Una selfie que lo cambia todo
Para elegir un destino turístico debemos tener en cuenta muchas variables, desde los precios del lugar o los sitios de interés, hasta fotografías del sitio; por ello, el dónde pasar las vacaciones puede convertirse en un proceso complicado.
La selfie —castellanizado se refiere a la «autofoto»— es muy popular en los lugares turísticos porque demuestran que, en efecto, la persona estuvo en el sitio. Ese valor agregado lo convierte en un testimonio de los aspectos icónicos de determinado destino. Lugares como el obelisco de Buenos Aires, el Cristo de Rio o el Capitolio habanero pueblan las selfies de millones de usuarios de redes cada día.
De hecho, la popularidad de este tipo de instantánea fue tan fuerte que prácticamente no hay un fabricante de móviles hoy que no incluya una cámara frontal para tomarlas. Además, existen hasta productos dedicados a estas, desde aplicaciones hasta artefactos externos. Algunos modelos de teléfono incluyen doble cámara frontal para potenciar las fotos que se toma uno mismo.
El palo para selfies o selfie stick, es un aparato pensado para los autorretratos que nació de la necesidad de abarcar más detalles en una foto. La dimensión de nuestros brazos en muchas ocasiones no era suficiente, así que se ideó una especie de extensión del mismo que aprovechó el Jack donde se conectan los audífonos y mediante una leve señal eléctrica logra la maravilla: tomar una instantánea con un toque a distancia.
Sin embargo, debes saber que algunos destinos no permiten su uso, pues pueden ser peligrosos. En los últimos nueve años, el índice de muertes a causa de intentar tomar el mejor autorretrato alcanza casi 300 pérdidas humanas.
Uno de estos lugares es Machu Picchu, donde la Dirección de Cultura de la Ciudad Imperial ha prohibido el uso de los palos selfies en la ciudadela Inca, porque algunos turistas desobedecen las normas del sitio arqueológico y traspasan el cordón de seguridad implementado allí, lo que implica que, a la búsqueda del mejor ángulo, pongan en peligro su vida y puedan caer al vacío.
Por otra parte, los palos de selfie se han convertido en un problema de seguridad para muchos destinos, pues las personas se acercan a objetos de valor que podrían dañarse o, en el caso de los zoológicos, dañar a los animales en exhibición.
Así que a la hora de las autofotos, es importante estar atentos a dónde pisamos; o si tenemos un menor a nuestro cuidado intentar hacerle las instantáneas uno mismo.