La ciudad de Trinidad es un desafío al tiempo y la memoria. Sus plazas, iglesias, casas y callejuelas conservan intactos el ambiente colonial que tuvo en sus inicios. Una magia encantadora que salta a la vista en enrejados, adoquines, tejas, azulejos e inmuebles trinitarios.

Todo parece indicar que las tradiciones llegaron aquí para sobrevivir a la modernidad. Pero no se trata solo de la conservación en términos arquitectónicos, con los cuales esta ciudad conquistó la condición de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Otros antiguos valores relacionados con la artesanía y las manualidades han superado con sus finas creaciones la prueba del tiempo.

Por su posición geográfica, esta urbe —una de las primeras siete villas fundadas por los colonizadores españoles a principios del siglo xvi—, quedó aislada del proceso de modernización que experimentaron las demás ciudades a lo largo de los siglos. Fue en esta zona donde la emigración canaria se asentó a finales del siglo xix y principios del xx, y donde más se enraizó la fuerte tradición artesanal que se conserva hasta nuestros días. El desarrollo del turismo y la declaración de Trinidad como Patrimonio de la Humanidad incentivaron en esta ciudad el trabajo artesanal, que si bien contaba con una excelente manualidad, carecía de un concepto de diseño y materiales adecuados.

Fue la voluntad de instituciones como el Centro Nacional de Artesanía, del Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC ), de conjunto con la UNESCO lo que permitió desarrollar este potencial que combina tradición y diseño. De esta forma surge el Proyecto Agujas Trinidad en el año 2002, con el asesoramiento y la participación de diseñadores, técnicos, artesanos y expertos de México, Brasil e Islas Canarias.

El proyecto es una de las acciones que la UNESCO y el Centro Nacional de Artesanía despliegan, como parte del programa de la artesanía como factor de desarrollo sociocultural en Mesoamérica y el Caribe.

En Cuba el programa se encamina a potenciar las expresiones que han experimentado un significativo crecimiento asociado al desarrollo del turismo y generado ingresos para las colectividades que las producen.

Las labores de aguja: el bordado, tejido y deshilado, las técnicas de bordados de randa, los tejidos a crochet, las técnicas de frivolité, el miñardí y el bolillo, realizados por mujeres artesanas, y algunos hombres audaces, han sido conservados y transmitidos por generaciones, manteniendo así la memoria colectiva y la tradición familiar artesanal. En la actualidad, 125 artesanas realizan labores de aguja en la región, de las cuales 30 están asociadas al Proyecto Agujas Trinidad. Para la artesanía no es suficiente dominar una técnica y tener habilidades ancestrales en su ejecución, ni ser capaces de producir buenos artículos; hay que saber comercializarlos; aprender a comunicar sus características, ventajas y beneficios; entregarlos dónde y cuándo el consumidor los necesite y en las condiciones y precios convenientes.

En los últimos años el creciente mercado turístico en la Villa de Trinidad y el Valle de los Ingenios, pertenecientes a la provincia de Sancti Spíritus, se ha convertido en un fuerte estímulo para el desarrollo de la productividad y creatividad de los artesanos locales, mayoritariamente mujeres, quienes han encontrado en esa ocupación una fuente de ingresos y de mejoramiento de sus condiciones de vida.

Las labores de aguja: el bordado, tejido y deshilado; las técnicas de bordados de randa, los tejidos a crochet, las técnicas de frivolité, el miñardí y el bolillo, realizados por mujeres artesanas y algunos hombres audaces, han sido conservados y transmitidos por generaciones, manteniendo así la memoria colectiva y la tradición familiar artesanal en Trinidad.

El Proyecto Agujas Trinidad tiene como propósito primordial involucrar una mayor cantidad de personas en correspondencia con el potencial de la región, vincular el trabajo artesanal al diseño contemporáneo,lograr una producción estable, con espacios especializados de comercialización y con ello elevar las ventas, suministrar materiales de calidad, capacitar a los participantes y adecuar las producciones tradicionales a las exigencias del mercado contemporáneo.

Como consecuencia de las acciones realizadas hasta el momento, se han obtenido resultados económicos satisfactorios gracias a la aceptación y demanda del público, por la creciente calidad y variedad de los productos que se han presentado en los eventos en que ha participado el Proyecto, lo que le ha ganado diferentes distinciones, entre las que destaca una artesana que obtuvo el Reconocimiento a la Excelencia de la UNESCO . Otros han sido premiados con la Maestría Artesanal, y en la última edición de la Feria Internacional de Artesanía, realizada en 2007, el stand presentado por este Proyecto logró el Premio FIART.