El recorrido en autos clásicos, en especial en vehículos americanos de la década del 50 del pasado siglo, goza de la preferencia de los visitantes.
Los autobuses turísticos llevan a los principales sitios de interés de la ciudad.
En bicitaxi se puede tener un encuentro más íntimo con La Habana.
En su diseño, el cocotaxi asemeja a la conocida fruta tropical y están equipados con dos o tres plazas.
La conocida Lanchita de Regla enlaza las ultramarinas localidades de Casablanca y Regla con la Habana Vieja.
El nuevo embarcadero del ferry parece una caja de cristal con armadura de hierro.

YA SEA EN TAXI, AUTOBÚS O BICICLETA, PASEAR POR LA CAPITAL CUBANA PUEDE RESULTAR UNA EXPERIENCIA FASCINANTE, QUE ADQUIERE MATICES ÚNICOS EN DEPENDENCIA DEL MEDIO QUE SE UTILICE

La Habana es una ciudad seductora, intensa. Testimonio de ello son sus crepúsculos acogedores en el Malecón, los nostálgicos tonos azules de los amaneceres, la complicidad de calles que abrazan a los caminantes y el indescifrable misterio que se acumula en la llamada Villa de San Cristóbal, próxima a cumplir 500 años. Con sus luces y sombras, posee un singular poder de cautivar a visitantes de todas partes del mundo.
Porque es La Habana un asombro que no se agota, la experiencia de conocerla, de disfrutarla, de vivirla,  puede convertirse en un sublime convite para los sentidos. Todo lo que necesita hacer es elegirla como destino.
Para aquellos que ya planificaron pasar sus días de asueto en este rinconcito del Caribe, Excelencias propone un acercamiento a las diversas opciones de las que podrá disponer para moverse por la urbe, pues para nadie es secreto que uno de los aspectos más importantes cuando se programa un viaje turístico es el transporte. Ya sea en taxi, autobús o bicicleta, pasear por la capital cubana puede resultar una experiencia fascinante, que adquiere matices únicos en dependencia del medio que se utilice.
Una vez que aterriza, o se desciende del crucero, lo convencional es alquilar un taxi, un carro para uso personal mientras dure la estancia o trasladarse en autobús. Pero lo cierto es que las razones que han hecho de La Habana una ciudad maravilla no pueden apreciarse vívidamente o descubrirse a plenitud desde la lejanía de una ventanilla.
Una excelente elección, que goza de la preferencia de una gran cantidad de visitantes, es el recorrido en autos clásicos, en especial si se trata de vehículos americanos de la década del 50 del pasado siglo, considerados auténticas joyas sobre ruedas. Si le es posible, trate de conseguir uno descapotable, porque las caricias de la brisa en el rostro y los sonidos de una ciudad alegremente musical, le harán sentir que está protagonizando una entretenida película de acción. No obstante, si tiene la suerte de pasear de ese modo en esos coloridos coches totalmente restaurados, no olvide tomar precauciones para protegerse del sol. Variados son los lugares que puede visitar: Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, Parque Central, Restaurante Floridita, Museo Nacional de Bellas Artes, Capitolio Nacional o sitios exclusivos del Vedado o Miramar. Estilo, confort, placer y una atención especializada por parte de los choferes, se conjugan en esa opción que, a decir de muchos, es lo más cercano a una travesía en el tiempo.
También muy popular es la iniciativa de los cocotaxis. Si el nombre ha capturado su atención, mucho más lo hará su divertido diseño, pues básicamente se trata de motos acopladas a una gran carcasa amarilla y redonda –que asemeja a la conocida fruta tropical– equipada con dos o tres plazas. No se preocupe si usted viaja en grupo, pues puede alquilar varios de estos originales medios de transporte y moverse en caravana por la ciudad. Le aseguramos que tendrá garantizada una buena dosis de alegría. Además, son muy eficaces si su objetivo es adentrase en algunas de las estrechas y transitadas calles de la Habana Vieja.
Les encanta parquearse en las proximidades de la heladería Coppelia, de modo que podría aprovechar para degustar uno de esas cremosas delicias o tener la experiencia de ver un buen filme a la «antigua», disfrutando de las bondades de una pantalla gigante, en medio de una oscuridad cómplice, rodeado por un sonido de excelencia y acompañado por los muchos cinéfilos criollos, con tan solo entrar a un cine como el inmenso y popular Yara. Inmediatamente después de darte esos gustos puedes tomar uno de estos cómodos cocotaxis y dirigirse, por ejemplo, a la Plaza de la Revolución.
Continuamos nuestro recorrido y esta vez la invitación es a probar los autobuses turísticos, los cuales lo llevarán por los principales sitios de interés. Cuenta con tres rutas y las facilidades del sistema Hop-On y Hop-Off, que permite subirse y bajarse cuantas veces lo desee en la jornada, siempre que sea en las paradas establecidas. Los de la Ruta 1 son fácilmente identificables, pues estamos hablando de un bus rojo de dos pisos, con el nivel superior descubierto. Las 2 y 3 hacen el recorrido en buses convencionales, ya que pasan por debajo de túneles y van a una velocidad mayor en determinados tramos.
