Diez países —Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, España, Estados Unidos, Francia, Uruguay y Panamá—, dieciocho agrupaciones, talleres y presentaciones de publicaciones teatrales sostienen la apuesta del 9no. Festival Internacional de Artes Escénicas de Panamá, FAE19, que a partir de ahora tendrá frecuencia anual.
Salas de la ciudad y plazas del casco antiguo acogen a espectadores que apuestan por el teatro y la danza, y a escolares en funciones matutinas gratuitas. Es mi tercera vez, y aprecio cómo el FAE se consolida con una cartelera variada, armada en cinco segmentos que abarcan diversos públicos, y con alta calidad artística. Muestra de ello son dos de los montajes vistos este año.
La extraordinaria Aquellos dos, del grupo Luna Lunera, de Belo Horizonte, Brasil, resalta por su humanismo enfocado a la singularidad y contra los prejuicios. La puesta en escena, creada colectivamente por los actores a partir de improvisaciones con las técnicas del body contac, el viewpoint de Anne Bogart, y de ejercicios vocales sistematizados por Stanislavsky, recrea para la escena el cuento «Aquellos dos», de Caio Fernando Abreu, en efectiva trama sicofísica, y nos a enfrenta a la relación entre Raúl y Saúl, dos empleados públicos hastiados de su oficio y llenos de espiritualidad, mientras comparten un mundo plagado de referentes musicales y cinematográficos, que cristaliza en una amistad incomprensible para los aburridos e insidiosos colegas de oficina. La ambigüedad se impone para que cada espectador complete con su visión esta entrañable historia, y en medio de recuerdos de filmes —Cantando bajo la lluvia—y de trozos de El día que me quieras en la voz de Gardel; de la excelente versión de Nothing compares to you, y la insistencia por lo sutil de ese gran tema de Frank Domínguez que es Tú me acostumbraste, nos sumergen en un mundo de valores plenos y de simpatía.
Me llamo Suleimán, de Unahoramenos, llegó de Tenerife, Islas Canarias, para representar a España y estremecernos con la saga tormentosa de un niño que sale de África huyendo de la miseria, y que resume las de miles de desplazados y refugiados que luchan por un mundo mejor. En el unipersonal de Marta Vieira bajo la dirección de Mario Vega a partir del texto de Antonio Lozano destaca la entrega de la actriz, que se desdobla en varios personajes e interactúa a partir de una cuidadosa precisión con la escenografía, un muro de cartón que mágicamente se trasmuta en selva africana, océano furioso o ámbitos domésticos, gracias al equipo de animación liderado por Juan Carlos Cruz y a la preciosa música de Salif Keita.
Larga vida a FAE, para deleite del público panameño y para el crecimiento de su escena.