"Entre San Andrés, Santa Marta y toda la mirríada de pueblos y ciudades coloniales del Caribe colombiano, Cartagena de Indias –Patrimonio Cultural de la Humanidad–, constituye el mejor referente del pasado español en este país."

El visitante que salga a caminar las calles de la vieja ciudad entenderá el orgullo de los cartageneros, quienes insisten en que allí se reúnen a la vez todas las bellezas de las sensuales ciudades portuarias caribeñas, con el valor agregado de que, por su meridional localización, este es un lugar a salvo de los huracanes. Son una constante los adoquines, las fachadas barrocas en edificios civiles y religiosos, los balcones con balaustradas de madera cubiertas por cascadas de buganvilias y otras flores del trópico, los patios interiores con fuentes y vegetación. Los abundantes cafés y bares invitan a una parada en la caminata o el paseo en coche de caballos para disfrutar una infusión, cócteles locales o jugos de frutas naturales. Sitios muy especiales son el Parque de Bolívar, donde se encuentran la estatua ecuestre de Simón Bolívar y construcciones de relevancia histórica como el museo Palacio de la Inquisición, el Museo de Oro, la Catedral y el edificio de la Gobernación; o la animada Plaza de los Coches, rodeada por edificaciones coloniales y uno de los centros de la vida nocturna en la ciudad. Situadas entre los fuertes Santa Clara y Santa Catalina -en el sector de la ciudad amurallada-, Las Bóvedas fueron construidas en el siglo XVIII como cuarteles y cárceles y hoy, restauradas y acondicionadas, albergan galerías de arte y almacenes donde puede adquirirse lo mejor de la artesanía del país, joyas, antigüedades y mucho más. Excursiones recomendables El cerro de La Popa (135 m), donde se levanta un antiguo convento, ofrece una vista abarcadora de la ciudad, al igual que el gigantesco Castillo de San Felipe de Barajas (construido entre 1536 y 1657), con sus plazas, misteriosos túneles y pasadizos, tiendas, cafés y galerías. Tampoco deje de visitar la casa de Gabriel García Márquez o el Jardín Botánico, con especies tropicales; las cercanas granjas de cocodrilos y los distintos barrios: Pie de la Popa, Manga, Bocagrande, Castillogrande, La Matuna, Marbella, Crespo y Zona Norte, con su larga línea de playas y facilidades para la pesca y otros deportes acuáticos. Hay pintorescos pueblos de pescadores como Bocachica y en una travesía de entre 1 y 2 horas en yate se llega al archipiélago del Rosario: 23 islas, cayos e islotes que son parte del Parque Natural Corales del Rosario y San Bernardo, con impresionantes formaciones coralinas, lagunas costeras, zonas de manglares y bosques secos tropicales. Hay senderos de interpretación ambiental, sitios de observación de aves (endémicas y migratorias), hoteles ecológicos, un acuario, facilidades para hacer buceo o snorkeling y restaurantes donde pedir un delicioso menú a base de mariscos. También se puede escoger Palma, una isla privada a dos horas en lancha que pertenece a la cadena de hoteles Decameron y que sólo recibe a diario unos 40 turistas que comparten sus playas cristalinas, inmersiones entre sus corales y la rica naturaleza en tierra, o las playas de Portonaito, en la Isla de Barú, a la que se llega en una travesía de una hora. Si hay tiempo, se pueden preparar excursiones a las ciudades litorales de Barranquilla y Santa Marta, o aventurarse por más días en la Sierra Nevada y llegar a la Ciudad Perdida, importante sitio arqueológico prehispánico descubierto y excavado en 1976. En las noches, además de una larga lista de excelentes restaurantes, se puede decidir entre teatro o conciertos, clubes, casinos o movidas discotecas, bares y cafés al aire libre en hermosos patios interiores. Para muchos, el bautismo de la primera noche en Cartagena es la juerga o rumba en «chiva», bus típico pintado con llamativos colores, que recorre la ciudad y que lleva a bordo una banda de músicos, con bar abierto de licores nacionales. Sensual, noctámbula, vivaz, clara… Cartagena es también ciudad de romance. Por estas calles debió caminar el Florentino Ariza de El amor en los tiempos del cólera, esperando «53 años, 7 meses y 11 días con sus noches» por Fermina Daza. Sus palacios coloniales sobre estrechas calles adoquinadas, el concierto de piedra, madera y vegetación; el mar y el espíritu alegre la hacen única… Quizá por ello es destino cada vez más frecuente para bodas y lunas de miel. Inmersa en el ambiente real-mágico del Caribe que inspiró a García Márquez, visitarla es sin duda una experiencia que siempre se querrá repetir.

Esta bonita ciudad caribeña es un laberinto de hermosas callejuelas coloniales, en las que cafés y bares invitan a una parada, funcionan mercados artesanales y tiendas de discos donde adquirir colecciones completas de cumbia y ballenato, la música más popular entre los colombianos

Fundada en 1533, Cartagena fue uno de los puntos de embarque de la flota que llevaba a España las riquezas del Nuevo Mundo. El asedio de los piratas hizo que la Corona mandara a construir en sus predios un imponente sistema de defensa: 21 baluartes, 11 km. de murallas, 7 fuertes, 13 baterías y 3 escolleras, que se unen hoy a 14 claustros, iglesias y conventos, y 16 plazas y parques históricos, además de varios museos. Fue declarada por la UNESCO Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad en 1984. Su bahía, por la que antaño salieron hacia Sevilla y Cádiz el oro y la plata de El Dorado y Potosí, fue incluida este año en la selecta lista de 33 radas del World Most Beautiful Bays Club. También la guía turística Frommers, una de las más influyentes en Estados Unidos, mencionó a la ciudad entre los 12 mejores destinos a visitar en 2009, junto a urbes como Washington, Estambul, Ciudad del Cabo y Belfast.