oro y plata en su ruta aEspaña, lo cual propició la llegada de personas de diversas nacionalidades y hábitos.
Hacia el año 1532 reunía ya la poblaciónmás importante de la isla. Con fecha 20 de diciembre de 1592 se le concedió el título de Ciudad por Real Cedula del monarca Felipe II; y años después, en 160,1 se le reconoció oficialmente como capital de la isla de Cuba.
En 1634 llegó a reconocersela importancia de la ciudad y su puerto, aldeclararse por Real Célula de 24 demayo de ese año: «Llave del NuevoMundo y antemural de las IndiasOccidentales”. De esta forma,España le daba a La Habana elcarácter de «destino obligado»deviajes desde y hacia el Viejo Continente.Las posadas y tabernas se veían entonces colmadas por visitantes dediversas nacionalidades, hábitos y costumbres, lo cual representaba una buenaoportunidad para vender productos alimenticios y ofrecerles a los forasteros lugar dealojamiento.
Según el historiador Jacobo de la Pezuela,«la ganancia principal del pueblo consistía en el hospedaje de los pasajeros de la flota y en los gastos de sus oficiales y marinería. Al llegar se constituían todas las casas en posadas, donde a cada huésped le costaba el más mediano trato cinco ó seis ducados diarios. Hasta las más humildes tiendas despachaban sus efectos á precios ventajosos. Especialmente al retorno de las flotas circulaba el oro, y el lucro de unos días bastaba para que los vecinos vivieran todo el año».
Pudiéramos considerar que en estos años, tal vez por instigación española, seinició la historia del turismo en La Habana, aunque en aquellos tiempos lapalabra «turismo» y «turista», aún no se habían inventado.Comenzando elsiglo XVIII, la capital era considerada como «la terceraurbe y el primer puerto del Nuevo Mundo, con una activa ybulliciosa vida portuaria y comercial».
Al iniciarse la República con el siglo XX, La Habana logró una rápida recuperación afrontando todas las contradicciones de una época caracterizada por la guerra y laintervención extranjera.En los primeros años, llegó con fines de negociosun flujo creciente de estadounidenses,aunque alegaban venir a pasear y admirar la naturaleza. Entonces comenzóun ciclo deconstrucciones hoteleras. En 1909 abrió sus puertas el hotel Plaza, que junto al Inglaterra, el Telégrafo, el Sevilla Biltmore y elParkview, ubicados en solo un radio de 200 m en el corazón de la Habana, constituyó un formidable conjunto de alojamiento, propio de las grandes ciudades de la época.
Fue en la década de los años 30 cuando se edificó en un área de 40 000 m2, el Nacional de Cuba, considerado el hotel insignia del país y propiedad de la National Hotel of Cuba Corporation, perteneciente a la cadena hotelera estadounidense Intercontinental. La negociación fue pactada con el Gobierno Cubanosobre la base de que a los 60 años la instalación pasaría al Estado sin costo alguno. Se inauguró con una gran fiesta la noche del martes 30 de diciembre de 1930.A sus piscinas, restaurantes, casino, jardines y el mayor lujo, sele adicionó su situación privilegiada frente al mar.
A finales de los años 50 se levantaron nuevos hoteles de lujo, imitando los estilos y estándares norteamericanos.El Habana Riviera, muy cercano al Malecón,se puso en explotación en 1957. De 71 m.s.n.m., este proyecto de la firma estadounidense Polevitzky and Johnson, de la Florida, abrió con 400 habitaciones entre el piso 2 y el 17.
Ese mismo año se terminaron el Hotel Capri y su casino, proyectado por el arquitecto cubano Mario Coyula.Con 12 pisos de habitaciones, sobre esta torre seconstruyó un bar y en el nivel siguiente la piscina. Su vecino, también en el Vedado, el Havana Hilton (hoy Habana Libre) fue proyectado por Welton Beckett and Association y emoezó a brindar servicios el 19 de marzo de 1958. Posee dos niveles de garaje en los sótanos, un piso principal, con un gran lobby, mezzanine con salones para reuniones y congresos, restaurantes, piscina, bares y le siguen 21 plantas típicas con 630 habitaciones y 42 suites.
