BUSCADA POR LOS MÁS AFAMADOS COREÓGRAFOS DEL MUNDO POR SU HISTRIONISMO Y PODERÍO TÉCNICO, SU SENSUALIDAD Y MUSICALIDAD, LA PRIMERA BAILARINA DEL BALLET NACIONAL DE CUBA VOLVERÁ A PROTAGONIZAR ESTRENOS Y CLÁSICOS DURANTE EL 25TO.FESTIVAL INTERNACIONAL DE BALLET DE LA HABANA

 

Si entre festival y festival la vida de Viengsay Valdés transcurre cual si fuera un torbellino, entonces nada se parece más a un huracán que la existencia de esta extraordinaria primera bailarina mundial durante el Festival Internacional de La Habana, cuando se adueña de la ciudad la cita que fundara Alicia Alonso en 1960.
«Cuando comienza un festival (la edición 25ta. inicia el 28 de octubre y se extiende hasta el 7 de noviembre), ya a esa altura una primera figura del Ballet Nacional de Cuba (BNC) lleva mucho tiempo sometida a no pocas presiones, tanto físicas como emocionales, pero también intelectuales, de estrés”.
“La verdad es que uno se viene preparando desde casi dos años antes, es decir desde que cierra el evento, y enseguida empieza la organización de la edición venidera. Por tanto, para poder llegar “vivo” hasta el final debes haberte fortalecido física y mentalmente, lo cual solo se consigue con una entrega absoluta en el trabajo, de lo contrario no te alcanzará luego la resistencia.
“Imagínate que el festival se desarrolla durante más de una semana, con funciones en cada jornada (a veces dobles para los bailarines) e interpretando diversos ballets, lo cual requiere de una concentración distinta, de una cabal interiorización de los personajes. Es decir, que debes saber cómo cambiar rápido el chip de una noche a la otra, incluso de una función a otra”.
“Claro, antes ha habido clases, ensayos en las mañanas, y otros generales antes de las presentaciones. De modo que es inmenso el estrés al que nos sometemos, pero sicológicamente hay que estar tranquilos, tomárselo todo con responsabilidad y rigor, porque si te descuidas vienen las lastimaduras”.
“De cualquier manera, desde el punto de vista artístico el Festival Internacional de Ballet de La Habana representa el momento en el que el bailarín puede mostrarle al público su versatilidad; mostrarse en todas sus facetas, lo mismo como artista que como intérprete”.
“Y es genial, porque en cada edición se renueva tu repertorio y en ocasiones se te presenta la oportunidad hasta de estrenar obras, lo que nos viene muy bien, pues se trata de coreógrafos reconocidos de otros países que se motivan a trabajar con nosotros, como me ha sucedido en varias ediciones. En ese sentido, estoy muy contenta, pues me enfrento a una labor muy completa. No solo bailo los grandes clásicos como El lago de los cisnes o Don Quijote, sino piezas que importantes creadores del mundo dan a conocer por medio de mi danza”.

—En eso eres una privilegiada. No hay festival en el que al menos estrenes una
obra...

—Así es. Es un honor que venga un reconocido coreógrafo extranjero que ha colaborado con importantes compañías del mundo, que haga una audición y me escoja a mí.
“Me da mucha satisfacción sentir que estoy a la altura de sus exigencias artísticas, intelectuales, culturales y técnicas, de sus expectativas, como me sucede con Annabelle López Ochoa, quien me dio la oportunidad de presentar ante el mundo su Celeste en el festival pasado, y ahora nuevamente, para mi placer, me ha vuelto a convocar para que estrene Oscurio”.
“Uno se halla muy a gusto cuando se convierte en el material humano con el que estos sensibles creadores comenzarán a desandar el complejo y difícil camino del arte. Me halaga sobremanera que Annabelle haya pensado en mí, como antes lo hizo, por ejemplo, Peter Quanz, por ejemplo, con Double Bounce y Le Papillon. Es un privilegio, porque significa que estoy preparada, que yo también puedo aportarles a esos magníficos autores que poseen otra visión de la danza”.

—Además del estreno mundial de Oscurio, ¿qué podemos esperar en el 25
Festival?

—Como de costumbre no pararé de bailar. Y aunque ya sabes que el programa puede variar, es muy seguro que interprete El lago de los cisnes junto a Matthew Golding, del Royal Ballet de Londres; y Don Quijote con Patricio Revé (BNC), con quien me uniré, además, en Paquita Grand Pas.
“Osiel Gouneo volverá a reencontrarse con su público y será mi partner en Diana y Acteón. Igualmente me daré el gusto de compartir el escenario con Brooklyn Mack y de protagonizar Un concierto en blanco y negro, obra con la que se recordará el aniversario 90 de su coreógrafo José Parés”.
De seguro, Viengsay Valdés conseguirá ser más y más amada en el afamado evento que ya se avecina, un don que la acompaña desde que inició su sólida carrera dentro del BNC.