Perfectas cuevas para amar
Para amar a plenitud, apasionadamente, cualquier sitio es perfecto, dirían los sabios amantes, quienes solo se necesitan a ellos mismos para encender el sol. Sin embargo, existen lugares que tal parece fueron creados por la naturaleza para dar la más romántica cobija a aquel que todos llaman el más puro de los sentimientos. En descubrirlos se ha especializado la Agencia Excelencias Travel, siempre en la búsqueda de hacer felices a sus clientes, máxime cuando se trata de recién casados que sueñan con la luna de miel perfecta.
Pues bien, para este 2019 Excelencias Travel ha concebido un programa turístico muy especial dirigido a quienes acaban de dar el famoso «sí, acepto», que lo (la) unirá, posiblemente hasta el final de sus días, a la persona que más emociones grandiosas le despierta. La más exuberante y de seguro inolvidable «provocación» que la agencia le puede hacer a una pareja que desee recordar cada día la experiencia vivida después de la anhelada boda, es invitarlos a descubrir Cuba de una manera distinta, sui géneris, a través de sus enigmáticas y a las vez románticas cuevas, aprovechando que el país atesora más de 10 000 de estas cavidades naturales, surgidas a partir de la erosión de corrientes de agua, hielo, lava…, una cifra que pudiera ser incluso superior, de tener razón los no pocos espeleólogos que sostienen que deben existir muchos otros sistemas en los suelos cársicos cubanos, los cuales representan, como ya se sabe, más del 70% del territorio nacional.
De esta manera tan original se podría viajar de punta (de Maisí) a cabo (de San Antonio), o viceversa, adentrándose en estos «pasadizos» que suelen invitar a andar tomados de la mano, a robarse besos a cada segundo mientras muy unidos van dibujando el futuro. Cada expedición será el pretexto perfecto para acercarse a los sitios con mayor encanto de la geografía cubana, asociados a estos paraísos terrenales, pero también una oportunidad para conocer de cerca la historia, la cultura, la gastronomía… que distinguen a esos parajes poblados por gente linda, sencilla, hospitalaria, que abre las puertas de su casa y brinda, de corazón, lo mejor que tiene.
BIENVENIDOS A OCCIDENTE
Esta aventura se podría iniciar perfectamente por el extremo oriental de la Isla, por Baracoa, donde se halla la Cueva del Paraíso: un sistema conformando por tres grutas que en la etapa precolombina sirvieron para acoger cámaras funerarias taínas y se localiza en la terraza geológica nombrada Seboruco, que obsequia unas vistas impresionantes de la ciudad primada de Cuba y de la bahía. Sin embargo, en este recorrido que hemos dividido en tres regiones, Excelencias ha tomado como punto de partida los mogotes de la Sierra de los Órganos, en la zona occidental de la Cordillera de Guaniguanico, provincia de Pinar del Río, donde señorea la Gran Caverna de Santo Tomás, la mayor cartografiada hasta el momento, con 45 km de galerías.
En cuanto a tamaño e interés que despierta, Santo Tomás no encuentra competencia considerable en el Valle de Viñales. De hecho, constituye la segunda más extensa de América con sus siete niveles y asombrosas estalactitas y estalagmitas. Eso sí, para quedar hipnotizado habrá antes que cubrir los 150 m que suma la elevación que conduce hasta ella.
Pinar del Río llama la atención porque reúne en toda su extensión un patrimonio natural sorprendente, como lo reflejan otras muchas cuevas, al estilo de la llamada «del Indio» (poseedora de interesantes restos arqueológicos y pinturas rupestres, cuyo río subterráneo se puede recorrer en lancha rápida), «de Los Cimarrones» (denominada así por los esclavos fugitivos que en tiempos de la colonia se escondieron allí), «de Palmarito» (la mayor de tipo subterráneo de Cuba que ofrece a los enamorados un lago natural el cual invita al baño) y «de San Miguel», en el valle de San Vicente, a donde merece la pena ir hasta por los manjares que se preparan en el restaurante Palenque de los cimarrones, especialmente los sabrosos arroces cocinados a la manera criolla.
Y bueno, si los amantes están en Vueltabajo, esperamos que aprovechen para desandar, como Dios manda, el Valle de Viñales, sitio que en 1979 fue catalogado Monumento Nacional, en 1999 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y en el 2001 Parque Nacional. Pero, además, para que se den el gusto de indagar sobre los secretos que guarda celosamente esta región donde se cultiva el mejor tabaco del mundo; de apreciar con sus propios ojos la palma corcho (Microcycas calocoma), especie endémica del lugar con una edad que supera los 150 millones de años; de admirar el Mural de la Prehistoria…
Sin olvidar que no muy lejos se imponen las hermosas playas que rodean a Cayo Jutía y Cayo Levisa; Mil Cumbres, área protegida donde se eleva el Pan de Guajaibón; que en esa zona están María la Gorda, el sueño hecho realidad de los apasionados del submarinismo; y la península de Guanahacabibes: 51 000 ha de tierra y mar benditos; o que en la provincia vecina los aguadan el Parque La Güira y los Baños de San Diego, con sus milagrosas aguas medicinales; o el paraíso del inmortal bardo Polo Montañés, Las Terrazas.
