Coralita Veloz, popular actriz cubana de cine, teatro, radio y televisión, hija de los famosos actores y cantantes Ramón Veloz y Coralia Fernández, y madre de las actrices Tahimí Alvariño y María Carla Rivero, en exclusiva para Arte por Excelencias confiesa sus dotes actorales innatas, inspiradas por el legado artístico familiar y el contacto con los medios de comunicación desde la niñez.
«En mi familia la actuación está en la sangre, es increíble, todos hemos sido actores y actrices: mi hermano, yo, nuestros hijos y hasta los nietos, quienes también gustan de la música. Mis padres eran muy sociables, y en casa, después del trabajo, armaban tertulias y canturías con Celina González, Carmelina Barberis…, y en este ambiente fue surgiendo mi vocación.
»No soy actriz de estudio, nunca estudié actuación, se puede decir que mi formación viene desde la cuna, porque comencé a actuar a los siete años, haciendo comerciales y una telenovela cubana llamada Una luz en el camino, dirigida por Antonio Vázquez Gallo.
»Me gusta leer, y he leído mucho. Es importante para todas las personas, pero para un actor es imprescindible, porque debe darles vida a personajes, y para eso entrar en su piel, en su psicología, saber por qué reacciona así, encontrar su esencia y enriquecerlo».
La candidez de su mirada inspira serenidad y confianza a la actuación de Coralita como primera actriz de múltiples series, novelas y teleteatros de radio y televisión. Meritoria su actuación en Feliz cumpleaños junto a Teresita Rúa y Raquel González, su estancia en Teatro Estudio, donde compartió escenario con el actor Aramís Delgado y estuvo bajo la dirección de Huberto Llamas y del dramaturgo Nicolás Dorr.
Al preguntarle sobre su filmografía, confiesa como una experiencia única la película Reina y Rey (1994), de Julio García Espinosa: «Junto a la gran actriz Consuelo Vidal interpreté a una mujer alocada y extrovertida; nada que ver conmigo, de ahí que me resultara bien interesante». Esa actuación le valió un año más tarde el Premio a la mejor actriz de reparto del Concurso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
Otros filmes que marcaron su carrera artística fueron el multipremiado largometraje La vida es silbar (1998), dirigido por Fernando Pérez, y Hacerse el sueco, de Daniel Díaz Torres. Su actuación fue laureada por la Uneac en el año 2000.
«He tenido la suerte de hacer personajes, tanto en televisión como en radio, muy bonitos, fuertes, de carácter histórico, de literatura universal… Sin embargo, hay un personaje que se arraigó en el pueblo de Cuba y al que le tengo un especial cariño: la capitana Isabel de la serie televisiva Día y Noche, que interpreté durante diez años. Todavía hoy me identifican en la calle con este personaje, gracias al cual recibí las Medallas por el 25 Aniversario, Seguridad Personal y Servicio Distinguido del Ministerio del Interior».
Premio Actuar 2018 por la obra de la vida, fundadora de esta agencia, Coralita ha trabajado como animadora de programas musicales de televisión como Buenas Tardes, y en los espacios En frecuencia y Sorpresa, de Radio Liberación. Merecedora de la Distinción por la Cultura Cubana y del Sello 80 Aniversario de la Radio Cubana, cuenta con una prolífera vida artística y de formación a nuevas generaciones de actores y actrices.
«Actualmente colaboro con la producción de cortometrajes que realizan los estudiantes de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (Famca) del Instituto Superior de Arte, pues tocan temas que nunca serán abordados en televisión. A propósito, acabo de terminar los seriales televisivos De amores y esperanzas, de la realizadora Raquel González, y Promesas, dirigido por Mirta González. Desde hace cuatro años conduzco una peña cultural en la Casa de 18 de Artex, bajo el nombre de Coralita Veloz y sus amigos, donde soy anfitriona y recito acompañada por el cantautor Raciel García.