- Roma y París a golpe de rumba
¿CÓMO VINCULAR ARQUITECTURA Y RUMBA CUBANA? INVESTIGADORES, PROFESORES, ARQUITECTOS, MUSICÓLOGOS Y RUMBEROS APORTARON A UN DEBATE QUE HIZO CONFLUIR SABERES DE DISÍMILES MATERIAS PARA LLEGAR A UN CONSENSO COMÚN
La condición de isleños que configura y determina la vida de los cubanos impone desafíos mayores a la hora de cruzar el Atlántico y descubrir Europa. El viejo continente, cuya primera memoria aparece relacionada con siglos de dominación que lastran hasta hoy a América y su destino como países colonizados, se nos presenta como una experiencia innombrable y exquisita para los ávidos de otras culturas.
El impacto muchas veces comienza con diez horas de vuelo, que apenas en el aterrizaje comprendes ha valido la pena. La primera escala, el primero de los destinos: Roma, una de esas ciudades que llega de muchas maneras, que imponente te hace saber que aquí comenzó la civilización occidental. No lo dice ninguna de sus señaléticas ni tantos letreros publicitarios, pero te lo hace saber. Es la combinación perfecta entre historia y modernidad. Es el sesenta y ocho por ciento del patrimonio cultural mundial reunido en un país donde cada esquina guarda una leyenda, donde cada piedra cuenta un camino recorrido por grandes hombres, donde cada muro encierra décadas, por no decir milenios, de la historia universal.
Pero llegar al país de la Capilla Sixtina, del arte, del Coliseo, del Vaticano, del Renacimiento, de La piedad de Miguel Ángel, de las plazas y todo lo demás que uno se pueda imaginar, de la mano de la rumba es otra cosa. Descubrir Italia a través de la cultura cubana, y saber cuánto han calado elementos identitarios en un lugar distante a miles de kilómetros aporta otra experiencia. Es el caso de los que llegamos para participar del 5to. Fórum Internacional Timbalaye: La ruta de la rumba, un encuentro coordinado por el promotor cultural Timbalaye, con sede en Roma, que de la mano de los bailarines Ulises Mora e Irma Castillo proyecta hace casi veinte años lo mejor de Cuba en este continente.
Un amplio programa concibió el evento. Conferencias, clases magistrales, presentaciones artísticas y conversatorios, acompañados de recorridos por múltiples ciudades de la península itálica concibieron un viaje de ensueño para los que tropezamos por primera vez con el reto de viajar y, a la vez, conocer todo cuanto el tiempo permita.
El espacio de la Sala Base, del Maxxi, Museo Nacional de las Artes del Siglo xxi, abrió las puertas al Fórum con un diálogo intergeneracional que contó con la presencia del invitado de honor a la cita: el doctor Miguel Barnet, poeta, etnólogo y escritor cubano, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y de la Fundación Fernando Ortiz. ¿Cómo vincular arquitectura y rumba cubana? Investigadores, profesores, arquitectos, musicólogos y rumberos, entre otros invitados, aportaron a un debate que hizo confluir saberes de disímiles materias para llegar a un consenso común y aceptado universalmente. Todas las artes, incluyendo la arquitectura como forma de proyectar el espacio y hacerlo convivir con el ambiente, se interrelacionan y coexisten en armonía.
Debe ser esa la razón por la que luego encontramos una ciudad con mayor sentido, donde cada ruina tiene una armonía singular, cual compás de rumba, marcado por un tiempo y un estilo.
Después de unos cuantos años en los que únicamente se podía ver entre andamios, la Fontana di Trevi luce ahora su máximo esplendor. Impresionante y majestuosa, concurrida siempre, como cada sitio imprescindible de Roma, es uno de sus lugares mejor iluminados, donde no puedes sustraerte a la tradición: lanzar una moneda para regresar.
Es en el Circo Máximo donde se disputaban las carreras de cuadrigas de la antigua Roma. Podía albergar hasta trescientos mil aficionados para ver hasta doce carros intentando conseguir la victoria.
El Coliseo es el monumento más espectacular y conocido de la ciudad y uno de los más visitados del mundo. Entrar en este increíble lugar es retroceder dos mil años, a una de las épocas de máximo esplendor del Imperio Romano. Servía como distracción al pueblo de Roma, se realizaban en él peleas de gladiadores, ejecuciones, batallas…
En el Trastévere, barrio populoso y bohemio, se puede encontrar la mejor comida tradicional romana. El Castillo de Sant’ Angelo, situado en la orilla del río Tíber, se construyó como mausoleo para el emperador Adriano; cuenta la leyenda que alberga pasadizos secretos que lo comunican con el Vaticano, por donde otrora escapaban los papas ante invasiones y conquistas a la ciudad. La basílica de San Pedro, los museos capitolinos, las termas de Caracalla, el foro romano, Villa Borguese, la Plaza de España, el Campo Dei Fiori…, todos de una belleza espectacular e incomparable. Existen otros miles de sitios, menos turísticos, más interesantes, con historias extraordinarias, que te entregan una Roma imperdible. Está también la ciudad de Pisa, pequeña, con solo una plaza que basta para contemplar la grandeza del ingenio y el riesgo de un sueño. Su torre inclinada es hoy uno de los símbolos de Italia. Del mismo modo se nos presenta Génova, una metrópoli escalonada y sinuosa, increíblemente colorida, que guarda la referencia innegable para los cubanos de contar entre sus hijos ilustres a Cristóbal Colón, el primer almirante en llegar a nuestra isla y situarnos en el epicentro del Caribe.
Todos estos sitios de muchos modos se encuentran relacionados con Cuba y su tradición cultural. Génova, particularmente, guarda para sí un capítulo en la historia que ubica a don Fernando Ortiz, el más brillante científico social cubano de la primera mitad del siglo pasado, como cónsul en 1902. Una escultura de José Martí, el Héroe Nacional, también ocupa sitio en esta ciudad donde mucho se conoce de los cubanos y su historia. Hasta el Castillo D’Albertis, Museo de las Culturas del Mundo, también llegó la rumba y las conferencias del encuentro, para recordar a estos grandes hombres que hoy comparte la humanidad.
Timbalaye, que es una energía como aseguran sus organizadores, prosiguió camino. Levantó vuelo y llegó a París. La Unesco recibió al proyecto que defiende la rumba como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, a la que sumó el punto cubano, muestra genuina de cubanía.
París de los amores, de los sueños, de la magnificencia de una urbe concebida para adorarla. Su Torre Eiffel, su río Sena, su Notre Dame, sus calles, su barrio latino, su Montmartre, su Louvre… Hacen falta más de cuarenta horas para verle. Para conocerle, una vida no alcanza.
París y Roma. Roma y París. Dos capitales de obligada referencia en el mundo moderno que en los últimos días contaron con la presencia de una constante en sus sonoridades: una rumba que, en muchos tonos, habla de la capacidad del cubano, de su resistencia, de su raíz cultural, del amor por su tierra…
Europa, a golpe de rumba, siempre es mejor.