John Winston Lennon (1940-1980) fue músico multiinstrumentista, cantante y compositor. Saltó a la fama con The Beatles, «la banda más comercialmente exitosa y críticamente aclamada» de la historia del pop. De los autos de Lennon, el más icónico fue (es) el Rolls-Royce Phantom V.
En los años sesenta del siglo pasado, con el florecimiento de los hippies y la contracultura en acción para acabar la guerra de Vietnam, el cuarteto de Liverpool está entre los abanderados de la música pop. De ellos destacan John Lennon y Paul McCartney, una exitosa pareja que hará historia por sus composiciones e interpretaciones.
John Lennon, envuelto en el triunfo mediático de la música alternativa de tono pacifista y la canción protesta, pronto conoce el resultado económico de su brillante carrera, el cual le permite hacerse de autos espectaculares, como un deportivo Ferrari 330 GTS 2+2, glamorosos Mercedes-Benz y un lujoso Rolls-Royce Phantom V, entre otros.
El 15 de febrero de 1965 recibió su primer gran auto: el Ferrari. Lennon era un pésimo conductor, y al volante de ese súper deportivo era un peligro tanto para él como para el tráfico. Por esa fecha grabó el tema Ticket to ride, y una vez satisfecho con su interpretación, se consiguió un chofer para manejar el Ferrari.
Empeñado en conducir, poco después se compró un modesto Morris, con el que tuvo un aparatoso accidente que dejó el auto inservible. Para no olvidar, colocó el Morris chocado en el jardín de su mansión inglesa como muestra «de lo efímero de la vida». Y el 3 de junio de 1965 le entregaron su Rolls-Royce, al que ordenó algunos cambios.
Amén del grado de exclusividad, opulencia y lujo que tiene un auto así, el de Lennon disponía de refrigerador, equipo de música estéreo, tocadiscos flotante, televisor (Sony) y teléfono. ¡Estamos en los años sesenta! El teléfono llegó a los automóviles en los ochenta, y lo otro… Y para hacer realidad el lema de «haz el amor y no la guerra», los asientos traseros podían transformarse en cama.
Pero esto no era suficiente para una estrella excéntrica como Lennon. El Rolls-Royce venía con su clásico y discreto color negro (Valentine Black), que no le agradaba. En abril de 1967 le entregó el automóvil al fabricante JP Fallon, con las sugerencias de Marijke Koger, para cambiar el aspecto al Rolls-Royce. El encargado fue Steve Weaver. Se trata de un diseño floral romaní, similar al que usan los camper gitanos y barcazas, que tienen además un símbolo zodiaco en el techo. Esto coincidió con la salida del disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, en cuya tapa predomina el amarillo, como en el auto. En 1970, ya en Estados Unidos, el auto fue utilizado por The Rolling Stones y Bob Dylan. Desde 1977 está en el Royal British Columbia Museum, que lo presta para actos y exposiciones.