La peregrinación a Santiago de Compostela data del siglo IX, más concretamente del año 813. Fue entonces cuando un eremita llamado Pelayo dijo ver, flotando en la noche sobre el bosque Libredón, la estrella que le indicaba la localización de la tumba del apóstol Santiago. Desde entonces, el interés por visitar ese lugar santo no ha hecho más que crecer; llegando a ser, según muchos poetas, el Camino en el que se forjó Europa. 

Es innegable que esta ruta de peregrinación es una oportunidad para acercar culturas y personas que de otra manera no se encontrarían. Prueba de ello son las cifras oficiales de peregrinos jacobeos, recién confirmadas por la Xunta de Galicia: se registraron 347 578 peregrinos de 186 nacionalidades en la Oficina del Peregrino a lo largo de 2019.

Tales cifras obligan a reflexionar sobre si la comunidad internacional es consciente del potencial del Camino de Santiago; y la respuesta es sí. La UNESCO declaró al Camino de Santiago Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 1985; y el Consejo de Europa lo designó como el primer Itinerario Cultural Europeo dos años después, en 1987. Para estos reconocimientos se tuvieron en cuenta las 11 rutas terrestres actualmente reconocidas por la Iglesia… Pero las ramificaciones del Camino no acaban ahí. 

En toda Latinoamérica y el Caribe se celebra y festeja a Santiago el mayor. Ciudades como Santiago de Caracas, en Venezuela;

Santiago de Cuba, en esa bella isla; Santiago de Cali y Tunja, en Colombia; Santiago de Guayaquil, en Ecuador; Santiago de los Caballeros, en República Dominicana, o Santiago de Veraguas, en Panamá, tienen al Apóstol como su patrón; y en ellas se celebran vísperas, homenajes musicales y cabalgatas en su honor.

Santiago de Veraguas, en Panamá, celebra una fiesta especialmente colorida. La ciudad festeja a su patrón con corridas de toros, serenatas y danzas típicas panameñas durante algo más de 10 días; y procesiona a la imagen del Apóstol por todas sus calles cada 25 de julio. De hecho, y según la Autoridad de Turismo de Panamá, el gran interés por visitar la Catedral de la villa (sea para honrar al Apóstol o a la Virgen María, la Medalla Milagrosa) influencia los meses de mayor afluencia turística a esta zona occidental del país centroamericano.

Quizás sea por este motivo que el Ministro de Turismo de Panamá, el señor Iván Eskildsen, apuesta en 2020 por la conexión de Panamá con el Camino de Santiago. Afirmando que España y Panamá tienen importantes vínculos, tanto históricos como culturales, Eskildsen anunció su intención de promover una ruta jacobea que se origine en Panamá y llegue, como todas, a Santiago. Esta ruta para venerar las reliquias de Santiago el Mayor comprendería, entre otros, los templos de Atalaya y de San Francisco; y daría el papel central a las dos basílicas consignadas al Apóstol Santiago en Panamá: la Catedral de Santiago de Veraguas y la iglesia de Natá de los Caballeros, también conocida como Basílica Menor de Santiago Apóstol.

El 500 aniversario de esta última está muy cercano (será en 2022), lo que convierte este templo cristiano en el más antiguo del Pacífico. 

El plan de ampliar oficialmente las rutas jacobeas al otro lado del océano cuenta, además, con el apoyo y aprobación de la Orden del Camino de Santiago. Con presencia en 34 países a través de sus más de 1200 Caballeros y Damas, esta institución milenaria defiende la figura del Apóstol y las tradiciones y costumbres de los pueblos por los que discurre el Camino… Y Panamá será, idealmente, uno de ellos. Si se lleva a cabo el plan, tanto la Catedral de Veraguas y la Iglesia de Natá como los apenas 70 km que las separan, serán origen, guía y parte del Camino de Santiago de todos los panameños (y visitantes) que lo deseen. Así, se podrá escuchar el icónico «¡Buen camino!» por todo Panamá.