Alberto de Betolaza, presidente del Consejo Mundial de Artesanías para América Latina.

TRINIDAD ES EVALUADA COMO CIUDAD ARTESANAL DEL MUNDO POR EL CONSEJO MUNDIAL DE ARTESANÍAS PARA AMÉRICA LATINA

La presencia de una notable tradición artesanal en Trinidad está relacionada de modo indisoluble con su historia y condición de tercera villa fundada en Cuba, en 1514. Los oficios y las manualidades han sido durante largos años el medio de subsistencia de hombres y mujeres en ese territorio de la provincia cubana de Sancti Spíritus.
Esta ciudad, marcada por la belleza del paisaje, el patrimonio y las herencias culturales, deviene espacio esencial para la promoción de los creadores en sitios públicos, desde los tradicionales soportes y materiales hasta las técnicas más contemporáneas, que incluyen en su realización centenarias prácticas y saberes.
La randa es sin duda alguna la más notable de las labores de aguja que se conciben en este escenario, pero también destacan los bordados y tejidos desde una amplia diversidad de expresiones.
Atendiendo a ello, desde el año 2015, por iniciativa de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas en esa provincia, se elaboró un expediente para solicitar al Consejo Mundial de Artesanías la declaratoria de Trinidad como Ciudad Artesanal del Mundo.
Un jurado de expertos evalúa la propuesta, atendiendo al modo particular en que se insertan estas prácticas en los distintos contextos socioculturales, económicos y en el desarrollo de la ciudad.
Alberto de Betolaza, presidente del Consejo Mundial de Artesanías para América Latina, aseguró que participar de estas evaluaciones resulta una experiencia interesante, y particularmente en el caso de Trinidad esencial para definir un proceso que ha demorado varios años. «Recorrer esta villa me ha permitido conocer un entusiasmo increíble respecto a la artesanía y cómo preservan estas distintas técnicas que dan lugar a productos sumamente variados con un marcado sentido utilitario, desde lo decorativo hasta las prendas de vestir y accesorios», destacó.
Este ejercicio es la validación de ese expediente y de la solicitud de la comunidad, es la oportunidad de conocer la importancia que tiene el tema dentro de la construcción de la identidad. La visita antecede a la entrega de un informe que será evaluado para una futura declaración.
«La práctica de la artesanía tiene futuro para Trinidad como Patrimonio de la Humanidad, y puede contribuir al reconocimiento de esta región» reconoció De Betolaza.
Declarar a Trinidad como Ciudad Artesanal del Mundo es más que situar a esta región en un mapa, atraer la mirada sobre lo que se produce: es apostar por un legado que permanece vivo en familias enteras, a lo largo de generaciones, de familias que asumen estas prácticas como modos de vida.