Con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, el turismo internacional en La Habana, como en el resto del país, tomó un rumbo diferente cuando fueron cerrados los casinos y los negocios ilegales, en tanto se nacionalizaban los hoteles. Los flujos de turistas sufrieron un fuerte descenso, como consecuencia del agravamiento de las relaciones con el gobierno de Estados Unidos.Al iniciar el período revolucionario se reportaban 7728 habitaciones en Cuba, de las cuales 4892 se localizaban en La Habana. A partir de entonces, el desarrollo turístico se concentró principalmente en las zonas costeras para el turismo masivo de sol y playa, dirigido, sobre todo, a vacacionistas procedentes de Europa y Canadá.
HOTEL RIVIERA
Nombrado en honor a la famosa Riviera Francesa, este hotel es de los más antiguos de la capital cubana. Situado frente al malecón habanero, abrió sus puertas en noviembre de 1957 y fue declarado Monumento Nacional en abril de 2012. Su historia se entrelaza también con la mafia italo-norteamericana, por ser uno de los proyectos de Mayer Lansky.
En el momento de su apertura era el mayor hotel-casino construido en el mundo, con excepción de los que existían en Las Vegas. Como otro dato relevante, tenía la piscina más grande de La Habana y fue de los primeros del mundo en poseer aire acondicionado en todas sus habitaciones y áreas sociales.
Con todas las habitaciones con vista al mar, el Hotel Riviera fue visitado por estrellas de cine de renombre internacional. En el Cabaret Copa Room actuaron la actriz y bailarina Ginger Rogers, los comediantes Abbot y Maurice Costello y el cantante Vic Damonte. Estrellas como Stewart Granger, Alain Delon, Olga Guillot, Pacho Alonso, el cuarteto Las D'Aida, Chucho Valdés, Leo Brouwer, Alicia Alonso, Frank Fernández, Rocky Marciano, Kid Chocolate, Gabriel García Márquez y Michel Legrand conforman la pléyade de lujo que frecuentó esta instalación, junto a la luchadora estadounidense por los derechos civiles Ángela Davis y la primera mujer cosmonauta, Valentina Tereshkova, entre muchos más.
La escultura La sirena y el pez, de Florencio Gelabert Pérez, ubicada en la entrada del hotel, embellece la entrada e identifica la instalación, en la que también se encuentran  obras de relevantes artistas como Hipólito Hidalgo de Caviedes, Rolando López Dirube, Florencio Gelabert y Cundo Bermúdez.

HOTEL CAPRI
El Hotel Capri, situado a pocos metros del malecón de La Habana, fue de los primeros hoteles construidos en la década de los 50. Desde su inauguración en noviembre de 1957 fue además  uno de los mayores hoteles casinos en la capital cubana durante su apogeo. Propiedad del mafioso Santo Trafficante Jr., de Tampa, Florida, el proyecto del hotel fue presentado por Meyer Lansky y sus asociados en la carrera para tomar ventaja en una ciudad que resultaba muy atractiva para la mafia norteamericana en esa época.
Del 2003 al 2010 permaneció cerrado, pero tras una reparación exhaustiva reabrió sus puertas en 2013, manteniendo el esplendor de aquella época en perfecta armonía con elementos de la modernidad.
El Salón Rojo de esta instalación, propiedad de la Cadena Hotelera Gran Caribe S.A., del Ministerio de Turismo de Cuba, y cuya administración es compartida con la Compañía Hotelera Española NH Hoteles, es uno de los centros nocturnos de La Habana más concurridos, con una extraordinaria historia musical combinada con una oferta gastronómica de calidad.
En su escenario se han presentado ilustres de la música cubana como Benny Moré, Fernando Álvarez, Gina León, Lino Borges, Omara Portuondo, Moraima Secada, Tito Gómez y César Portillo de la Luz, así como los legendarios Frank Sinatra, Nat King Cole, Pedro Vargas y Libertad Lamarque. También asistieron alguna que otra noche reconocidos actores como Gregory Peck, Jack Lemmon, Robert de Niro, y también figuras hispanoamericanas como Silvia Pinal, Paco Rabal y Mario Benedetti.
