- Cinturón de Piedra.
EXCELENCIAS CELEBRARÁ LOS 500 AÑOS DE LA HABANA EN CADA UNO DE SUS NÚMEROS HASTA NOVIEMBRE DE 2019, GRACIAS A LA COLABORACIÓN EXCLUSIVA DE LA OFICINA DEL HISTORIADOR DE LA CIUDAD DE LA HABANA
Tal vez muchos habaneros de la actual generación, poco conocedores de nuestra historia, o los extranjeros que visitan esta ciudad, achaquen al olvido o a la incuria de los gobernantes la existencia frente al Palacio Presidencial y en la Avenida Carlos Manuel de Céspedes, de sendas garitas de piedra, medio derruídas, que en uno y otro lugares pueden contemplarse, o la del trozo de paredón, con un viejo árbol entre sus sillares, que se encuentra en uno de los costados del Instituto Provincial, o la del otro paredón de gruesas piedras que se ve en la calle de Egido, muy cerca de la moderna Estación Terminal, así como la del lienzo de pared, con una puerta tapiada…
Emilio Roig de Leuchsenring
La Habana: apuntes históricos (vol. I).
Las Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana —que pronto serán declaradas Memorias del Mundo por la UNESCO— dan la fecha 3 de febrero de 1674 como la de inicio de la construcción de las murallas. Idénticas referencias, que datan de las sesiones del Cabildo del año 1797, insisten en que estas, si no concluidas, al menos estaban a punto de terminarse.
Si observamos el plano firmado por el ingeniero militar del Rey, Cristóbal de Roda Antonelli –cuya lápida sepulcral, junto a la de su esposa Francisca de Arellano, fue hallada durante las obras de demolición del antiguo convento de San Juan de Letrán–, el documento traza con perfección su idea del muro perimetral.
Años después, diversos gobernadores construyen, sucesivamente, nuevos lienzos en la parte de la mar. Estas concluyeron muy tardíamente con la construcción de la llamada «Cortina de Valdés», por el capitán general Jerónimo Valdés y Sierra (1784-1855).
Recientes excavaciones arqueológicas, realizadas como parte del proceso de restauración del Centro Histórico de La Habana, declarado junto a su sistema de fortificaciones como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1982, han revelado cuánto quedó oculto bajo el trazado de las calles a partir de 1863, por interés del comercio y del ensanche de la capital de Cuba. Inevitable resultó que la urbe rebasara el cinturón de piedra edificado por centenares de esclavos y canteros a lo largo de los siglos.
Hoy, que la revista Excelencias desea celebrar con varios números sucesivos el quinto centenario del asiento definitivo de La Habana (1519) junto al puerto de su mismo nombre y la extensión lenta pero definitiva de San Cristóbal –fundada en un punto de la costa sur de la actual provincia de Mayabeque–, es saludable retomar cuanto hacemos para revivir una historia que apenas habría quedado representada en unos pocos fragmentos, una de las varias puertas, dos garitas y dos recintos de guarnición en diversos puntos del espacio que originariamente ocuparon.
Quizás, si dentro de los hallazgos más interesantes estén los restos encontrados bajo los cimientos del edificio conocido como Manzana de Gómez, recuperado y recién inaugurado bajo el nombre Gran Hotel Manzana Kempinski, y que se sitúa bajo el primer nivel del precioso conjunto restaurado; o la no menos impresionante huella que quedó prácticamente a la entrada de la Plaza de la Catedral, la cual, en este momento, se suma a lo que será en breve plazo el Parque Arqueológico de las Murallas…