La capital de Cuba La Habana es la capital de Cuba, su principal puerta de entrada y la más poblada ciudad del país, con poco más de dos millones de habitantes. Se trata de una urbe muy extendida con 15 municipios –Playa, Plaza, Centro Habana, La Habana Vieja, Regla y La Habana del Este están directamente al lado del mar– y los demás, con excepción de Guanabacoa, se encuentran alejados del centro y tienen menor interés turístico. Son: Boyeros, La Lisa, 10 de Octubre, Marianao, Arroyo Naranjo, Cerro, Cotorro y San Miguel del Padrón.

Accesos El Aeropuerto Internacional José Martí, es el principal punto de entrada de los turistas que llegan a Cuba para estar en La Habana o trasladarse a otros destinos del país. Una gran bahía con atraques y terminal de crucero tiene la ciudad; y hacia el oeste, se encuentra la Marina Hemingway, su puerto turístico por excelencia.

Cómo orientarse Las principales ofertas y servicios turísticos en la ciudad son bien conocidos por la gente. Basta con preguntarle a cualquiera por un sitio u otro y enseguida le indicarán cómo llegar. De cualquier forma, como también hay lugares que se salen de las rutas más conocidas, hay que saber orientarse. En los barrios más antiguos, las calles se denominan con nombres, como en cualquier ciudad española; y en los de más corta historia, como el Vedado (municipio Plaza) o Miramar (municipio Playa), su denominación es con números y letras, al estilo americano. El entramado urbano en los municipios que están a la orilla de la costa –que son los más turísticos–, se constituye por calles paralelas al litoral y perpendiculares a este a modo de cuadrículas, con lo que no resulta muy difícil situarse para llegar a un lugar u otro, disponiendo de un mapa u orientándose con los propios vecinos y transeúntes.

El transporte Una amplia red de puntos de rent a car tiene La Habana, desde el Aeropuerto Internacional José Martí hasta sus hoteles y también dispersos en sitios estratégicos de la ciudad. Es una opción recomendable para quienes tienen previsto moverse frecuentemente y hacer desplazamientos en una u otra dirección, o irse de vez en cuando a las Playas del Este. Directamente en los hoteles pueden solicitarse taxis y para excursiones organizadas se dispone de ómnibus climatizados que realizan los transfers in – out. Una alternativa muy económica es el bus turístico descapotable que cubre un itinerario por sitios de interés a sólo 3.00 CUC por pax y que con el mismo precio permite, por ejemplo, hacer una incursión del Vedado al Centro Histórico, pasear un par de horas por sus calles e irse luego a la playa y regresar al hotel, pues se trata de una especie de trompo que cubre la misma ruta, cada una hora.

Comer en La Habana Dentro y fuera de los hoteles se encuentran múltiples opciones para satisfacer el apetito. Los restaurantes clásicos de siempre son La Bodeguita del Medio –comida criolla– y El Floridita –marinera e internacional–; en lo adelante, la lista es larga. Algunos son singulares, como La Torre, la principal referencia del skyline habanero, situado en el piso 33 del emblemático edificio Focsa, donde se come bien, hay buen bar y se disfruta de una espectacular panorámica; y otros, algo sorprendentes, como el Polinesio, que se encuentra al nivel de la calle, en el hotel Habana Libre Tryp, con un ambiente muy agradable a media luz, decorados con muebles y adornos que evocan el archipiélago que le da nombre, y un servicio de primera; o asimismo, el Sierra Maestra, en el último piso de esta propia instalación; y el Bistró Berlín, un restaurante también con bonito paisaje a través de sus ventanas en el hotel Oasis Panorama, cuya fortaleza es un menú montado en la mejor tradición culinaria del sur de Alemania y del que son especiales los asados de ternera, los solomillos, las salchichas y los postres como el strudel de manzana. En el Centro Histórico, son numerosas las opciones, pero hay que destacar al restaurante El Templete, situado al borde de la bahía, de obligada visita para los amantes de la comida marinera; o el Café del Oriente, en la Plaza de San Francisco y La Mina o El Patio, en la Plaza de Armas y la Plaza de la Catedral, respectivamente. Interesantes opciones y económicas, tienen los restaurantes del Barrio Chino; y otros muchos en el Vedado y Miramar, que constituyen las zonas turísticas por excelencia de la ciudad. También vale la pena preguntar por algunos como: La Casona de 17, el L'Aiglon (Hotel Riviera), El Conejito, Plaza Habana (Hotel Meliá Cohiba), Unión Francesa, El Aljibe, La Ferminia o El Rancho y la Finca de Erasmo, entre muchos otros.

Excursiones a los alrededores Por su ubicación geográfica y excelente conexión con el resto del país, La Habana es un sitio privilegiado para conocer otros muchos lugares de Cuba. Los receptivos cubanos que operan en la ciudad trabajan una larga línea de opcionales y excursiones entre las que sobresalen: el Valle de Viñales y el Valle de Yumurí –al oeste y al este respectivamente, en las provincias de Pinar del Río y de Matanzas–, que tienen el interés común de ser un verdadero baño de naturaleza cubana. Se organizan viajes por un día, también a Varadero, vía terrestre; y a Cayo Largo, vía aérea. Con noche incluida, se ofertan paseos con guías a la colonial ciudad de Trinidad y también a Cienfuegos, cuyos centros históricos fueron declarados por la UNESCO, Patrimonio Cultural de la Humanidad.

Salud y atenciones médicas En el sistema turístico cubano está establecido que en cada hotel para el turismo internacional exista una posta médica para primeros auxilios y en piscinas y áreas de playa, socorristas especializados. En La Habana, adicionalmente, funciona la Clínica Internacional Cira García, con un alto nivel profesional y equipamiento.

Compras Las mejores artesanías se encuentran en la explanada que se extiende entre la Avenida del Puerto y la fachada frontal del alargado Seminario de San Carlos, en La Habana Vieja, donde se instala diariamente un gran mercado al que acuden artesanos con sus artículos. Se pueden adquirir desde tallas de maderas preciosas, hasta collares, vestidos y miniaturas. Lo mejor es regatear, para llegar a un buen precio. Buena música cubana, en 23 y L, donde está la tienda más surtida para cualquiera que busque llevarse de vuelta, canciones, ritmos y melodías de la Isla; y Habanos, en la Fábrica Partagás o en cualquiera de las Casas del Habano que se encuentran en la ciudad. Si bien estas son referencias concretas, hay que decir que comprar estos clásicos productos cubanos y, además, ron, no resulta difícil, pues hay muchos establecimientos dedicados a su comercialización, incluso directamente en los hoteles. Para quienes gustan de las antigüedades o rarezas literarias, una recomendación es el mercadillo de libros viejos que a diario montan coleccionistas y libreros en la Plaza de Armas; y para regalos exclusivos, La Habanera, en Miramar, constituye una excelente opción, por sus ofertas de joyería fina antigua de muy buena factura.