- Inmersión segura.
EL BUCEO ES UNA ACTIVIDAD MUY ATRACTIVA Y EL CONTAR CON UNA BUENA INFRAESTRUCTURA MÉDICA ES UNA GARANTÍA MÁS PARA PRACTICARLA CON TOTAL TRANQUILIDAD
Al bucear con equipo autónomo y respirar gases a presión, se acumula nitrógeno en nuestros tejidos corporales, que al ascender y reducirse la presión, este comienza a abandonar el organismo a través de la respiración.
Si por cualquier motivo se produjera una reducción brusca de la presión (por ejemplo, al ascender de golpe) o se omitiera una parada de descompresión, las microburbujas de nitrógeno se harían más grandes, se convertirían en macroburbujas y podría obstaculizarse el riego sanguíneo a nivel de ciertas partes del cuerpo, generalmente las extremidades (brazos y piernas) en las que podríamos notar hormigueo, como si estuvieran dormidas y otros síntomas de la llamada “enfermedad descompresiva”. El tratamiento entonces es la urgente recompresión en una Cámara Hiperbárica, que consiste en un compartimiento cilíndrico como un pequeño vagón, en el cual el buceador se introduce y permanece (acostado o sentado) durante cierto tiempo, mientras el personal sanitario aumenta la presión interior para reproducir las condiciones de la inmersión efectuada y conseguir la reducción del tamaño de las nocivas macroburbujas para convertirlas en microburbujas y luego, ir reduciendo poco a poco la presión, muy progresivamente y permitir así la libre circulación de la sangre por todo el sistema vascular.
Por otra parte, para poder realizar este procedimiento es necesario contar con información acerca de la profundidad y condiciones de donde ocurrió el accidente, que nos permita “llevar” al buzo a esa profundidad, igualando la presión en el interior de la cámara a la presión existente en la profundidad marina donde se encontraba.
Durante el tratamiento, la cámara hiperbárica es presurizada con oxígeno al 100%. Conforme el paciente respira normalmente, el oxígeno presurizado se absorbe hacia el torrente sanguíneo por la vía pulmonar y se transporta a través del cuerpo por el aparato circulatorio. Posteriormente, el paciente recibe 15 veces más la cantidad de oxígeno comparando con respirar el aire a nivel del mar.
Actualmente existen cámaras hiperbáricas individuales y colectivas, y su uso se ha extendido para el tratamiento de otras enfermedades y padecimientos, como por ejemplo:
» Aumentar gradualmente la concentración de oxígeno en todos los tejidos corporales, aún con el flujo sanguíneo reducido u obstruido.
» Mejorar el tiempo de reparación de lesiones o heridas persistentes.
» Estimular el crecimiento nuevo de vasos sanguíneos en áreas de circulación comprometida.
» Incrementar la eficiencia de los glóbulos blancos para combatir bacterias y ayudar a controlar la infección.
» Ayudar en el tratamiento de infecciones del hueso crónicas (osteomielitis).
» Preservar los injertos de piel, colgajos y otros tejidos en los cuales la circulación está reducida.
» Reducir hinchazón (edema).
» Revertir el daño a tejidos expuestos por la terapia de radiación.
» Reducir los efectos tóxicos del monóxido de carbono.