Pero no solo cultura propone el Salón Rojo del Capri. Su estancia puede ir acompañada de excelentes ofertas gastronómicas y de una amplia coctelería, elaboradas por personal altamente calificado, capaz de satisfacer los gustos más exigentes.
HOTEL HABANA LIBRE
El Hotel Habana Libre, ubicado a más de 200 metros por encima del nivel del mar,  es uno de los edificios más modernos del Vedado habanero, poseedor de un encanto incólume a pesar del tiempo. En sus inicios se llamó Hotel Habana Hilton, como parte del patrimonio hotelero de esta millonaria familia y cuando se inauguró, fue el hotel más alto y más grande de América Latina.
Con los fondos de la caja del retiro de los trabajadores gastronómicos, se compraron los primeros terrenos en las manzanas que ocupan las calles donde está enclavado el hotel, inaugurado en marzo de 1958, en el que se encuentra un mural original de grandes dimensiones titulado Frutas Cubanas, de la artista cubana de la plástica Amelia Peláez; y el mural interior Historia de las Antillas, de René Portocarrero. Además, acoge esta instalación la escultura La Clepsidra, diseñada por Rita Longa, como ejemplos cimeros del arte más exquisito que se encuentra en las diferentes áreas de la  edificación.

HOTEL NACIONAL
Ícono arquitectónico del país, el Hotel Nacional de Cuba abrió sus puertas el 30 de diciembre de 1930. Los elementos del Art Decó, junto a los de la arquitectura morisca y ecléctica, coexisten en esta majestuosa edificación con leyendas, recuerdos de históricos sucesos y visitas de prestigiosas personalidades de Cuba y el mundo.
Como dato curioso, en sus jardines se exhiben 2 cañones que fueron parte de la antigua Batería de Santa Clara: El Krupp y el Ordóñez, este último el más grande del mundo en su época, a finales del siglo XVIII.
El hotel, construido en 14 meses, es el único con categoría cinco estrellas en el país con una administración 100 por ciento cubana. Aparece inscrito en el registro Memoria del Mundo desde 2010 y alcanzó el segundo premio en el Salón Internacional de Arquitectura e Ingeniería de 1994. Atesora reliquias inigualables, por lo que es acreedor de la condición de Hotel Museo.
Distinguidos de las  artes, la política, el comercio y del mundo de los negocios, las ciencias y la cultura universal, sin dejar de incluir a la mafia italo-norteamericana, han dejado su huella en sus predios; entre ellos como Eduardo VIII, Príncipe de Gales; los escritores Rómulo Gallegos y Ernest Hemingway; Nelson Rockefeller; el embajador ruso Macin Litvinov; el Barón Thyssen Stephen Boonemiza; los Duques de Windsor; Alexander Fleming, descubridor de la Penicilina; el boxeador Rocky Marciano y el jugador de beisbol del equipo estadounidense Yankees de New York, Micky Mantle. Figuras reconocidades del cine y otras manifestaciones artísticas, quizás sean los más conocidos como Marlon Brando, Ava Gardner, Errol Flyn, Tyrone Power, Rita Hayworth, Libertad Lamarque, María Félix, Cantinflas, Tin Tan, Jorge Negrete, Fred Astaire, Pedro Vargas, Agustín Lara, Nat King Cole, Buster Keaton y Frank Sinatra, el cosmonauta Yuri Gagarin, Jean Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Michel Legrand, Francis Ford Coppola, Pierre Cardin y Daniela Miterrand.
Sede de númerosos eventos, el Hotel Nacional de Cuba es, por tradición, el escenario principal de celebración del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, motivo por el cual se creó en la instalación el Rincón del Cine.

HOTEL SEVILLA
Inaugurado en marzo de 1908, inicialmente identificado como Gran Hotel Sevilla, fue esta una edificación de lujo en la época, con su estilo morisco, apreciable en la Alhambra de Granada, con sus innumerables y coloridos mosaicos, las trabajadas arcadas, las hileras de columnas, los altos puntales y un gran patio central que genera un agradable ambiente interior.
