Centenares de millas cubre este mar de ensueños que exhibe la vitalidad de una naturaleza pródiga en la que concurren los elementos precisos para poder considerarlo uno de los paraísos del planeta, integrado por una enorme cantidad de islas, golfos, bahías, arrecifes coralinos y países reconocidos como destinos de lujo por su belleza natural, hermosas playas, infraestructuras hoteleras y la gran cantidad de actividades que ofrecen.

Sumergirse y bucear en las aguas del mar Caribe es algo de lo más placentero que ofrecen los destinos de la región a sus visitantes, un edén submarino colmado de colores y vida, con diversidad de fondos, accidentes, formaciones coralinas y cientos de especies de peces, que además de ser fuente de riquezas, hacen las delicias de los más expertos buceadores y hedonistas marinos. No por gusto el Caribe fue donde primero apareció el submarinismo como oferta turística. Hay datos reveladores de esa riqueza: la existencia de al menos un millar de especies de peces –400 de las cuales son comestibles–, 200 variedades de esponjas, casi dos centenares de tipos de corales, 1 100 de crustáceos y algo más de moluscos, en lo que constituye un inventario tan vasto, que cada descenso siempre ofrecerá alguna novedad, sólo con mover unas millas el punto de inmersión, entre una vez y la otra. Es esta una de las principales razones por la que los operadores turísticos de la región cada vez más decididamente implementan opciones para llevar a mayores volúmenes de visitantes bajo el mar, lo que no dejan de recomendar como una fórmula de placer infalible que nadie debe perderse, después de viajar a esta parte de la Tierra. Porque el Caribe, más allá de sus playas idílicas con cocoteros y hoteles bien concebidos, es también ese mundo variopinto y sorprendente que vive bajo sus aguas, donde bucear puede ser una experiencia inolvidable no importan sexo ni edad. Peces brillantes y coloridos, aguas cálidas y de una visibilidad horizontal de 30 metros como promedio, formas diversas y hasta ruinas submarinas y un vasto patrimonio arqueológico fruto del rico pasado histórico de la región, regalan momentos irrepetibles. Desde la Rivera Maya de México al istmo de Panamá, con Cuba y Las Antillas en su conjunto, hasta Puerto Rico y las Islas de Barlovento al este, para esta modalidad se dispone de un universo de cientos de millas cuadradas, a cuyo cuidado los estados caribeños dedican especiales legislaciones de manejo y explotación. El esfuerzo ciertamente merece la pena, porque el mayor tesoro del Caribe es ese mar del que emergen sus islas de corazón verde y gente mestiza. Por demás, del gran número de actividades especializadas que se pueden realizar en todos los destinos turísticos caribeños, la más destacable es el buceo, experiencia que permite ponerse en pleno contacto con la naturaleza, disfrutar a la vez sus cálidas aguas y conocer su gran cantidad de especies marinas. Aunque todos los países o destinos de la cuenca caribeña son una verdadera promesa para los amantes de la inmersión contemplativa, unos han avanzado más que otros en este tipo de viajes y entre ellos, son de ineludible mención la Riviera Maya, en México; Belice, Panamá, Honduras; Aruba, Barbados, Colombia, Cuba, Jamaica, Islas Caimán, Puerto Rico, Santo Tomás, Turcas y Caicos, Saint Bartolomé, Guadalupe, Martinica, República Dominicana, Panamá, Colombia y Venezuela. La calidad de sus entornos marinos, el equipamiento disponible y las facilidades de que disponen para la modalidad, incluidos los guías instructores, los colocan como punteros de la oferta regional de buceo, si bien se trata de una actividad en permanente expansión. Miles son los puntos de inmersión abiertos al turismo y múltiples las variantes, según las habilidades o expectativas del turista. Organismos especializados garantizan las mejores condiciones para esta oferta, así como la formación y permanente capacitación de los buzos instructores, anfitriones y guías bajo el mar.

CUBA Dentro de la región del Caribe, el archipiélago cubano constituye una de las más importantes plazas para la práctica de la contemplación submarina, tanto por las dimensiones de su plataforma insular, como por la rica geomorfología de sus fondos, la variedad de especies habituales en los arrecifes o asociadas a sus múltiples tipos de lechos submarinos, la transparencia del agua, su cálida temperatura promedio y las regulaciones conservacionistas del estado. Para la modalidad, Cuba ha desarrollado una treintena de zonas de buceo tanto en la costa norte como en la sur y la cayería adyacente, en las que se localiza medio millar de puntos de inmersión. Además dispone de un importante staff de buzos e instructores, los servicios logísticos de rigor y un eficiente sistema de atención médica especializada apoyado por una red nacional de cámaras hiperbáricas, en tanto se trata de una oferta avalada por los más importantes organismos y asociaciones internacionales como la Confederación Mundial de Actividades Subacuáticas (CMAS) o la Asociación Ame­rica­no-Canadiense de Certificación Sub­acuá­tica (ACUC), entre otras. Los centros de buceo de Avalón, en el archipiélago Jardines de la Reina, al sur de Camagüey; María La Gorda, en la Península de Guanahacabibes, Pinar del Río; y El Colony, en Punta Francés, Isla de la Juventud, son los más famosos para esta activi­dad en Cuba. Les siguen los de Va­ra­dero, Ca­yos de Villa Clara, Cayo Coco, San­ta Lu­cía, Santiago de Cuba, Pe­nín­sula de Za­pa­ta y Cayo Largo del Sur.

Buceo en cuevas y paredes. Este es un tipo de inmersión que devela para el buzo variedad de ambientes en la medida en que desciende por la pared o avanza a través de una cueva, en la que varían las especies según la luz y la temperatura del agua.

Snorkel a la deriva. Se realiza en aguas someras cuyos fondos exhiben formaciones coralinas y abundantes poblaciones de peces de plataforma.

Buceo con delfines. Hay decenas de delfinarios en el Caribe donde, además de hermosos espectáculos, puede disfrutarse de algo mucho mejor: pasar unas horas con estos inteligentes mamíferos, tocarlos, alimentarlos, nadar junto a ellos y comprobar sus múltiples habilidades.

Buceo con rayas. Rayas águilas, americanas, murciélagos, son algunas de las variedades de esta impresionante especie que abundan en las aguas caribeñas. En Gran Caimán existe un famoso acuario sumergido, el Stingray City, cuyo plato fuerte es la inmersión junto a estos animales; y asimismo en Trinidad y Tobago, conocido como Manta City. Similares abren también en el Caribe mexicano y otros muchos sitios de la región.

Buceo en pecios. Un modo de acercarse a la historia de la región, a aquellos tiempos en que en sus aguas pulularon piratas y salteadores marinos, se produjeron feroces batallas o accidentes de los que son testigos antiguos cañones, anclas, municiones y hasta tesoros.