Una eterna primavera...
Quizás el principal atractivo del Caribe es esa imagen idílica de que siempre es primavera, el sol brilla cada día y el intenso azul del mar y del cielo nos acompaña desde que pisamos su suelo.
Sin embargo, quedarnos con esta sóla imagen sería cuanto menos superficial o una simplificación de la realidad.
El Caribe es un mosaico tan complejo e intenso que necesitaríamos muchas vidas y muchas páginas para dar una ligera visión de su contenido. Más de cuarenta países viven en una zona en la que la historia es un complejo entramado de influencias, llegadas, abandonos, amores y odios.
Su riqueza se encuentra en la mezcla de razas, en las diferentes religiones y ritos que sorprenden al visitante europeo, más si cabe en estos días próximos de Semana Santa.
Nos ofrecen también diferentes colores, comidas, música... Si dejamos de ser turistas para convertirnos en viajeros podremos sentir la “sacudida” de lo que no se ve, de lo que hay que buscar para amar el Caribe después de conocerle y después de aprender lo que tiene que enseñarnos.
Playas hermosas hay en muchos lugares, también buen clima, pero es difícil encontrar lugares tan diferentes que consigan hacernos pensar. Y es el multidestino la forma más adecuada para en único viaje ofrecernos la variedad de varios mundos.
Nuestro objetivo, en cada una de las páginas que ofrecemos, es conseguir que cada vez más, los tópicos sean sólo un medio para llevar gente al destino, para que una vez allí descubran su propia capacidad de asombro.
Consuelo Elipe