Este hotel, ubicado en las inmediaciones del Paseo del Prado habanero, fue uno de los más frecuentados en las primeras décadas de la República, y su fama trascendió las fronteras de la Isla. A partir de 1924 se llamó Hotel Sevilla Biltmore Havana city. También fue frecuentado por personajes notables de la mafia italo-norteamericana como Al Cappone, quien ocupó totalmente la sexta planta. A esa lista se suman otros renombrados como el tenor Enrico Caruso,  las cantantes Josephine Baker y Lola Flores, Hugo del Carrill, el equipo de béisbol norteamericano Medias Rojas de Boston y su estrella Ted Williams, el periodista y jefe de redacción del periódico New-York Times Herbert Mathews, los campeones mundiales de boxeo Joe Louis y Luis Angel Firpo, los ex presidentes Arnulfo Arias y Juan Bosch, de Panamá y República Dominicana, respectivamente; el prestigioso escrito policíaco franco-belga Georges Simenon, y el novelista español Vicente Blasco Ibáñez, entre otros.
Justamente en el Hotel Sevilla, Rita Montaner, La Única escuchó por primera vez a Ignacio Villa, Bola de Nieve, y le propuso entonces ser su pianista acompañante exclusivo. Como dato exclusivo adicional, en el hotel se quedó la huella del famoso pintor y muralista mexicano David Alfaro Siqueiros, quien como forma de pago por su estancia le regaló dos grandes murales.

La villa de San Cristóbal de La Habana, fundada por Don Diego Velásquez en 1519,en el borde oeste de la bahía, tuvo un crecimiento lento y desordenado hasta convertirse en el punto de convergencia yreunión de las flotas provenientes de América, cargadas de oro y plata en su ruta aEspaña, lo cual propició la llegada de personas de diversas nacionalidades y hábitos.
Hacia el año 1532 reunía ya la poblaciónmás importante de la isla. Con fecha 20 de diciembre de 1592 se le concedió el título de Ciudad por Real Cedula del monarca Felipe II; y años después, en 160,1 se le reconoció oficialmente como capital de la isla de Cuba.
En 1634 llegó a reconocersela importancia de la ciudad y su puerto, aldeclararse por Real Célula de 24 demayo de ese año: «Llave del NuevoMundo y antemural de las IndiasOccidentales”. De esta forma,España le daba a La Habana elcarácter de «destino obligado»deviajes desde y hacia el Viejo Continente.Las posadas y tabernas se veían entonces colmadas por visitantes dediversas nacionalidades, hábitos y costumbres, lo cual representaba una buenaoportunidad para vender productos alimenticios y ofrecerles a los forasteros lugar dealojamiento.
Según el historiador Jacobo de la Pezuela,«la ganancia principal del pueblo consistía en el hospedaje de los pasajeros de la flota y en los gastos de sus oficiales y marinería. Al llegar se constituían todas las casas en posadas, donde a cada huésped le costaba el más mediano trato cinco ó seis ducados diarios. Hasta las más humildes tiendas despachaban sus efectos á precios ventajosos. Especialmente al retorno de las flotas circulaba el oro, y el lucro de unos días bastaba para que los vecinos vivieran todo el año».
Pudiéramos considerar que en estos años, tal vez por instigación española, seinició la historia del turismo en La Habana, aunque en aquellos tiempos lapalabra «turismo» y «turista», aún no se habían inventado.Comenzando elsiglo XVIII, la capital era considerada como «la terceraurbe y el primer puerto del Nuevo Mundo, con una activa ybulliciosa vida portuaria y comercial».
Al iniciarse la República con el siglo XX, La Habana logró una rápida recuperación afrontando todas las contradicciones de una época caracterizada por la guerra y laintervención extranjera.En los primeros años, llegó con fines de negociosun flujo creciente de estadounidenses,aunque alegaban venir a pasear y admirar la naturaleza. Entonces comenzóun ciclo deconstrucciones hoteleras. En 1909 abrió sus puertas el hotel Plaza, que junto al Inglaterra, el Telégrafo, el Sevilla Biltmore y elParkview, ubicados en solo un radio de 200 m en el corazón de la Habana, constituyó un formidable conjunto de alojamiento, propio de las grandes ciudades de la época.
