Muchas personas evitan separarse de sus mascotas cuando emprenden un viaje de vacaciones en auto, avión o barco. Tal vez los motiva el deseo de no dejarlos abandonados durante esas jornadas o porque los consideran un miembro más de la familia. La mayoría de estas, perros y gatos, también agradecen estar cerca de sus dueños todo el tiempo y no someterse al estrés de la nostalgia y la angustia de la espera del regreso.

En los últimos tiempos se ha extendido la tendencia, justamente, de acomodar la rutina de elección y traslado hasta un lugar de disfrute en el tiempo libre en dependencia de la presencia o no de condiciones para recibir mascotas. Por ello, no pocos hoteles en el mundo ostentan la categoría «Pets Friendly», porque acondicionan sus establecimientos para lograr que sus huéspedes, humanos o no, se sientan cómodos.

Se demanda entonces un turismo responsable por parte de los viajeros, quienes evalúan el posible bienestar que puede disfrutar su mascota en las vacaciones anheladas, así como la calidad del servicio que pueden recibir. Además, deben velar por algunas medidas de cuidado elementales para no someterlas al estrés propio del cambio de su zona de confort. 

En esos casos, y como recomendaciones válidas para todos los viajeros, se sugieren precauciones que incluyen, por ejemplo, llevar todos los accesorios y suministros necesarios para el uso de la mascota, como comederos y bebederos, cama, correa, collar, artículos de limpieza, botiquín de primeros auxilios y medicamentos

habituales.

El respeto a la alimentación del animal es esencial. Mejor no experimentar con dietas foráneas en el lugar de visita, y para iniciar el viaje en cualquier medio de transporte, se aconseja no darle de comer antes, porque las náuseas y mareos también pueden afectarles.

Recomiendan los alojamientos hoteleros que reciben mascotas que sus dueños les coloquen una placa de identificación en el cuello; pues en más de una ocasión el ambiente de libertad y goce en una playa o en una excursión campestre pueden hacerles olvidar a su animal de compañía y este, a su vez, aprovechar el momento para la curiosidad infrecuente. No obstante, en muchas de estas instalaciones se ofrece el servicio de cuidado temporal de la mascota con personal capacitado para ello, y esa es también una manera de proporcionarle bienestar. 

Especial cuidado se requiere si el viaje se realiza en avión, para lo que se aconseja, no solo portar la documentación que demanda la aerolínea, sino respetar que los cachorros y crías tengan al menos ocho semanas de nacidos y evitar las escalas, porque en esos casos el animal no estará junto a su dueño si es muy grande, lo que le resultará estresante. 

Aunque existan estrategias de disfrute pensadas para este tipo de turismo, debes considerar que viajar con mascotas es similar a hacerlo niños, por lo que los planes deben trazarse tomando en cuenta las necesidades de cada animal en particular, para que sea positiva la experiencia.