Turismo Rural Comunitario
En el año 1994 un reducido grupo de visionarias cooperativas campesinas que vieron en el turismo una oportunidad de generar ingresos adicionales que contribuyeran al desarrollo de sus comunidades, se organizaron en una pequeña corporación, con el fin de crear una instancia que les permitiera coordinar la capacitación de sus afiliadas y el mercadeo de sus servicios turísticos. Esta corporación se bautizó con el nombre de Consorcio Cooperativo Red Ecoturística Nacional (COOPRENA). Con una visión similar unos años más tarde nació ACTUAR, pero a diferencia de Cooprena -que agrupa a Cooperativas y Asociaciones-, esta nueva organización se encarga de agrupar pequeñas empresas familiares, dedicadas también a la agricultura y a la conservación de los bosques. De esta manera nace una nueva forma de hacer turismo en el país: el Turismo Rural Comunitario. La idea era que como complemento de sus actividades agrícolas, ganaderas y de protección de los bosques se desarrollaran en sus localidades opciones de turismo para visitantes nacionales e internacionales. Esto era muy posible gracias a la abundancia de recursos naturales en sus entornos, a la innata hospitalidad con la que son reconocidos los campesinos y a que estas actividades eco-agro-turísticas, han sido identificadas por los habitantes de las ciudades como excelentes oportunidades para el descanso mental, para el enriquecimiento cultural y la realización de un turismo activo. Hoy, más de una década después, COOPRENA, R. L. y ACTUAR han dado un gran impulso a la economía social, en el área del turismo, pues cuentan, entre ambas, con 56 afiliados entre los que se encuentran cooperativas y asociaciones de desarrollo con una gran diversidad de opciones turísticas entre las que se destacan las caminatas o cabalgatas, dentro de sus propias reservas o reservas biológicas y parques nacionales aledaños. Estas caminatas pueden ser livianas para los visitantes que gustan caminar o cabalgar a un ritmo pausado y distancias cortas, pero las hay que incluso pueden durar varios días. La vida cotidiana de los pobladores de estas comunidades, con sus andariveles, puentes colgantes construidos para atravesar ríos o cañones, contribuye a que el turista viva una aventura más auténtica. Aunque el alojamiento no cuenta con las amenidades que ofrecen los hoteles tradicionales, las Posadas Rurales de estas iniciativas se distinguen por un tratamiento personalizado y familiar a los visitantes. La cultura está inmersa dentro de todas las actividades de turismo que se desarrollan en las comunidades campesinas; y como se sabe, es aquí donde mejor se guardan las tradiciones y costumbres costarricenses. Precisamente esta es una gran oportunidad para que el visitante pueda deleitarse con los platillos locales, escuchar música autóctona y admirar los bailes del lugar. Asimismo, se estimula la artesanía de las zonas. En las fincas, cooperativas y beneficios de café todas con vocación de sostenibilidad, puede observarse el proceso desde la siembra, hasta la torrefacción y el empaque. El voluntariado, además, ayuda al desarrollo de las comunidades y al mismo tiempo enriquece y contribuye a la formación y al crecimiento personal de los jóvenes que lo practican. El Turismo Rural Comunitario en Costa Rica se ha diseminado por todo el país, lo que permite una oferta muy diversificada. En la actualidad existen iniciativas de Turismo Rural en el Caribe, en el Pacífico, en las zonas montañosas y selváticas. Incluyen reservas y comunidades indígenas, lo que contribuye a que el visitante, además de conocer la gran diversidad natural por la cual es famoso este país, también tenga una mayor comprensión de los elementos que componen la idiosincrasia del costarricense. Los beneficios sociales, económicos y ambientales que conllevan el desarrollo de esta clase de turismo han llamado la atención del gobierno costarricense, al punto de que en 2007 declaró esta actividad de interés nacional y que el Instituto Costarricense de Turismo lo haya acogido como un macroproducto que puede estar a la par de otros similares que se desarrollan en el país como playa y sol, la aventura y el ecoturismo. La popularidad de esta manera de viajar se ha venido extendiendo por parte de los extranjeros que vienen a Costa Rica. Las estadísticas demuestran que más de un 6% de los visitantes realizan diversas actividades de turismo rural. Y se espera que estos turistas que vienen en busca de la hermosa experiencia de interactuar con los habitantes de las zonas rurales costarricenses, crezca de forma importante en los próximos anos. Por su parte los campesinos involucrados en el Turismo Rural Comunitario, gracias a los beneficios que reciben por estas actividades se sienten cada vez más motivados por proteger el ambiente y conservar sus costumbres y sus tradiciones.
Turismo Rural-Cultural Ya en los albores de 1994, un pequeño grupo visionario de cooperativas rurales costarricenses descubrió la cultura rural y el turismo ecológico como otra fuente interesante de ingresos. Su enfoque fue el correcto, porque una de las principales razones por las cuales se realiza un viaje es para conocer en forma auténtica otras culturas, intercambiar experiencias con personas de otro país y tratar de comprender un medio diferente. Muchos campesinos descubrieron que el bosque ubicado en sus tierras podía aprovecharse con fines turísticos, que valía la pena protegerlo y hacerlo accesible a los turistas. Lo que faltaba era el conocimiento acerca de cómo desarrollar y vender este producto. Hoy en Costa Rica se cuenta en todas partes con productos pequeños y auténticos, los cuales reflejan la verdadera cultura de las personas. Una de las formas más razonables y justas de ejercer la actividad del turismo, porque reparte el dólar turístico en todo el país.