Fue en la década de los años 30 cuando se edificó en un área de 40 000 m2, el Nacional de Cuba, considerado el hotel insignia del país y propiedad de la National Hotel of Cuba Corporation, perteneciente a la cadena hotelera estadounidense Intercontinental. La negociación fue pactada con el Gobierno Cubanosobre la base de que a los 60 años la instalación pasaría al Estado sin costo alguno. Se inauguró con una gran fiesta la noche del martes 30 de diciembre de 1930.A sus piscinas, restaurantes, casino, jardines y el mayor lujo, sele adicionó su situación privilegiada frente al mar.
A finales de los años 50 se levantaron nuevos hoteles de lujo, imitando los estilos y estándares norteamericanos.El Habana Riviera, muy cercano al Malecón,se puso en explotación en 1957. De 71 m.s.n.m., este proyecto de la firma estadounidense Polevitzky and Johnson, de la Florida, abrió con 400 habitaciones entre el piso 2 y el 17.
Ese mismo año se terminaron el Hotel Capri y su casino, proyectado por el arquitecto cubano Mario Coyula.Con 12 pisos de habitaciones, sobre esta torre seconstruyó un bar y en el nivel siguiente la piscina. Su vecino, también en el Vedado, el Havana Hilton (hoy Habana Libre) fue proyectado por Welton Beckett and Association y emoezó a brindar servicios el 19 de marzo de 1958. Posee dos niveles de garaje en los sótanos, un piso principal, con un gran lobby, mezzanine con salones para reuniones y congresos, restaurantes, piscina, bares y le siguen 21 plantas típicas con 630 habitaciones y 42 suites.
Con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, el turismo internacional en La Habana, como en el resto del país, tomó un rumbo diferente cuando fueron cerrados los casinos y los negocios ilegales, en tanto se nacionalizaban los hoteles. Los flujos de turistas sufrieron un fuerte descenso, como consecuencia del agravamiento de las relaciones con el gobierno de Estados Unidos.Al iniciar el período revolucionario se reportaban 7728 habitaciones en Cuba, de las cuales 4892 se localizaban en La Habana. A partir de entonces, el desarrollo turístico se concentró principalmente en las zonas costeras para el turismo masivo de sol y playa, dirigido, sobre todo, a vacacionistas procedentes de Europa y Canadá.


HOTEL RIVIERA
Nombrado en honor a la famosa Riviera Francesa, este hotel es de los más antiguos de la capital cubana. Situado frente al malecón habanero, abrió sus puertas en noviembre de 1957 y fue declarado Monumento Nacional en abril de 2012. Su historia se entrelaza también con la mafia italo-norteamericana, por ser uno de los proyectos de Mayer Lansky.
En el momento de su apertura era el mayor hotel-casino construido en el mundo, con excepción de los que existían en Las Vegas. Como otro dato relevante, tenía la piscina más grande de La Habana y fue de los primeros del mundo en poseer aire acondicionado en todas sus habitaciones y áreas sociales.
Con todas las habitaciones con vista al mar, el Hotel Riviera fue visitado por estrellas de cine de renombre internacional. En el Cabaret Copa Room actuaron la actriz y bailarina Ginger Rogers, los comediantes Abbot y Maurice Costello y el cantante Vic Damonte. Estrellas como Stewart Granger, Alain Delon, Olga Guillot, Pacho Alonso, el cuarteto Las D'Aida, Chucho Valdés, Leo Brouwer, Alicia Alonso, Frank Fernández, Rocky Marciano, Kid Chocolate, Gabriel García Márquez y Michel Legrand conforman la pléyade de lujo que frecuentó esta instalación, junto a la luchadora estadounidense por los derechos civiles Ángela Davis y la primera mujer cosmonauta, Valentina Tereshkova, entre muchos más.
La escultura La sirena y el pez, de Florencio Gelabert Pérez, ubicada en la entrada del hotel, embellece la entrada e identifica la instalación, en la que también se encuentran  obras de relevantes artistas como Hipólito Hidalgo de Caviedes, Rolando López Dirube, Florencio Gelabert y Cundo Bermúdez.