La ciudad de Colonia del Sacramento es uno de los lugares más bellos de la República Oriental del Uruguay. Ubicada en el extremo suroeste del país, a orillas del Río de la Plata, se encuentra a sólo 40 km de Buenos Aires y a 177 km de Montevideo. Fue la primera población de la llamada "Banda Oriental", que era como se denominaba esta región por su posición respecto al río Uruguay. Su Barrio Antiguo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1995, condición que sin dudas le imprimió una mayor popularidad como destino turístico.

Colonia del Sacramento fue la única ciudad fundada por los portugueses en las costas del Río de la Plata, en un intento por evitar la expansión del Imperio español que tenía su centro en la vecina ciudad de Buenos Aires, situada justo enfrente, en la otra orilla del río. Así, el acontecimiento se inscribe en el marco de las luchas fronterizas de las Coronas de España y Portugal, que procuraban extender sus territorios más allá de los acuerdos alcanzados. En consecuencia, Colonia del Sacramento fue desde sus orígenes escenario del mayor conflicto geopolítico del Río de la Plata.

Estas circunstancias la convirtieron en un reducto de estilos arquitectónicos, en el que construcciones de estilo colonial portugués (casas de piedra con techo a dos y cuatro aguas), coexisten con casas de ladrillos y techos de azotea típicos de la arquitectura española. El trazado de la ciudad es de origen portugués y contrasta con el clásico plano de damero común a todas las ciudades de origen español y legislado por las Leyes de Indias. La estructura de la ciudad responde a una conformación militar; sus calles son muy angostas, en ángulo, cubiertas con piedras en forma de cuña, con un desagüe central.

Pintoresca, encantadora, mágica… Son algunos de los adjetivos que suelen dedicársele a esta pequeña población situada a orillas del Río de la Plata y que dada su proximidad, apenas a una hora de travesía en barco, se llena de argentinos casi todos los fines de semana; alejarse del bullicio de la gran ciudad y sumergirse en el casco antiguo para pasear y cenar en algún rincón romántico es el principal atractivo para los muchísimos visitantes que cruzan el río los viernes por la tarde.

El comienzo ideal de cualquier visita por Colonia es cruzar la vieja Puerta de la Ciudadela, que comprende, además, el foso, el puente levadizo y parte de la antigua muralla, para continuar por la mágica Calle de los Suspiros, que conserva su empedrado original, un lugar en donde el tiempo parece haberse detenido hace varios siglos tras asomarse a los restos que de la muralla son aún visibles en esta zona.

Perderse por las angostas calles del barrio histórico, vagar sin rumbo por ellas y dejarse embrujar por las viejas edificaciones y ese aire de misterio que lo envuelve todo en Colonia, es desde luego la mejor manera de disfrutar esta bellísima ciudad; caminar hasta el antiguo Bastión de San Miguel y tratar de imaginar la ciudad fortificada, o acercarse hasta el viejo faro, destinado a guiar los barcos en la oscuridad de la noche, alumbrando la bahía, y que está situado junto a las seculares ruinas del Convento San Francisco Javier.

Merece la pena subir sus escaleras y contemplar una puesta de sol desde lo alto, con Buenos Aires al fondo y el maravilloso Río de la Plata a escasos metros. Varias casas antiguas abiertas al público adornan las calles coloniales, como la Casa Nacarello, la Casa del Virrey o la del Almirante Brown, un marino británico ligado a la historia del Río de la Plata en la que se pueden contemplar documentos, monedas, armas y muebles de la época de mayor esplendor de la ciudad portuguesa.

Los más importantes museos de la localidad, como el Museo Portugués, el Museo Municipal, el Museo Indígena, el del Azulejo o el Museo Español, se encuentran situados en antiguos y bellos edificios, en torno a la Plaza Mayor. Asimismo, acercarse paseando hasta la vieja plaza de toros merece la pena. La plaza, aunque sin uso en la actualidad y por tanto algo abandonada, es fiel reflejo de lo que la ciudad fue en épocas pasadas.

Colonia posee además un magnífico puerto de yates, el cual es visitado semana a semana por cientos de veleros, un lugar ideal para disfrutar los espléndidos atardeceres de la bahía. Antiguo Puerto Viejo de la ciudad, junto a él están los restos del Bastión del Carmen, convertidos en teatro y galerías comerciales. Muy cerca de aquí se sitúa la zona de las playas, muy agradables y tranquilas, destacando especialmente la de Ferrando, un emplazamiento único para observar las estrellas en la oscuridad de la noche y asistir al alba a maravillosos amaneceres.