Guanabacoa Tierra alta de aguas
Desde los 72 metros de la Loma de la Cruz, el punto más alto de Guanabacoa, la bahía de La Habana se muestra casi toda en su conjunto. Aquí la vista se pierde sobre esa corriente cálida de mar que Hemingway llamó el "gran río azul", y en el entramado urbano sobresalen las añejas fortificaciones del Castillo de Los Tres Reyes del Morro, la Fortaleza de La Cabaña y el Torreón de Cojímar.
Con mansedumbre penetra el agua por el canal de la bahía habanera, sobre la cual se asientan los pueblos ultramarinos de Casablanca, la más lejana, a continuación Regla —la del santuario de la virgen negra del mar—, y a los pies de la colina, Guanabacoa, nombre que en lengua aborigen quiere decir tierra alta de aguas.
Hacia 1554, tres décadas después de la fundación de la Villa de San Cristóbal de La Habana, las autoridades españolas decidieron establecer del otro lado de la rada habanera un pueblo sólo para indios libertos, quienes andaban "derramados y vagabundos de unas partes a otras". Así fue en sus orígenes Guanabacoa.
Apenas un año después, la naciente comarca acogía a las autoridades coloniales de la Isla y a una parte de la población que buscó refugio ante el ataque a La Habana del corsario francés Jacques de Sores. De este modo Guanabacoa se convirtió durante unos días en la capital de Cuba. Para entonces, en sus afueras se iban avecindando, además, blancos canarios, extremeños y andaluces, negros arará, mandinga, yoruba —esclavos o libres—, chinos de Cantón, y mestizos, que aportaron sus identidades a la cultura común. Para 1578 ya se había levantado en el lugar un modestísimo templo consagrado a Nuestra Señora de la Asunción, declarada hasta nuestros días patrona del pueblo, y en 1743, a Guanabacoa le fue otorgado escudo y título de Villa.
Otro momento importante en la vida de este poblado ultramarino, fue el sitio y la toma de La Habana por los ingleses en 1762, ocasión en la que se destacaron las milicias locales lideradas por el legendario criollo Pepe Antonio, considerado desde entonces hijo ilustre de esta localidad, por su valiente defensa de la plaza hasta morir.
Guanabacoa conserva aún hoy mucho de su ambiente original. Los altos y frescos balcones de sus edificios, las iglesias, los monumentos e instituciones de los siglos xviii al xx, son escenarios donde se desenvuelve buena parte de la vida actual: el café El Faro, la antigua calle De las Damas —ahora Pepe Antonio—, el Parque Central José Martí, el Convento de San Francisco de los Escolapios, el Teatro Carral, el Ayuntamiento, el Museo Histórico y el Liceo Artístico y Literario, donde el escritor y Héroe Nacional José Martí pronunciara importantes discursos.
Un recorrido por las calles de Guananabacoa no puede pasar por alto las casas del compositor y pianista Ernesto Lecuona y del chansonier Ignacio Villa, "Bola de Nieve", destacadas personalidades de la cultura cubana que tuvieron su cuna en este lugar. Cualquiera que sea el interés, nadie escapará de sentir el profundo arraigo que ha dejado aquí la cultura africana legada por los esclavos, hoy viva en muchos de sus descendientes. La venta de hierbas aromáticas como albahaca, hierbabuena, manzanilla y muchas otras, es tradición y clara señal del apego a los diferentes cultos afrocubanos, al igual que las ofrendas de animales y frutas que aquí y allá aparecen arrojadas al pie de árboles que los vecinos consideran sagrados.
El percutir de tambores de una fiesta ritual, la frecuente presencia de hombres y mujeres vestidos completamente de blanco, tal y como lo exige una de las religiones de origen africano, le harán recordar en todo momento que se está en Guanabacoa, uno de los barrios habaneros con mayor influencia de los cultos de origen africano.
La venta de hierbas aromáticas como albahaca, hierbabuena, manzanilla y muchas otras, es tradición y clara señal del apego a los diferentes cultos afrocubanos
A Pepe Antonio, quien lideró las milicias locales que intervinieron en la defensa de La Habana al ser atacada por los ingleses en 1762, se le rinde tributo permanente en la antigua villa