La frecuencia de paso de los autobuses es de aproximadamente 30 min y debe tener presente conservar el billete que deberá mostrar cada vez que acceda al vehículo. Este es el medio ideal para los visitantes, sobre todo del tipo cruceristas, que tengan solo un día de estancia; también para aquellos que van acompañados de niños o los aficionados a la fotografía, pues la vista panorámica de la que podrá disponer (en el caso de la Ruta 1)  le regalará unas instantáneas de ensueño.
Gracias a los diferentes y bien concebidos recorridos usted podrá aproximarse a sitios como el Castillo de la Real Fuerza, Hotel Sevilla, el Parque Central, la Plaza de la Revolución, el Edificio de la Marina (Terminal de cruceros), Alameda de Paula, restaurantes La Ferminia y La Cecilia, el Miramar Trade Center, Acuario Nacional, Cementerio de Colón, el complejo Morro-Cabaña y, por supuesto, las playas del este. Tenga en cuenta que aquí le mencionamos las paradas, pero tiene la posibilidad de andar a pie otros espacios de interés muy cercanos.
Los que prefieran una excursión más sosegada, arrullados por las aguas de la bahía, tienen en el ferry la alternativa perfecta. La conocida Lanchita de Regla enlaza las ultramarinas localidades de Casablanca y Regla con la Habana Vieja. Esta es sin dudas una de las travesías más encantadoras que podrá realizar. Desde la pequeña embarcación, que ya posee un nuevo y acogedor embarcadero similar a una caja de cristal con armadura de hierro, de dos plantas, conocerá símbolos de la urbe como el Cristo, majestuosa obra de la escultora Gilma Madera. El Emboque de Luz, ubicado en la Avenida del Puerto, muy cerca del Paseo de Paula, abre sus puertas para transporte de pasajeros desde muy temprano en la mañana y cierra a medianoche.
Quienes se consideren aventureros y atrevidos no querrán perderse un paseo en bicitaxi. En estas bicicletas que llevan detrás dos asientos cubiertos con techo, tendrán un encuentro más íntimo con La Habana. No faltarán los pícaros comentarios de los peculiares «pilotos», quienes mientras pedalean le mostrarán el lado más urgente de la ciudad, ese que late al ritmo de su gente. Y es que si algo poseen los conductores de esos pintorescos ciclos que ellos mismos diseñan, son historias de todo tipo, relatos y datos curiosos para mantener a sus pasajeros cautivados.
Pero las posibilidades de transportación no se detienen ahí. Los forasteros más enérgicos y con gusto por las actividades físicas al aire libre pueden efectuar sus recorridos siendo ellos mismos los conductores de bicicleta. Muchos sitios de interés turístico poseen aparcamientos destinados a estos medios y los hoteles suelen prestar el servicio de alquiler. Además, existen espacios que ofertan atractivos itinerarios y devienen fabuloso ejercicio interactivo. Así el visitante se adentrará en el mismo corazón de La Habana, con guías preparados que dominan los secretos de sus calles y lugares. En este sentido destaca el proyecto Ha’Bici, un sistema público de alquiler de bicis, creado recientemente como resultado de la colaboración de la Oficina del Historiador de La Habana, la Dirección General de Transporte en la provincia, el Gobierno del País Vasco y su corporación tecnológica, Tecnalia. Cuenta con una pequeña red de estaciones, todas hacia el interior o en los límites del Centro Histórico, en las que se puede contratar el servicio y dejar los ciclos una vez utilizados. Funciona de martes a domingo, entre 9:00 a.m. y 6:00 p.m. La intención es promover una opción amigable con el medioambiente y beneficiosa para la salud, que facilite la transportación, sobre todo en lugares más complicados para trasladarse, en distancias que no superen los 3 km entre las estaciones.
Los amantes del paseo sobre dos ruedas deberán siempre garantizar una buena hidratación, protegerse la piel contra los rayos solares, usar gafas y gorras o sombreros; así como tener precaución con el tráfico. Si después de tanto pedaleo le queda algo de energía, lo invitamos a no subestimar sus pies y tomarle el pulso a La Habana, palpitar a su ritmo y tocar su esencia con una buena caminata.
No es menos cierto que los aprietos económicos han dejado su huella triste en el sistema de trasportación y se conocen las grandes carencias que constantemente debe enfrentar el sector. No obstante, los cubanos, los habaneros, mantienen funcionando lo que no pocos han denominado un museo rodante con los clásicos almendrones; han teñido muchas calles con el amarillo de los cocotaxis y han hecho gala de sagacidad con la invención de los bicitaxis. Sea a golpe de ingenio, de pura creatividad o con la voluntad de sobreponerse a las dificultades, siempre habrá maneras para descubrir La Habana. ¿Cuál prefiere usted?