Simon Chase, Secretos de un subastador
Hombre Habano en comunicaciones en 1998, el inglés Simon Chase, subastador de lujo de las famosas cenas del habano, revela secretos, anhelos, y experiencias vividas en su larga relación con el tabaco cubano
Se dice que Usted es una de las personas más entendidas del mundo sobre los Habanos. ¿Cómo y cuándo comenzó su relación con el tabaco cubano? Han pasado poco más de 40 años desde que fumé mi primer habano. Creo que fue por el año 1965. Yo trabajaba en una agencia de publicidad y como parte de mi trabajo debía entretener a los clientes en pequeños restaurantes. Siempre me aseguraba que nos ofrecieran tabacos para así yo poder fumarme uno. En aquel entonces yo no sabía qué fumar. Por ejemplo, con frecuencia seleccionaba un Bolívar por la sencilla razón de que el famoso héroe venezolano se había llamado igual que yo. Para nada sabía que el Bolívar es una de las marcas de Habanos de sabor más completo y por tanto nada recomendable para un principiante.
Durante casi diez años Usted ha sido el subastador de los Festivales del Habano en Cuba. ¿Qué ha significado esto en su vida? ¿Cuáles son los secretos de un buen subastador? Las subastas son muy divertidas, sobre todo cuando se terminan. La primera que dirigí en 1999 fue aterradora. El ya fallecido Francisco Linares me había pedido que lo hiciera, pero él no sabía que la única experiencia que yo tenía en esa materia eran las subastas de mermelada casera que se hacían en las fiestas sociales comunitarias. Tuve la suerte de que un amigo mío me pusiera en contacto con un hombre llamado Duncan McEuan, quien es el principal subastador de vinos de la tienda Christie's en Londres. McEuan tuvo la generosidad de pasarse más de una hora al teléfono, hablando conmigo, dándome instrucciones sobre cómo hacerlo. Aun conservo las notas de aquella conversación y he aprendido que tengo que leérmelas de nuevo todos los años antes de subir al escenario. Un año no me las leí y todo estuvo a punto de salir mal. La parte más sobresaliente y gratificante de las subastas es la sorprendente generosidad de los fumadores de Habanos del mundo. Las sumas que hemos recaudado son sencillamente impresionantes. Es por eso que todavía me pongo nervioso cada vez que subo al escenario.
Pudiera compartir con los lectores algunas anécdotas que le hayan ocurrido durante los festivales en Cuba. Una de las mejores cosas que tiene el Festival es la oportunidad que le ofrece a distribuidores como Hunters & Frankau de presentarle Cuba a los fumadores de Habanos y mostrarles el espíritu y la cultura del pueblo, así como la belleza del país. Me da mucho placer cada vez que un invitado, ya sea cliente o consumidor, disfruta el tiempo que pasó en el Festival. Desde mi experiencia personal, puedo decir que prácticamente todos se deleitan con esos momentos, lo cual significa que estamos forjando relaciones con vista al futuro. En cuanto a otro tipo de anécdotas recuerdo que hubo un año en el que me sacaron de uno de mis bares favoritos, Vista al Golfo del Hotel Nacional, por encender un habano. Felizmente después de aquel año las reglas cambiaron. Como usted sabe, el dinero que se recauda en las subastas de los Festivales del Habano está destinado a la salud pública cubana. ¿Qué comentario le merece haber contribuido a ello? Es importante comprender que el papel del subastador es tan solo uno de los muchos que hacen falta para garantizar el éxito de las subastas. Están los artistas y los artesanos que pasan una buena parte del año pensando en las ideas para la confección de los humidores y la forma de hacerlos realidad. Están las personas en las fábricas de Tabacuba que crean esos Habanos tan especiales. Y está el equipo de marketing de Habanos SA, que tiene a su cargo la dirección del programa. Siento orgullo de poder desempeñar mi papel dentro del equipo, lo cual ha resultado ser bastante exitoso a través de los años en el empeño de recaudar dinero para una buena causa. Al arribar al décimo aniversario de los Festivales Internacionales del Habano, ¿qué importancia le concede a estos encuentros? ¿En qué se diferencia un festival de otro? En momentos en que el tabaco se ha vuelto tan controversial, resulta vital realizar un evento que inspire a todos aquellos que disfrutamos los Habanos, así como a los que trabajan para dar vida a un habano, desde el campo hasta la industria. Hay cientos, quizás miles de eventos relacionados con los puros que se realizan en el mundo todos los años, pero este es sin dudas al que todos quieren asistir. El Festival también le da a Habanos S.A. una plataforma para el lanzamiento de sus nuevos productos frente a los fumadores y los medios de prensa de todo el planeta. Una buena parte del programa está preparada de antemano: la Noche de Bienvenida, los recorridos por las plantaciones de Pinar del Río, las visitas a las fábricas y la Noche de Gala, actividades todas que son importantes para aquellos que asisten al Festival por primera vez. Todos los años vienen nuevos visitantes y eso hace que el Festival sea un evento único.
Si Usted tuviera que organizar el próximo Festival del Habano en Cuba, ¿qué propuestas haría? Solíamos tener una cata de whiskey y puros, y ahora tenemos una cata de Armagnac y Habanos. Me gustaría ver las dos catas en un mismo Festival. De hecho me gustaría ver catas de ron, coñac y vinos. Los fumadores de Habanos siempre andan buscando información sobre qué tomar para acompañar un buen puro.
Sigue pensando que el Habano es el mejor puro del mundo, ¿por qué? Sí, porque sabe mejor que los demás.