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Matanzas es otra de las provincias que merece disfrutarse con detenimiento. Es allí donde se encuentra la denominada Atenas de Cuba, un honor que la urbe capital no ha querido dejarse arrebatar, atrapando a todo el que llega a la tierra de la siempre recordada Carilda Oliver Labra, Premio Nacional de Literatura, con una cartelera cultural de lujo, gracias a sus emotivas tertulias literarias, sus llamativas representaciones escénicas a cargo de compañías de renombre como Teatro de Las Estaciones, Papalote, El Portazo y Danza Espiral, o la música de alta calidad que interpretan los Muñequitos de Matanzas, el Coro o la Orquesta Sinfónica.
Pero esa también es la tierra del Valle de Yumurí, del Puente de Bacunayagua, del Castillo de San Severino (Museo de La Ruta del Esclavo), del Museo Farmacéutico, del Río Canímar, de la Ermita de Monserrate, del Cafetal La Dionisia…; el territorio al que pertenece Cárdenas y donde brilla con sol radiante, arena fina y agua tibia y cristalina, el imponente Varadero, el mismo donde sobresalen las famosas Cuevas de Bellamar (Monumento Nacional), que deslumbran por sus espectaculares formaciones y sus restos marinos protegidos hace más de 25 millones de años.
Por su parte, la Caverna de Santa Catalina, a 17 km del balneario por excelencia de Cuba, luce nieves pétreas y gemas que constituyen un notable tesoro, al igual que las estalagmitas de arena de calcita y aragonito llamadas «hongos de piedra», que solo existen aquí. Independientemente de sus valores paleontológicos, arqueológicos e históricos, este formidable espacio sobresale como hábitat de distintas especies animales, entre ellos 11 tipos de murciélagos.
ENIGMAS DEL CENTRO
En el centro de la Isla, Cienfuegos tiene mucho que ofrecer. De naturaleza espléndida como lo evidencian El Nicho, la Laguna Guanaroca o el Jardín Botánico, este territorio vive orgulloso también de su Macizo de Guamuhaya, en Cumanayagua, donde se localiza la Cueva Martín Infierno, hallada, según narra la leyenda, por un esclavo llamado Martín, quien cayera desde la altura en su profundo seno intentando escapar de quienes lo perseguían.
Cavidad de origen fluvial que se ubica a 57 km de la ciudad de Cienfuegos y a unos 25 km de la mágica Trinidad, en la vecina provincia de Sancti Spíritus, a la Martín Infierno se accede por dos entradas, mientras en su interior alberga cinco salones de amplias proporciones, entre ellos el nombrado La furnia del Infierno, donde reina la estalagmita más alta del orbe, con sus 67,2 m de altura, 30 m de diámetro en la base y cerca de 100 000 t de peso. Monumento Nacional, muestra alto grado de conservación.
Pero ya había dicho que la Madre Natura ha sido generosa con la Perla del Sur, tanto por su espléndida bahía de bolsa, alrededor de la cual surgió la ya bicentenaria Villa Fernandina de Jagua, como por altas montañas y hermosos fondos submarinos, ideales para el buceo o snorkeling, especialmente aquellos que corresponden a la playa de Rancho Luna: una gran barrera coralina situada a pocos metros de la costa.
En 1 h y 20 min se puede llegar hasta Trinidad, definitivamente una de las urbes más bellas de Cuba y la que mejor conservada muestra su arquitectura colonial. Junto al ya mencionado Valle de Viñales, clasifica como el sitio de mayor reclamo por parte del turismo individual.
LAS PASIONES DEL ORIENTE
Fue Diego Velázquez quien el 15 de agosto de 1511 bautizó como Villa de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa a la primera fundada en Cuba, donde la Cueva del Paraíso aparece entre los más sobresalientes testigos del tiempo. Tanto es así que cuenta con un museo de arqueología el cual pone de manifiesto que, efectivamente, antes del arribo de los españoles aquí radicaba uno de los principales asentamientos de la cultura taína. Esa huella se hace palpable asimismo en las casi 2 000 piezas auténticas que se exhiben y en las paredes del interior de la gruta por medio de los tallados y las pinturas que informan de aquel lejano período, representado, además, por una aldea como aquella en la que habitaban nuestros antepasados aborígenes.
Vale la pena viajar hasta casi el extremo más oriental del país para admirar al Ídolo del Tabaco que se conserva en la Cueva del Paraíso, en verdad una réplica de la escultura aparecida en Maisí, en 1903, ubicada entre los hallazgos taínos más importantes del Caribe y que en la actualidad se exhibe en el Museo Montané, en la Universidad de La Habana. Aunque Baracoa, lugar fascinante, atrae por muchas más razones: porque en su territorio perteneciente al Parque Nacional Alejandro de Humboldt se concentra la mayor biodiversidad de Cuba y del Caribe; porque vale la pena ver de cerca El Tibaracón, único en Cuba; porque en ese suelo se dan de maravillas el coco y el cacao; por sus espléndidos ríos: Yumurí, Duaba, Miel, Toa...; por el majestuoso Yunque que custodia la pequeña bahía...
Y ya estando en Baracoa, la Punta de Maisí, que marca el punto más oriental de la Isla, se encuentra a un paso. Ascender los 144 peldaños con que cuenta el popular faro La Concha (1861) les permitirá contemplar unas vistas impresionantes. Si los días permanecen despejados se puede divisar hasta Haití. Luego, al descender, los esperará una bella playa de arena blanca que les convencerá de que han pisado el mismísimo edén.