- Del castellano fuera de Castilla
La misma y diversa. Única y diferente. Así es la lengua que llamamos castellana, pero que hace ya mucho salió de las llanuras de Castilla. De la mano de hablantes de los más diversos pelajes comenzó su expansión fuera de la península ibérica. Plantó su pica, la mayor de las veces a sangre y fuego, en los más lejanos e inexplorados rincones, y allí quedó. Pero no ilesa.
Resultado del proceso que siglos más tarde el sabio cubano don Fernando Ortiz definiera como transculturación, la lengua de Cervantes siguió siendo ella, esa que permite que nos comuniquemos habitantes de muy diversas latitudes y costumbres, pero afincándose y generando particularidades en cada nación o territorio.
Precisamente ella: la misma y diversa, resulta hoy una de las atracciones de quienes visitan los países hispanohablantes. Experiencias muy diferentes buscan y esperan los viajeros de hoy, en nada parecidos a aquellos protagonistas involuntarios de una suerte de big bang de su lengua materna. El afán de las personas por ir más allá de sus fronteras en plan de divertimento o indagación se convierte en una fácil aventura gracias al desarrollo del transporte y las comunicaciones, lo que ha dado lugar a una industria que florece pese a las recurrentes crisis de la economía mundial.
Actualmente algunos países califican al turismo como «locomotora de la economía», y no faltan expertos que siguen el razonamiento apuntando hacia la cultura y los bienes culturales como «locomotoras de la locomotora». Oportuno citar aquí al Instituto de Estadística de la Unesco, uno de cuyos informes ofrece cifras sobre el notable incremento del comercio de bienes y servicios culturales pese a la recesión económica global. «Esto es una prueba más del papel esencial que actualmente desempeñan las industrias culturales en la economía mundial», indica la entidad especializada de la Unesco.
Parte indiscutible del cada vez más valorado acápite de patrimonio cultural inmaterial es la lengua materna de cada pueblo o región. Algunas en proceso de desaparición. Otras, como la de Cervantes, en plena gloria multiplicadora. Los actuales expedicionarios desde y hacia cualquiera de los puntos del planeta donde el español es lengua de uso común podrán comunicarse a la perfección, pero gozando de nuevas sonoridades y vocablos que casi siempre encierran mucho más de lo que el visitante espera.
Desde esta columna defensora de la Ñ, alerto a los turistas que llegan a Cuba decididos a no marcharse sin haber degustado en su terruño de origen uno de los más famosos cocteles del mundo, a indagar más allá de los sabores del primer daiquirí o de los efectos de los que beban a continuación. Daiquirí es algo más que la memoria de los placeres báquicos del indispensable Hemingway: es un punto geográfico costero del oriente de la mayor de las Antillas, inscripto por los avatares del destino en la historia de la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana en el siglo xix.