El título puede parecer un error periodístico o un disparate.  México es, sin dudas, una nación latinoamericana y caribeña… ¿pero estado norteamericano?  Pues sí, pertenece a la América del Norte. 

Es, geográficamente,  un estado norteamericano. Centroamérica  o América Central forma parte de esa región del continente americano constituida por un largo y estrecho istmo a manera de puente entre Norteamérica y Sudamérica. Centroamérica tiene una extensión de 523 000 km2  y comprende los siguientes países: Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y Panamá, así como el sector más meridional de México. 

Sin lugar a dudas, los Estados Unidos Mexicanos pertenecen geográficamente al norte del continente americano. 

Para mayor exactitud, México tiene 3 152 km de frontera directa con Estados Unidos de América, 986 km con Guatemala y 196 km con Belice. Los Estados Unidos Mexicanos ocupan una extensión cercana a los 2 millones de km², que lo colocan en la decimocuarta posición en la lista de los países ordenados por superficie; su población es de más de 117 millones de personas (datos de 2012), por lo que se trata de la nación hispanohablante más poblada del mundo. Por otra parte, el idioma español convive en México con 67 lenguas indígenas. 

Paralelamente, en los países al norte del territorio mexicano predomina la cultura británica y francesa, que formó las generaciones de los futuros países que se llamarían Canadá y Estados Unidos de América. 

Pero en el México secular nada pudo interferir y mucho menos menoscabar, empequeñecer o siquiera detener su propia cultura milenaria, totalmente diferente a la de sus vecinos norteños, entre los cuales, no debemos olvidar también se encuentra Groenlandia, la mayor isla del planeta y bajo soberanía de Dinamarca.

¿Puede pensar alguien que México, su pueblo, su estado, permanecerían indiferentes al saber que su país pertenece geográficamente al norte de América con sus lógicas implicaciones culturales?

Ratifiquemos que México es, geográficamente hablando, en el contexto de la existencia de un continente de 42 millones de km2 llamado América (solo superado en tamaño por Eurasia con 50 millones de km2), un estado norteamericano en su geografía y, paralelamente, latinoamericano (por su cultura propia y diferente a las norteñas de Estados Unidos de América, Canadá y Groenlandia).

Y, por si esto fuera poco, desde el punto de vista geográfico, político e histórico, México también es nación caribeña. 

El llamado Mar Caribe es un mar abierto tropical del Océano Atlántico, situado al norte y al este de América Central. Es llamado también Mar de las Antillas por estar ubicado al sur y oeste del arco antillano. La expresión “el Caribe” es el nombre genérico con el que se conoce a la zona aquí descrita, incluido el Mar Caribe y los territorios continentales e islas mencionados. Se comunica con el Océano Pacífico a través del Canal de Panamá. 

Sin embargo, la condición natural de estado norteamericano de México se vio mutilada por acontecimientos militares ocurridos con sus vecinos norteños en el siglo XIX que los mexicanos todavía conservan vivos en su memoria. En 1836 perdió a Texas, hoy segundo mayor estado de la Unión estadounidense,  con 692 244 km2. En los siguientes 12 años México se vio privado de 1 295 000 km2 de sus tierras originales. O sea, el equivalente a la mitad de su territorio, que comprendía hasta entonces a California, Nevada, Utah, Colorado, Arizona, Nuevo México y Wyoming, estados que según un  tratado firmado el 2 de febrero de 1848 fueron cedidos por México a Estados Unidos.  Sin dudas, un polémico asunto digno de estudio. A pesar de todo, por la ubicación de la mayor parte de su espacio, México sigue siendo todavía parte de Norteamérica.