Turismo en el Caribe. Tendencias mercados retos
«Todo apunta a que la situación del Caribe está cambiando a mejor, pero tomará algún tiempo llegar a un crecimiento robusto y sostenido como antes de la crisis», señaló la CTO hace unas semanas al publicar sus datos de 2010. La región espera mantener en 2011 la tendencia alcista, pero en medio de retos que van del entorno económico y energético, a políticas fiscales adversas y la escasa conectividad con mercados emergentes.
El Caribe cerró 2010 con un crecimiento interanual de 4,7 % –pasando de 22,1 a 23,1 millones de arribos. Los grandes destinos mantuvieron su expansión: Cuba creció 4,2 % hasta más de 2,5 millones de turistas e incluso mostró un repunte en los ingresos (+5,5 %); Jamaica llegó a 1,9 millones; Puerto Rico y Bahamas mantuvieron una positiva escalada y República Dominicana superó los cuatro millones de visitantes. El sector de cruceros creció 6 % respecto a 2009. Algunas islas pequeñas tuvieron datos alentadores. Antigua, con un aumento de los viajes desde Estados Unidos, creció 5 %. Santa Lucía tuvo un año récord, con 320 mil arribos por aire y 670 mil en cruceros: su ministro de Turismo, Allan Chastanet, atribuyó al huracán Tomas el hecho de que las cifras no hayan sido mayores. La ocupación hotelera promedio en la región aumentó 1,1 %, los ingresos por habitación en 5 %, y el presupuesto medio por viaje escaló casi 20 %, a más de 5 600 dólares –el mayor desde enero de 2009. Los ingresos, sin embargo, no crecen al ritmo de los arribos. Bahamas, uno de los ocho países más visitados, mostró un nivel de gasto turístico que «no se acerca ni de lejos al de 2008, antes de la crisis económica», dijo su ministro de Turismo, Vincent Vanderpool-Wallace. En Bahamas, según la CTO, el hecho se debe en gran medida a que el aumento del turismo descansa en los cruceros, cuyos pasajeros gastan poco en comparación con los que pernoctan, pero a nivel regional –y mundial– ocurre que la incertidumbre económica, contrae los presupuestos de vacaciones y orienta a muchos viajeros a recortar gastos y buscar servicios low-cost, al tiempo que hoteles y otros sectores, se ven obligados a ofrecer descuentos. La llave es el turismo El Caribe es hoy la región más dependiente del turismo, según la Cepal, con un índice que llega al 16,6 % de su PIB total, frente al 5 % de Centroamérica y el 1,8 % de Suramérica. De acuerdo con el presidente de la CTO, Richard Skerritt, el Caribe «es hoy número 13 entre las mayores industrias de turismo del mundo en cuanto a tamaño absoluto; primero internacionalmente en contribución relativa del turismo a las economías nacionales, y décimo en cuanto a su contribución al crecimiento nacional de largo plazo». Además, el turismo es «el primer generador de empleo en la región luego del sector público. Es también el mayor aportador al PIB y en 2010 alcanzó un valor de poco más de 39,4 mil millones de dólares», explicó el directivo. Al contrario de Suramérica, el Caribe no posee un sector primario rico y beneficiado por la demanda asiática, ni tampoco reservas petroleras de importancia. A ello se añaden la dura competencia con destinos más cercanos a Europa –en un contexto de tendencia a viajes de corto radio–, el efecto del alza de los combustibles en el transporte aéreo y el sector de cruceros, y el encarecimiento de los alimentos. Históricamente muy vinculados a unas pocas potencias (Reino Unido, España, Francia, Países Bajos, Estados Unidos), muy dependientes de ellas en términos de viajes turísticos y lo que se ha dado en llamar turismo étnico –residentes en el extranjero que regresan de visita-, los países caribeños comienzan a abrirse a mercados emergentes como Brasil, Argentina, Colombia, México, Rusia, India y China –estos dos últimos entre los siete mayores emisores a Estados Unidos en 2010. Sin embargo, sigue siendo deficitaria y cara la conexión entre las islas y desde los mercados emergentes. En los últimos meses se abrieron nuevas rutas y frecuencias entre países como Argentina, Brasil y Rusia y destinos como Cuba, República Dominicana y Barbados; se espera para junio el servicio de Copa entre Panamá y Nassau, pero predomina la desconexión intrarregional, sobre todo entre las pequeñas islas, lo que obstaculiza proyectos de multidestino y la proyección y promoción turística del Caribe como un todo. En cuanto a los cruceros, la estacionalidad es un tema pendiente. El Impuesto a los Pasajeros Aéreos (APD, por sus siglas en inglés) del Reino Unido, que asigna al Caribe las tarifas más duras, hizo que entre 2009 y 2010 el turismo desde ese país cayera 10,8 % en promedio, según la CTO, que lidera junto a la CHTA el frente regional para lograr una reforma de esa política. Es otro de los retos puntuales de la industria turística regional, que a mediano y largo plazo debe afrontar también el énfasis en los costos y la competitividad, así como la inteligente prospección en mercados emergentes, sin olvidar la movilidad de los turistas. Al respecto, al lanzar la campaña Tourism is Key, que busca elevar en gobiernos y poblaciones la percepción de la importancia del turismo al nivel de su peso real en la economía, la Asociación Caribeña de Hoteles y Turismo (CHTA), llamó a reflexionar sobre los trámites migratorios, papeleo excesivo e impuestos, que pueden ser contrarios al desarrollo del sector. La región requiere de una estrategia integrada que le aporte fuerza negociadora y de marketing frente a los mercados, y políticas que lleven al turismo al sitio central que le corresponde para un desempeño económico sólido y sostenible.
Perspectivas en 2011 A pesar de las circunstancias económicas y la crisis en Medio Oriente y África del Norte, la OMT mantuvo en el Foro Mundial de Andorra, en marzo, la previsión de un crecimiento global entre 4 y 5 % en 2011; mientras vaticinó que los arribos al Caribe deben aumentar alrededor de 5 % y el gasto de los turistas, cerca de 3 %. Se unen la lenta mejoría de la economía de Estados Unidos (según un sondeo de Travelocity, el 35 % de los estadounidenses se proponen viajar y gastar más en 2011) y la recuperación de otros mercados claves, así como la proyección de la Asociación Internacional de Compañías de Cruceros (CLIA, por sus siglas en inglés), la cual prevé que sus 25 líneas miembros transporten 16 millones de cruceristas, lo que significa un millón más que en 2010. El primer trimestre trajo números positivos, en arribos vía aérea y en cruceros, para destinos como Jamaica, Cuba, Puerto Rico y República Dominicana. En medio de un contexto energético variable y un panorama económico internacional todavía no optimista, se ha roto la inercia provocada por la recesión mundial desde el segundo semestre de 2008 y la situación en el Caribe ha comenzado a cambiar, independientemente de los inconvenientes que aún persisten.
El Caribe es hoy la región más dependiente del turismo, según la Cepal, con un índice que llega al 16,6 % de su PIB total, frente al 5 % de Centroamérica y el 1,8 % de Suramérica. En la región, la OMT ubica a siete de los países que más dependen del sector en todo el mundo