Volveré a Santiago
Santiago de Cuba es distinta y la misma de siempre, atrayente por su historia, cultura y tradiciones, por su santa Virgen de la Caridad, Patrona de la Isla, por su bahía, arquitectura y ese ambiente de las calles que la hacen única.
Este es un destino acogedor, hospitalario; el visitante se mezcla con lo cotidiano de sus plazas, museos y mercados; al final de un viaje se advierte cuánto de cierto hay en lo valioso que de Santiago de Cuba se pondera.
Una ciudad no comparada con ninguna otra, hecha a la forma de sus lomeríos, con arterias viales que se bifurcan en las curvas y acomodada, como una manta, sobre su naturaleza de montañas.
Poetas y hombres de cultura le han cantado, como el bardo granadino Federico García Lorca: Cuando llegue la luna llena, /iré a Santiago de Cuba, /en un coche de aguas negras, /iré a Santiago, o el investigador español Francisco Prat Puig, quien la describe como “ciudad caballera en la grupa de muchos lomos”.
En la Plaza Céspedes late el corazón de Santiago de Cuba, con las edificaciones más antiguas, como la Catedral; la Casa más antigua de América, la del Adelantado Diego Velázquez, hoy Museo del Mueble; el Palacio Municipal, el Hotel Casa Granda, el Balcón de Velázquez, donde Fidel Castro habló por primera vez a los cubanos al triunfo de la Revolución; tiendas, casas financieras e instituciones que orientan sus fachadas hacia el Parque Céspedes, de gran ambiente popular.
El sol calienta y exige ropas ligeras y frutas frescas, que las hay a la mano en los ventorrillos de las esquinas: platanitos, mango, piña, mamey colorado o zapote, tantas, como para disfrutar a Santiago en sus jugos.
En el péndulo de las exageraciones.
Las exageraciones que se emplean al caracterizarla, se avienen a la realidad. Tiene momias, de Egipto y peruanas en el Museo Bacardí. Conserva importantes ruinas de asentamientos cafetaleros franco-haitianos y la Fortaleza del Morro, monumentos certificados como Patrimonios de la Humanidad por la UNESCO.
En el Gran Parque Natural Baconao existen el Prado de las Esculturas y el Valle de la Prehistoria, de marcado estilo Jurásico. Hay caballos de todos los tiempos en esculturas, paquidermos y aves gigantescas. Por la carretera de Baconao está un acuario, donde se muestran espectáculos con estos animales marinos amaestrados; y en la costa, hay playas y la Laguna de Baconao protegidas por montañas.
La Gran Piedra es una de sus maravillas, incluida en el libro de récords Guinnes como la mayor roca conocida, a más de 1 200 metros sobre el nivel del mar, con un peso de alrededor de 70 mil toneladas y cuya cima sirve de mirador al mar Caribe y al paisaje de la Sierra Maestra.
Al poblado de El Cobre acuden miles de personas a la Basílica del mismo nombre, donde se encuentra la Virgen de la Caridad, coronada por el Papa Juan Pablo Segundo durante su visita a la Isla. El Santuario, la Virgen de la Caridad, la mina de cobre a cielo abierto más antigua de América, la Ruta del Esclavo abierta por la UNESCO y el Monumento Cubano al Esclavo Cimarrón, son atributos de esta comunidad. Volviendo a los contextos citadinos de la otrora capital de Cuba y por el cementerio Santa Ifigenia, es posible ver el Monumento al Maestro José Martí, por entre cuyos arcos penetra el sol que alumbra todo el día su frente, como pidiera en versos el Héroe Nacional de Cuba, / moriré de cara al sol,/.
Cultura, música...y más
Santiago de Cuba tiene 28 museos e instituciones culturales: las Casas de las Tradiciones, la de la Trova, la de la Música, la del Caribe, la de Heredia, el Sitio de Compay Segundo y los festivales del Caribe o la Fiesta del Fuego, el Matamoros Son, Carnavales, y la Feria anual Comercial ExpoCaribe.
La tradición musical de Santiago viene desde todos los tiempos, guitarras, güiros y bongóes, desde Sindo Garay, Pepe Sánchez, Matamoros, Los Compadres, hasta los cantores vivos de la actualidad: Eliades Ochoa, Francisco Repilado, el famoso Compay Segundo e Ibrahim Ferrer, del Buena Vista Social Club, que han puesto al mundo a disfrutar esta música.
Para oír y bailar esta contagiosa música hay sitios como el de la Casa de la Trova, con conciertos durante casi todo el día, así como el Hotel Casa Granda, en el Patio de Artex, o el Patio de los Abuelos. Musicalidad y gracia al caminar descubren al santiaguero, alegre en sus fiestas, con alto sentido de la Patria y de las amistades; pero hay que ir a Santiago para sentir esa carga de humanidad.
Ciudad Héroe, Ciudad Santa, Ciudad Musical, Ciudad Rebelde, Ciudad Hospitalaria, Ciudad Trovadoresca, con su Manzana de Oro, sus Fortalezas y sus dulces rincones; en otras alas, volveré a Santiago.