Arteria imprescindible del comercio mundial
Bendecida por su situación geográfica, Panamá estaba predestinada a convertirse en una de las arterias más importantes del comercio mundial. La construcción del Canal marcó su desarrollo y, a partir de 1999, cuando esa vía pasó a manos panameñas, se convirtió en el principal activo de su economía. Es, además, una de las razones por las que este país de aproximadamente tres millones y medio de habitantes constituye hoy la economía que más crece en Latinoamérica.
El Canal cumplió 98 años de operaciones con una aportación directa acumulada al Estado de más de 8 200 millones de dólares, 6 400 millones de ellos a partir de su transferencia a Panamá, según datos oficiales. Cada año utilizan esta vía interoceánica unos 14 mil barcos. De hecho, las actividades de transporte comercial a través del Canal representan alrededor de 5 % del comercio mundial. El año fiscal 2011 cerró con 322,1 millones de toneladas CP/SUAB (Sistema Universal de Arqueo de Buques del Canal de Panamá), 7,1 % más en comparación con el anterior. De igual manera, fue entregada la mayor suma en los 12 años de administración panameña del Canal y estamos hablando de 1,043 millones.
Hoy en día el Canal se pone a tono con los tiempos que corren y ya se ejecuta su ampliación. Constituye una de las grandes obras de ingeniería del siglo XXI, pues aumentará en 40 % la capacidad de tránsito de mercancías de las actuales vías marítimas que unen el Atlántico con el Pacífico. La construcción de nuevas esclusas desbloquea una de las mayores limitaciones para el incremento de la capacidad de carga de los buques y supone la apertura de nuevas sendas para la navegación transoceánica.
Los servicios se complementan con la eficiente y moderna infraestructura portuaria que ha venido desarrollando el país en los últimos años, tanto en el extremo Atlántico como en el Pacífico. Así el país istmeño, que en términos de población ocupa el lugar número 20 en Latinoamérica, ostenta los dos principales puertos de contenedores de la región, superando a enclaves tradicionales que sirven a mercados internos grandes en términos de población, como Santos, en Brasil; Manzanillo, en México; Cartagena, en Colombia; Callao, en Perú, y Guayaquil, en Ecuador.
Panamá se ha convertido en el principal centro de trasbordo de contenedores de América Latina y el Caribe y en un centro logístico para toda Latinoamérica. En la Zona Libre de Colón confluye una completa infraestructura de transporte interconectada mediante ferrocarril, modernas autopistas, aeropuertos de primer nivel y, por supuesto, puertos de contenedores capaces de atender buques de cualquier tamaño, incluso los que por sus dimensiones todavía no pueden transitar por el Canal. El atractivo es tal que en esta área, la segunda mayor de su tipo en el mundo y la primera en Occidente, se han instalado grandes empresas de diversas latitudes cuya intención es emplear a Panamá como su centro de distribución para Latinoamérica, alentados por las ventajas logísticas que ofrece.
Con el crecimiento económico que ha tenido el país, la ciudad capital posee una intensa actividad financiera y ha consolidado su liderazgo regional en el Centro Bancario Internacional. El mismo aumenta cada año, gracias a la dinámica participación de los sectores público y privado, representados por la Superintendencia de Bancos de Panamá y la Asociación Bancaria de Panamá, respectivamente. La primera entidad busca elevar la competitividad del Centro Bancario Internacional, contribuyendo a la economía nacional y garantizando la estabilidad del sistema económico y monetario.
El turismo es otro de los renglones a favor del progreso del comercio en la región. De enero a agosto de este año, se produjo un incremento de 6,4 % en el arribo de visitantes. El país ha recibido ya 1 390 559 viajeros en este período, lo que representa 83 723 más con respecto al ejercicio precedente.
El moderno Aeropuerto de Tocumen roza el millón de entradas con 999 651 personas, para un incremento de dos dígitos: 16,7 %. Los ingresos a la economía por este rubro llegan a la cifra de 1 491 millones de dólares, con un índice de auge notable de 19 %. Las estrategias de la Autoridad de Turismo, unida a la empresa privada, son muy efectivas.
El clima tropical del istmo, sus parques naturales, sus playas y otros lugares de interés, sumados a su amplia oferta cultural y gastronómica, hicieron que Ciudad de Panamá fuera elegida Capital Americana de la Cultura en el año 2003 (conjuntamente con Curitiba, Brasil) y ocupó la posición número 93 a nivel mundial y la sexta en la región entre las de mejor calidad de vida en 2010.
En los últimos años y con fechas de culminación a corto plazo, Panamá lleva varios megaproyectos. Entre ellos, además de la ampliación del Canal, figuran la construcción del Metro, el saneamiento de la Bahía, autopistas, hidroeléctricas y centenares de desarrollos urbanísticos y turísticos, así como el reordenamiento vial en toda la capital.
Estas inversiones, unidas a la posición geográfica de Panamá, el modelo económico de libre mercado, la estabilidad política y el uso del dólar beneficiarán, sin dudas, al comercio mundial.